¡Bienvenido!...¿príncipe?

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Un poco tarde, pero aquí están.

Capítulo 7.

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¡Bienvenido!... ¿príncipe?

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Berk.

Valka tallaba con esfuerzo en el lavadero de piedra las prendas de la vieja cocinera de Berk, como esta solía cocinar para casi todo el ejército o para eventos importantes su atuendo terminaba siendo un asco, y ella como lavandera tenía la tarea de dejarlo impecable; lo bueno es que tenía sus trucos, su hijo Hiccup, con lo inventivo que era le había hecho una mezcla que había llamado "vinagre blanco" y el cual le ayudaba a blanquear la ropa.

Su querido hijo, de tanto pensar en él talló y talló sin reparar que de un momento a otro había terminado con su pesada carga de trabajo. Suspiró con alivio al ver todo su encargo ya limpió, ahora seguía la tediosa tarea de transportar las canastillas a donde podía tenderlas al aire libre.

Cada canasto de ropa pesaba al menos unos 20 kilos, ese día había recibido una solicitud de 3 cargas de ropa, por lo que tenía que ir y llevar alrededor de 60 kilos, si no es que eran más. Sin embargo solo podía llevar un canasto a la vez, trató de levantar el primer canasto, pero la espalda le dolía, "no estaba en sus buenos años", siempre se eso decía a sí misma a pesar de tener 45 años.

—Señora Valka. —escuchó de repente mientras flexionaba su espalda.

— ¡Oh, niñas! —saludó cansada.

Camicazi y Heather se encontraban vigilando de cerca, cuando vieron a la dama en problemas, y como era la madre de su mejor amigo no dudaron ni un segundo para acudir con ella.

— ¡Permítanos ayudarla! —se ofrecieron de inmediato.

—No quisiera ser una molestia.

Sin embargo Valka fue ignorada, pues cada chica tomó un cesto sin dificultad alguna y se lo llevaron hacia donde tenían unos tendederos. Sonrió aliviada ya que así solo le quedaba un cesto que llevar cuando...

— ¿Puedo ayudarla con el otro?

Aquella sutil voz, Valka se irguió para ver a la otra voluntaria, la chica que le contó su hijo que lo había rechazado gentilmente: Liris.

—Oh, no Liris... debes estar muy ocupada.

Trato de evitarla, no tanto por lo sucedido con su hijo, sino porque la chica vestía elegantemente unas prendas para una ceremonia en especial. Era el día en que el sabio del pueblo la iba a tomar de aprendiz de seid.

Un hecho que le sorprendió cuando Liris lo anunció al pueblo, al igual que a los demás habitantes donde más de un hombre lloró su infortunio al saber que la chica haría votos de castidad y se entregaría por completo al servicio de los dioses.

—No es molestia. —dijo Liris ignorándola de igual manera que las otras chicas cuando tomó el cesto, aunque con más dificultad a diferencia de las guerreras valkirias.

Valka reprimió una pequeña risita al ver que tan diferente era de Camicazi y Heather, y ofreció a Liris llevar el canasto entre las dos.

—Muchas gracias, generalmente eran Hiccup y Gobber quienes me ayudaban cuando tenía dificultades, pero ahora que él se fue Gobber tiene mucho trabajo, como para poder ayudarme.

—Lo entiendo y... ¿no ha sabido nada de Hiccup? —preguntó como no queriendo.

—No, y no creo que pueda saber, sabes que la correspondencia aquí es sólo para uso del ejército.

El herrero y la bestia (TERMINADA)Where stories live. Discover now