Capítulo 4

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*Punto de vista de Nicole*

Todavía no me puedo creer que me haya atrevido a darle un beso a Natasha, pero es que desde que me lo dio ella en el parque no he podido quitármelo de la cabeza, y cuando me pidió que pusiera esa canción tan hermosa, no pude evitar sentir que era nuestra canción, no puede ser coincidencia que la hayamos escuchado dos veces juntas en dos días, y la letra se amolda perfectamente a lo que siento por ella, ni siquiera sé si le gustó el beso que le di al despedirme, pero necesitaba sentirla de nuevo, necesitaba decirle de alguna manera que me gustaba, necesitaba decirle que noté su preocupación por mí cuando aquel chico me fue a pegar.

Al entrar en casa saludé a mis padres, los veo con una cara extraña, como si quisieran decirme algo, pero les costara.

- Hola papá, hola mamá.

- Hola hija, tenemos que hablar contigo.

No sé por qué, pero ese tenemos que hablar contigo no me ha sonado nada bien, me da la sensación de que en los próximos minutos nada bueno va a pasar.

- Claro, ¿qué quieren tratar exactamente?

Mi padre mira fijamente a mi madre y asiente como si él fuese el encargado de darme la noticia.

- Hija, en nuestro trabajo el jefe nos ha comentado que debemos volver a Canadá, las oficinas de allí se han renovado y necesitan a gente con experiencia que sea capaz de llevar los casos más importantes, y dado que somos canadienses, han optado por trasladarnos a nosotros.

¿Qué? ¿He oído bien? ¿Trasladar a quién? No puedo evitar que empiecen a brotar unas desconsoladas lágrimas de mis ojos, me levanto rápidamente del sofá, abro la puerta de mi casa y me echo a correr. No puedo quitarme a Natasha de la cabeza, ahora que la he encontrado no me pueden apartar de ella, necesito estar con ella, necesito tener esos momentos a su lado como los que me regala desde ayer y muchos más. De repente, vuelvo a la realidad, llevaré corriendo aproximadamente unos 15 minutos, no sé dónde me encuentro, hasta que veo un enorme cartel que está en la entrada de la urbanización de Natasha, mi subconsciente ha debido traerme al único lugar en el que quiero estar.

Por fin llego junto a la puerta de su casa, pero soy incapaz de tocar, no quiero que piense que soy una niñita llorando desconsolada porque le han quitado el caramelo en la escuela. Entonces me siento en el escalón y continúo llorando, hasta que al minuto siento como la puerta se abre, no es posible, es como si ella sintiera que estaba aquí fuera.

- Nicole cariño, ¿por qué lloras? ¿qué te ha pasado?

Lleva una preciosa bata de seda color roja, me atrevería a decir que no lleva nada debajo. Me coge por los brazos, me levanta y me abraza con la dulzura que ella solo sabe tener, me da un tierno beso en la frente y me lleva hasta dentro de su casa, me sienta en su sofá y luego se sienta ella a tan solo unos centímetros de mí.

- Cariño, cuéntame que te pasa, me tienes preocupada.

Podía ver la preocupación en sus ojos, entonces opté por sacar las fuerzas de donde fuera y dejar de llorar.

- Cuando llegué a casa, mis padres se sentaron a hablar conmigo y me han dicho que teníamos que volver a Canadá, por motivo de su trabajo otra vez, y yo no puedo volver con ellos, yo no puedo dejar mi vida aquí, yo no puedo dejarte a...

Paré en seco, no podía atreverme a decírselo.

- No puedes dejar qué cariño, dilo por favor, quiero oírlo salir de tu boca.

Ella ya sabía que me refería a ella, pero quería oírmelo decir, como si necesitara una especie de permiso para poder reaccionar.

- No puedo dejarte a ti Natasha, no ahora que te he conoci...

Cuando menos lo esperasWhere stories live. Discover now