Capitulo 1

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El patio trasero de la casa desprendía un rico olor tierra mojada, era muy verde y lleno de flores, macetas y demás arreglos que mamá solía colocar

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El patio trasero de la casa desprendía un rico olor tierra mojada, era muy verde y lleno de flores, macetas y demás arreglos que mamá solía colocar.
Siempre me había encantado correr y correr hasta cansarme, mi vida pintaba tan bien para ser la vida perfecta; mi pequeña casa, mi cálida familia.

No habitada mucha gente a los alrededores, solo una señora de edad avanzada la cual era gruñona y no le gustaban los niños.

Lo bueno de vivir a la orilla del pueblo era que teníamos mucho espacio, el patio donde jugaba si no fuera por las macetas de mamá no tendría fin. Resultaba bastante lindo, porque parecía que vivíamos en medio de un bosque.
Mi casa era muy acogedora y linda, mis tíos siempre se ocupaban de que estuviera en perfecto estado aunque no tuviésemos servicios como drenaje o agua potable, ya saben lo básico.
No éramos adinerados, vivíamos al día con lo que ganaba papá los mis tíos, a decir verdad en el pueblo escaseaba bastante trabajo. También esa era una de las principales razones por las cuales vivíamos tan retirados, puesto que el alquiler era más barato.

— Mi niña — habló mi tío Alfred a mis espaldas.

Me giré a mirar a mi tío y corrí feliz lanzándome a sus brazos. Me encantaba el aura que desprendía, me encantaba jugar con él.
Creía que era el tipo de tíos que todo niño debía tener en su vida, de esos que cubren tus travesuras, con los cuales no existen los regaños y ni siquiera conocen el significado de la palabra castigo. Esos tíos que lo son todo, que regalan dulces, juguetes y que se desviven por ti. De esos que están ahí para hacerte saber que eres su todo y que siempre estarán para protegerte. Y yo tenía la fortuna de tenerlo a él, mi gran y pelón tío Alfred; un señor muy alto y robusto, con el cabello blanco al igual que la barba y una calva en la perte superior de la cabeza bastante reluciente tenía unos ojos, con mucho brillo en ellos, ese era un aspecto físico que compartía mi madre y conmigo.
De mis tres tíos, él era mi favorito, en ocasiones me bañaba, me vestía y me peinaba. Realmente lo amaba.

Tío Alfred vivía con nosotros en la casa debido algunos problemas familiares que había tenido con su ex esposa, mi pobre tío lo había pasado realmente mal en ese entonces.
Papá le había acondicionado el sótano como una habitación más de la casa, al unirse el tío Alfred a la familia, el espacio de la pequeña casa donde vivíamos parecía cada vez más pequeño, pero éramos felices, éramos una familia y estaríamos juntos siempre o al menos eso parecía.

—Mami está demasiado molesta allá dentro ¿puedo preguntar porqué? — Su voz era gruesa pero muy cálida y abrazadora, una voz fuerte pero exquisita y dulce al oído ajeno.

— Yo solo estaba jugando. — Respondí ante la travesura que había hecho, aunque sabia que si ponía ojos critalosos a mi tío, mamá no me regañaría más tarde.

— Pues a que, o debería decir con qué estabas jugando. — Respondió con cierto tono juguetón en su voz. — está realmente molesta.

— ¡Va a pegarme! — Solté casi al instante de que él terminara de hablar.

Mientras el Lobo No Está© [L1]Where stories live. Discover now