Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La universidad se estaba tornando difícil para mí. Estaba fallando. Sin embargo, no se lo contaba a mi madre, pues ella estaba haciendo un muy gran sacrificio en pagar una universidad tan cara como ella.
Ingeniera.
Eso tenía que ser. Pero estaba mucho más arriba de mi nivel. Eso me dolía, lloraba todas las noches sin cesar. Mi compañera de cuarto no lo tomaba en cuenta, pues ella aprobaba todo y luego salía de fiesta por haberlo hecho también.
A ella la llamaba siempre su madre y le preguntaba sus notas, a lo que ella contestaba diciendo que había aprobado todo, que era el mejor promedio y cosas así.
Lo mío era muy diferente, ella llamaba y yo evitaba hablar de las calificaciones, le preguntaba sobre mi perro Pupu y mi hermana Mai, la más pequeña de las tres. Por lo menos, yo no le mentía.
Un día tomé valor y se lo comenté a mi hermana mayor, mi consejera, mi mejor amiga. Ella me respondió: "Sí le estás mintiendo, es una mentira de omisión" y tenía razón.
