Orden de la saga:
Nuestra Fugitiva
Nuestra Niña
Diosa de Chocolate
Roger
Sola en la carretera, a las tres de la madrugada, descalza, con un vestido de novia completamente sucio y desgarrado, con un golpe en la cabeza y cortes en sus manos, pies y...
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Quiero editar la historia porque tiene unas cuántas faltas pero no quiero perder mucho tiempo leyendo porque tengo otras historias que actualizar así que les agradecería que cuando encuentren una falta o incoherencia la comenten en el párrafo que está. Se me haría mucho más fácil porque sus comentarios me aparecen en las notificaciones y así voy directamente a donde está la falta y la corrijo
Gracias 😘
***
Habían pasado unas horas, muchas horas. Trevor levantó su muñeca izquierda y miró su reloj
9:07 pm
Okey, era demasiado tarde y Lía no había ido a buscarlo, se dijo que talvez estaba con Matt o Michael.
Salió de su despacho luego de apagar su computadora, se dirigió al de Matt y golpeó antes de entrar, un leve "pasa" se escuchó del otro lado antes de abrir y encontrarse con su hermano mayor envuelto en un montón de papeles
- ¿Aburrido?- se burló antes de sentarse en frente a él. Matt levantó la vista dejando de lado su trabajo para prestarle atención a su hermano
- ¿Y Lía?
- Pensé que estaría contigo, no fue a verme hoy es raro. Pero seguro que está con Mi-- la puerta siendo abierta lo interrumpió y por ella entró un Michael agitado y visiblemente preocupado lo cual se incrementó al buscar algo con la mirada y no hallarlo. Fue inevitable para los otros dos no preocuparse también, una sensación de incomodidad y unas ganas terribles de salir corriendo en busca de cierta mujer los inundaron
- La busqué por toda la casa- gruñó
Los demás se levantaron sin decir más y salieron todos del despacho
- Talvez en las caballerizas, le gusta allí- habló Trevor mientras todos asentían y corrían hacia afuera sin darse cuenta de lo que llevaban puesto: jeans, playeras y simples vans que no ayudarían en lo absoluto cuando caminaran entre el barro. Y sí, tampoco notaron que había comenzado a llover hacia como media hora y que la tormenta no estaba siendo para nada agradable.
Un sonido ensordecedor se escuchó
Truenos y seguramente un rayo
La preocupación se extendió a cada célula de sus cuerpos, Lía estaba ahí afuera
El primero en entrar fue Matt, quien se dirigió hacia los caballos revisando si estaban todos al igual que sus hermanos. No faltaba ni uno, estaban todos y cada uno, y en ningún rincón estaba ella.
