Epifanía

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JIMIN / 지민

Estaba junto a Taehyung en un cuarto de hotel. Realmente no recordaba bien cómo había llegado ahí. Después de mi colapso en el metro mi mente entró en un estado de sopor que no me permitía pensar con claridad, de pronto sentí como si mi lobo hubiera recibido una señal y hubiera decidido tomar una siesta a la espera de algo, aunque no podía entenderlo. Recordaba vagamente haber sido arrastrado por mis amigos, mientras Hoseok tomaba mi bufanda preferida y Tae trataba de consolarme. Lo que nos llevaba de vuelta al hotel. Era pequeño y modesto, había una gran cama matrimonial con un edredón azul en medio, un par de burós y un tocador. Yo me encontraba recostado, hecho bolita. La sensación era extraña, puesto que después del calor sofocante que había sentido, en ese momento me dominaba una pesadez enorme, como cuando uno tiene sueño y ya no puede controlar sus párpados para mantener los ojos abiertos. A mi lado, Tae acariciaba mi cabeza lentamente mientras observaba mi teléfono. 

Después de un rato, que no sabría decir si habían sido minutos u horas, entró una llamada de Hoseok que contestó mi amigo. Sin realmente poner atención en sus palabras, vi como asentía a la vez que volteaba a verme con una sonrisa traviesa. 

—Bueno Jimminie, ya me voy, cualquier cosa no dudes en llamar.

—¿Qué? ¿Por qué? No me dejes solo TaeTae.

Traté de mantener la calma, pero no entendía porque mi amigo me dejaba, no podría soportar por segunda vez en el día la sensación de abandono, me sentía hambriento de cariño y compañía aún en mi estado entorpecido.

—Shhh, tranquilo Minnie. Es una sorpresa. Te prometo que estarás bien.

Procedió a darme un abrazo fuerte y salir del cuarto antes de que pudiera protestar. Por más que trataba de hallar una explicación no pude y todas las emociones se volcaron sobre mí como un tráiler. La soledad, la tristeza, la sensación de abandono, la confusión, el miedo, la esperanza... pequeñas lágrimas caían por mi rostro cuando un olor llegó a mí. 

Lluvia y chocolate.

Pensé que quizá mi ataque emocional me estaba jugando malas pasadas, ya que en ese momento, por mucha inseguridad que me causara, deseaba a mi Alfa, su protección y consuelo. Sin embargo, el aroma se fue intensificando y sentí como mi cuerpo desprendía feromonas, llamándolo desesperadamente. A los pocos minutos tocaron la puerta. Me dirigí hacia ella, traté de tomar aire y abrí.  

Frente a mis ojos se encontraba el dueño de ese olor tan delicioso. Era un chico alto, castaño, de nariz grande y ojos brillantes, alrededor de su cuello pude reconocer mi bufanda. Al verme sonrió y no pude evitar que como reflejo una sonrisa atravesara mi cara. 

—Ho-hola ¿Puedo pasar?

Me causó bastante sorpresa que pidiera permiso, por lo que me moví haciendo un ademán para que entrara. Con un par de tropiezos dejó su mochila en el piso, se quitó la bufanda y su sudadera y se volvió hacia mí. Su mirada se clavó en la mía y por un largo rato estuvimos así, en silencio, observándonos intensamente, con cuidado nos fuimos acercando y pude apreciar más de cerca su rostro. Era hermoso, sus ojos eran oscuros y envolventes, tenía una pequeña cicatriz en la mejilla y su olor era aún más asfixiante. 

Conforme pasaban los minutos, sentía otra vez el calor que crecía en mi miembro y se expandía por todo mi cuerpo. Al bajar la mirada pude notar el bulto que crecía en sus pantalones al igual que en el mío. Tenía miedo, por un lado me moría porque ese hombre me tomara y me hiciera suyo sin dudas ni preguntas y por el otro me aterraba enfrentarme a lo que tanto odiaba: dejarme llevar por mi naturaleza omega. Aún con la certeza de que era mi alma predestinada me sentía contrariado, sin embargo, me asombraba y confundía que a pesar de la situación él no me hubiera clavado en el colchón desde que había entrado a la habitación.

Lentamente llevó su mano a mi mejilla y comenzó a acariciar suavemente mi piel.

—Eres hermoso —dijo en un susurro. —Soy Jungkook, por cierto.

Pude sentir el sonrojo y sólo atiné a responder bajito mientras me acunaba con su mano —Jimin—.

Su mano bajo hasta mi cuello y acercó su rostro hasta que su nariz tocó la mía y con la misma suavidad la movió de un lado a otro creando una marca de olor, mi omega estaba sumamente complacido de que el alfa fuera tan delicado y se preocupara por cosas que para otros parecían tontas; como las marcas de olor. Después de impregnar su aroma en mí, acercó su nariz a mi cuello y aspiró mientras me acariciaba con ella en una nueva marca. Cada movimiento que hacía sobre mi cuello se sentía amplificado y un hormigueo se extendía sobre mi piel, quemaba su tacto pero lo ansiaba, lo necesitaba. 

—Ahhh... —un suave gemido dejó mis labios y él alzó la cara para volver a colocarse frente a mí.

 Podía ver en sus ojos el deseo y me hizo preguntarme cómo le hacía para mantener su autocontrol. De repente bajo su mirada a mi boca y pude notar un atisbo de duda ¿Es que no le gustaba? ¿Había hecho algo malo? Se inclinó y esperó un asentimiento de mi parte antes de posar sus labios contra los míos. El beso comenzó de manera pausada, nuestros labios se movían acompasadamente para ir subiendo de intensidad. Cuando sentí que me faltaba el aire Jungkook se separó de mí para atraerme entre sus brazos. Lo deseaba, mi miembro duro y la humedad en la parte trasera de mi ropa interior sólo anunciaban que mi cuerpo estaba listo para ser llenado y reclamado, mi corazón se sentía en paz y armonía, pero mi mente parecía no querer callarse. Podía sentir la dureza del alfa contra mi pelvis, su cuerpo me acunaba y yo embonaba perfectamente en él, como si nos hubieran medido para encajar. 

—Jimin... ¿qué sucede?

Volteé a verlo confuso, no sabía a que se refería, pero pude ver genuina preocupación en sus ojos mientras me mantenía junto a él. No sabía ni qué contestar y me escondí en su cuello.

—No haré nada que tú no quieras. No te negaré que me muero por hacerte mío, pero te aseguro que lo que menos deseo es hacerte daño —tomó mi barbilla con su mano y me obligó a verlo. —¿Qué deseas que haga mi pequeño omega?

—Si te pido que te vayas ... ¿te irías? —pude ver una expresión de tristeza en su rostro antes de que me contestara.

—Si realmente es lo que quieres, sí.

No mentía, estaba seguro de que si se lo pedía se iría. Y fue ahí cuando me di cuenta ¿qué más podría pedir? Un alfa atento, cariñoso y considerado, que había pedido permiso para entrar aún teniendo llave, que me había dado marcas de olor y que esperó mi señal para acercarse. Un hombre que verdaderamente tomaba en cuenta lo que yo quería. No lo dejaría ir por nada del mundo, por primera vez me sentía en total armonía con mi omega. 

Apreté nuestro abrazo y acercándome a su oído susurré:

—Entonces, hazme tuyo.


❧¡Hola a todxs! Sólo quería agradecerles por sus lecturas y sus votos, espero que disfruten mucho de esta historia así como yo disfruto de escribirla. Bonita semana❧

Inefable II Kookmin OmegaverseTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang