16. Eres mejor.

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Emell.

La escuela me agobiaba bastante. Y empezaba a sospechar que sin  el nombrado oficialmente por Nathaniel. "Club de freeks". La escuela seria un infierno.

Estaba sentado en mi butaca, era una butaca extraña. Tenia dos asientos compartidos, llevaba al rededor de 3 semanas compartiéndola con Canille.

Canille, Canille, Canille. Yo amaba en cerio a esa chica.

La amaba hasta que me mando un mensaje. La muy idiota había decidido darse una escapada con Tinna, Tinna, Tinna, Tinna. Canille amaba en cerio a esa chica.

Una mochila cayo en el asiento de al lado. Seguido por un chico. Anther.

- Hola. - Dijo

- Hola. - Repetí.

El solo se acomodo en el asiento y me miro. Odiaba que lo hiciera. Sus ojos azules eran tan oscuros, te podías perder fácilmente, o ahogar. Las dos son cosas trágicas.

- ¿Tengo algo en el ojo?

- Un azul endemoniadamente temeroso.

- ¿Azul, qué mierda dijiste? - Su gesto que hacia cuando estaba confundido lo hacia ver gracioso. Y tierno.

- Muy oscuros. Demasiado de hecho.

- Bueno, los tuyos son jodidamente claros. ¿Grises o cafés? Oh si. Nadie lo sabe porque Emell es el chico mas complicado en la tierra.

Eso me hizo reír mucho.

- ¿Te gusto la películas?

- No entendí ni una puta mierda.

Eso me hizo regir aun mas. 

- Un payaso Anther. Persiguiendo niños para matarlos. Ellos vencieron sus miedos y ya. Nada de ciencia.

- ¿Qué? ¿De eso se trataba? - Me miro confundido. Yo asenti. - Mierda, y yo que pensé que era un pedófilo que los engañaba con globos, los llevaba a una vieja casa. Y pues, los violaba supongo. - El miro al frente.- Los pubertos eran unos pervertidos, le miraron los pecho a su amiga. Eso es enfermo. Y puedo apostar a que uno de ellos era gay. 

Y volví a reír. El me hacia reír bastante.

- ¿Qué demonios tienes en la cabeza?

Esta vez río el. Su sonrisa poseía mucha perfección. Era preciosa.

- No lo se. Solo pensaba en eso, digo no por ser hombres le vamos a ver los pechos a Canille. ¿O si?

Lo mire.

- Define hombres.

El volvió a reír. Podría ver esa parte de el toda la vida.

- Bueno. Sabes a lo que voy, no andas por ahí viéndole los pechos a tus amigas.

- Si Canille tuviera una pecho grandes y bonitos, puedo apostar a que los verías todo el tiempo.

El miro sus uñas, eran muy pequeñas ya que pasaba mordiendoselas todo el tiempo. Luego me miró de nuevo. Y sonrió. Este chico iba a matarme.

- Tengo mejores cosas que mirar Emell.

Dejo de mirarme y presto atención a la clase, hice lo mismo. Y así paso con las siguientes, a veces decíamos chistes sin sentido que nos hacían reír como locos ganandonos malas miradas de los profesores.

El era genial. Me hacia sentir genial. A veces lo miraba, miraba su pelo largo y bonito. Miraba su ropa negra y me preguntaba por qué siempre vestiría de esa manera. Veía sus ojos trágicos. Veía sus ojeras, no eran grandes pero tampoco invisibles. Veía sus colmillos simétricos asomarse a veces. Escuchaba su voz ronca, como si estuviera enfermo. El era tan hermoso.

Y no quería que me pareciera hermoso, pero era inevitable. Porque el lo era, Anther era hermoso. Y yo tenia la dicha de poder verle. Solo verle.
Y eso dolía, dolía demasiado y cada vez mas.














Pude hacer esto mañana. Pero como ven, el poder dormir y yo tenemos una gran pelea. ):
Bueno, gracias por leer. Te amo. <3

«Las amo. Un montón» JT. ❤

La teoría del caos. Where stories live. Discover now