Parte 35

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Había pasado una semana después de la pequeña crisis de Niall, Harry siempre estaba pendiente de él después de sus entrenamientos y en la mayor parte de su tiempo libre.

Pero como siempre, no todo podía ser hermoso.

Un sábado por la tarde, Niall decidió quedarse en casa aún cuando su chico rizado le insistió al rededor de veinte minutos para que lo acompañara a uno de sus partidos en otra escuela.

"No tengo ganas, Harry, en serio" le había casi rogado para que lo dejara en paz, y ahora ahí estaba, en su cama recostado mirando hacia la nada.

Amaba la compañía de Harry, eso era cierto, pero también necesitaba un poco de tiempo a solas, y ese día, era así.

Mientras estaba ahí, decidió hacer una pequeña limpieza para poder desechar todas las cosas que ya no le hacían falta.

Rebuscó en sus cajones, en su armario e incluso debajo de la cama, y su sorpresa fue que en realidad guardaba demasiada basura, aunque entre todo ese montón de "papel inservible" como lo llamaba, encontró un sobre blanco con las iniciales T.H. grabas.

Se sentó en el centro de su habitación y comenzó a leer lo que sería su próxima tortura en las próximas veinticuatro horas.

"Querido primo Niall, como sabrás, has sido un gran estorbo para todos, por que lo sabes, ¿verdad? En fin, no me desvío.
Escuché que te fuiste de casa... Vaya, y yo que tenía un poco de esperanza en ti...
Encontré al chico que te gusta hace unos meses, Harry, creo que es su nombre... Esta vez no lo tendrás, Ni, esta vez quiero que sientas todo lo que yo sentí cuando me arrebataste a Evan, MI EVAN.
He hablado con Styles un par de veces, es tan dulce... Y estoy seguro de que te odia, como todos aquellos que lo hacemos.
Si algún día te jurase "amor eterno" en verdad espero poder ver tu cara cuando descubras que solo lo dice por simple lástima... Dulces sueños, Ni.

Atte: T.H."

No otra vez, esto debía ser el colmo.

Rápido se puso de pie entrando en una desesperación que nunca había sentido, necesitaba a Harry, lo necesitaba más que cualquier otra cosa.

Ni si quiera se tomó la molestia de llamar, solo salió corriendo de casa hacia la escuela en la que estaría jugando.

≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈

–¡Estoy tan orgulloso de ti, Harry!– Exclamó su entrenador estrechando al rizado entre sus brazos. –Muchas gracias, entrenador... Me temo que es hora de estrechar manos con el jugador contrario– Dijo Harry riendo por lo bajo.

Salió de su vestidor y al ver al chico contrario, se acercó a él estrechando su mano para después abrazarlo.

–Hiciste un buen trabajo– Susurró cerca de su trabajo, el chico más bajo rió y correspondió a su abrazo. –Muchas gracias, pero nada se compara a ti– Respondió su oponente dedicándole una amplia sonrisa.

Justo cuando Harry miró hacia la puerta, pudo notar a un Niall rojo, con gesto de molestia y lágrimas bajando desesperadas por sus mejillas.

"Mierda" pensó el rizado, no lo pensó dos veces cuando empezó a correr detrás de Niall.

–¡Ni! ¡Ni, espera!– Gritaba una y otra vez. –¡Te dije que no tuvieras lástima, y la tuviste!– Gritó Niall sin mirar atrás. –¡Niall no mal intérpretes las cosas! ¡Regresa!– Volvió a gritar el rizado corriendo más rápido.

Niall se detuvo y lo encaró.

–Dejame... Dejame ya... Thomas tenía razón, solo doy lástima y tú... Tú solo piensas en hacerme un favor...– Murmuró y justo cuando se giró para cruzar la calle, Harry se quedó sin habla.

Frente a sus ojos, el rubio había sido lanzado al menos unos tres metros a causa de no fijarse al cruzar, cuando reaccionó, rápido corrió hacia él sosteniendo su cuerpo herido mientras gritaba que llamaran a emergencias y sus ojos se llenaban de lágrimas al 100%.

Este en realidad no había sido su día.

Mad Love »N.S.« #ᴡᴀᴛᴛʏs2018Where stories live. Discover now