Si el destino así lo desea. [2daT.] Nanatsu no Taizai. [TERMINADA]

34

Piensa en la cantidad de amor que se ha perdido.
Las personas siempre tratan de escapar de él.
Pasan a detener su corazón roto.
Pero no hay nada.
Estoy corriendo desde que me haces fuerte.

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Suspiré.

Ya que estaba ahí, ¿por qué no aprovecharlo?

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez?

Lo necesitaba, no ¡Lo deseaba!

Sí... Para sentir cómo suavemente me acobijaba la calidez y relajar mis músculos.

Sentir mi piel erizarse por el subir de la temperatura y suspirar por el suave tacto.

Habían pasado tantas cosas...

Ahora, simplemente quería pasar el rato.

Así que, me sumergí en el agua.

Era tan relajante... Por un momento, toda pesadez se esfumó.

—No te pongas tan cómoda —escuché afuera.

—Demasiado tarde, ya lo estoy y se siente espectacular...~ —me sumergí un poco más en el agua.

—Tonta... —escuché.

—¡Mire quién lo dice! —reí ante mi sarcasmo.

Él no contesto.

Me sumergí hasta topar mi nariz con el agua y entrecerré los ojos.

Bien, me encontraba en el punto de inicio, pero con Zeldris–sama respaldando un poco mi espalda.

Me dolió un poco la cabeza. Rayos.

—¿Zeldris–sama? —escuché fuera del baño, pero no hice caso—. ¿Qué hace aquí?

Suponía que eran guardias.

—Resguardo a la prisionera, ya que algunas personas dejaron sus lugares.

Indirecta directa.

—¿De qué habla? La prisionera escapó hace tiempo.

—Ella ha estado todo el tiempo ahí —dijo obvio.

—¡Están ciegos cómo para no verme! —grité burlándome.

—Como sea —escuché nuevamente a Zeldris–sama—. Tengo cosas que hacer. Quédense a vigilarla, en un rato vienen por ella para vestirla.

—¿Qué? —alcé la voz tratando de procesar lo que dijo.

—Claro, Zeldris–sama —dijeron los guardias.

—¡Espere! —salí del agua—. ¿¡A qué se refiere con "Venir a vestirme"!?

Escuché el suspiro pesado de Zeldris–sama.

—Por si no te has dado cuenta, estás desnuda.

—¡Pero tengo mi ropa! —exclamé.

—Estarás frente al Rey Demonio, ¿Te importaría tener algo formalidad?

—Si se refiere a usar uno de esos vestidos extravagantes... ¡Pues la verdad no!

—Te tendrás que aguantar.

—¡Espere!

Corrí y me asomé por la puerta.

Pero él ya se había ido. En cambio, lo guardias estaban a cada lado de la puerta sin voltear a verme.