Cause I Want You

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La primera vez que la vio, Tzuyu estaba casi segura de que algo dentro de ella se había logrado mover, literalmente. Podía sentirlo y, aunque muy leve, su corazón había comenzado a palpitar.

Desde ese momento, Tzuyu permaneció muy cerca de la zona rejada solo por sentir ese "bam" en su pecho cada vez que la chica de cabello rojizo merodiaba el perímetro. 

Tzuyu la admiraba por muchas razones: como la forma tan agraciada y elegante que lograba con cada movimiento. Pero, específicamente, la admiraba por lograr causarle todas esas sensaciones que no creyó volver a sentir nunca más.

Después de mucho tiempo mirando desde lejos (porque Tzuyu sabía lo peligroso que resultaría acercarse) decidió que tal vez debía armarse de un poquito de valor. Conocía el destino de sus compañeros que lo habían hecho y sabía también que ese sería si o si su destino, pero quería por lo menos haberlo intentado. Era mejor intentar y fracasar que quedarse lejos anhelando las cosas.

Pero... ¿qué era lo que Tzuyu quería exactamente? Ella tampoco estaba muy segura. Quizás confesar sus sentimientos, saber su nombre y, si era posible, salir igual de muerta de todo eso.

Tzuyu sabía con exactitud los días que le tocaba a ella vigilar los alrededores. Era un martes o un miércoles, puede incluso que un jueves, en realidad eso ya no tenía importancia, pero lo entendía a su manera.

Lo sabía porque primero le tocaba a esa chica de cabello corto y después a esa de ojos grandes, luego un chico rubio y finalmente a la pelirroja, los demás eran irrelevantes.

Cuando, por la mañana, la chica apareció junto a la reja, la confianza que Tzuyu había intentado recaudar desapareció de su sistema.

Pensó en regresar y esconderse entre el bosque, fingiendo que seguía siendo un ser sin sentimientos. Recordó entonces que no había nada que perder, estaba destinada y quería terminar ahí.

Avanzó entre la alta hierba que rodeaba la reja un poco oxidada y por lo mismo tuvo que estirar los brazos hacia el frente, era casi como caminar a tientas.

Camino lo que le pareció una eternidad hasta dar con el frío metal.

Lo primero que escuchó después de eso fue apenas los inicios de un grito ahogado.

Estaba ahí, frente ella, con la cara llena de miedo y su cuerpo claramente paralizado.

Tzuyu pegó aun más su cuerpo contra el enrejado y metió su brazo por uno de los hoyos para tomar el de ella.

Otro grito ahogado más.

Tzuyu la estaba tomando con la mayor delicadeza posible, sabiendo las consecuencias de tomarla fuertemente.

  - yornorr

Le era tan difícil hablar, la mitad de lo que intentaba pronunciar sonaba mas como alguna especia de gruñido, ni ella misma podía descifrar lo que decía.

Al principio, ella forcejeó un poco para librarse pero luego pareció notar que Tzuyu no tenía ninguna intención de hacerle daño.

  - Yo terr.

Una vez más.

  - Rorterr

De nuevo.

  - yorrete

La mirada curiosa y asustada aun permanecía sobre ella, era todo lo que quería y, si algo le pasaba, no iba a quejarse, había por lo menos conseguido su atención.

Tzuyu intentó recordar como es que se formulaba una oración, busco las palabras en su mente y las conectó desordenadamente para intentar pronunciarlas de nuevo.

  - Necesito yo corazón tú.

Las palabras salieron como un hermoso milagro. Si su inexpresivo rostro se lo permitiera, Tzuyu habría sonreído de emoción. Quizás no lo había dicho como debía ser pero al final lo había logrado.

Los ojos de ella se dilataron, ahora mostrando mas sorpresa que miedo.

  - Tu no eres un-

  - ¡Mina, retrocede!

Tzuyu alcanzó a soltar su brazo antes de que dos pesadas balas atravesaran su pecho, con tanta fuerza que la hicieron retroceder hasta caer de espalda contra el suelo.

La chica que le había disparado, con una escopeta de doble cañón, era a la que le tocaba hacer guardia antes que el chico rubio, el mismo al que le tocaba antes que a Mina. Era demasiado complicado cuando no sabía quien era quien.

Cuando Tzuyu se reincorporó, la chica ya estaba apuntado a su cabeza.
El poco coeficiente que aun conservaba le permitió saber con perfección que iba a morir.

  - Espera, por favor.

En un acto casi heroico, Mina se interpuso entre Tzuyu y el arma.

  - ¡Esa cosa iba a comerte!

  - No me hizo nada.

La voz de Mina sonaba casi apenada, ella tampoco entendía lo que estaba haciendo.

  - Y dijo algo.

La chica abrió más los ojos y miró con asombro por detrás de Mina, directamente a Tzuyu

  - ¿Que dijo?

  - No-no lo se.

  - ¿No lo sabes? Seguro solo gruño y te pareció que había dicho algo. 

Tzuyu no podía comprender de lo que hablan, había una cosa que la tenía mas distraída: su corazón dolía y de su pecho no paraba de brotar sangre, mucha mas de la que debería y de un color rojo tan intenso que se sentía como una persona diferente.

Estaba más viva que nunca y jamás podría disfrutar de ello porque también estaba muriendo.

  - Mina, esto no-

La chica detuvo sus palabras mientras observaba con horror la excesiva cantidad de sangre que liberaba el cuerpo de Tzuyu, algo que no debería ocurrir. Mina volteó lentamente para mirarla de la misma forma.

  - Ella esta-

  - Rápido, tenemos que ayudarla.

La pelirroja comenzó a trepar por la reja aun a pesar de los reclamos de su compañera.

  - Ve por un botiquín y-

  - Mina.

Ellas pararon todas su acciones al escuchar el nombre en boca de Tzuyu.

  - Te dije que-

  - Corazón yo tú necesito solo, quiero comerte no, a yo ti quiero te.

Eso contaba como una confesión así que Tzuyu pudo sentir que moriría siendo plenamente feliz.

𝐙𝐞𝐫𝐨 𝐌𝐢𝐥𝐞 Onde histórias criam vida. Descubra agora