Capítulo 7

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El verle ahí encogió su corazón. Tan encantador como siempre, Moonstone estaba en una esquina, sujetando sus propias piernas, con ojos asustados mientras todas las gemas transitaban a su alrededor. A su lado, permanecía la zafiro sumida en el silencio, que apenas se percató de su presencia le miró interrogante. Bill Cipher tampoco sabía lo que estaba sucediendo en ese instante. Ágatas, Bismutos, Cuarzos, y miles de diversas gemas se movilizaban, ignorando a los prisioneros, los que estaban desparramados en el suelo, alrededor de un tubo lleno líquido amarillo, en el que había una curiosa gema, pero no su forma física.

Zafiro sabía que aunque Bill estuviese manteniendo un poco de cordura por ver a Moonstone ahí, su mente estaba totalmente atormentada por la información nueva, y no podía dejar de tratar de analizarla, como ahora hacía. Y es que en su cabeza no encajaba el que Blue hubiera tenido descendientes, que hubiese muerto, que White hubiera sido tan desalmada, por lo que aumentaban en él las ganas de destrozarla, pero no podía. No conseguía escapar de esa pequeña crisis de pánico que estaba consumiéndolo.

—Es una verdadera lástima que estuvieran aquí ahora. —comienza una gema esmeralda, mirándoles con arrogancia. —Este plan meticuloso no contemplaba la presencia de Yellow en lo absoluto, pero es bastante beneficioso. —dice, revelando entonces como la máquina que controlaba el tubo emitía un sonido, después abriendo el espacio que había dejado, derramándose todo a sus pies.

Bill miró con asco como el líquido manchaba sus pies, pero en cambio Dipper no podía dejar de mirar la esplendorosa gema que había deslizado con ella. Su mirada totalmente metida en ella, cómo si le fuera imposible perderse en otro lugar.

—Admiren... —dice, causando un gritillo de alegría conjunta, todas las gemas presentes glorificándose, y ahí es cuando Cipher da cuenta de la pequeña gema de blanco que sujeta un espejo, manteniéndose detrás de una Lapislázuli. —¡Todas nuestras metas cumplidas! —acaba, cuando la gema dorada se ilumina totalmente y toma finalmente una forma física.

Era una bellísima joven de cabellos dorados, piel anaranjada y unos ojos que parecían fuego. Delicada como ella misma, vestía un ligero vestido sin mangas que descendía hasta ocultar sus pies, con degradados y una insignia en el costado derecho del mismo que asemejaban bastante al estado natural de Moonstone, el que no había dejado de admirarla, causándole indiscutiblemente celos al diamante que solo lo miraba a él.

—Por fin ha despertado. —anuncia una Bismuto, complacida.

Entonces la joven los mira, dirigiéndose a Dipper específicamente. Cipher siente el dolor sobre su pecho, oprimiéndose. Maldita sea. Comprende en ese instante que la gema que los observa ahora es la descendiente de Cyrille, y eso lo aterra más.

—¡¿Qué haces TÚ aquí?! —lo señala, notablemente sorprendida, recibiendo una mirada de confusión de parte de Dipper.

—¿Me conoces? —preguntó dudoso, su mirada no reflejando el miedo que hace instantes atrás, levantándose, mostrando que eran de la misma estatura.

—Ella te dejó huir. —se nota en su voz un atisbo de rencor, pero Dipper aún no comprende. —Y aun así... Tú... Tú estás atrapado, como yo. —finalizó, al borde del colapso.

El resto de gemas la rodearon, arrastrándola, aun cuando esa gema sollozaba. Dipper estaba totalmente confundido, y abandonado a la idea de no verla más, aunque aquello lo desesperaba más. El chico se lanzó contra Bill, que le recibió dificultosamente sin entender la situación. Porque en realidad, no comprendía que pretendía esa manada de gemas, ni que había dicho Sunstone a su amado Dipper. No entendía nada.

Después todo se volvió oscuro, sumiéndolos una vez más en la ignorancia.



Dipper sentía sus cabellos siendo acariciados por Bill. No había absolutamente ninguna luz que les diera un atisbo de que los rodeara, pero las manos frías del amarillo le brindaban esa confianza que necesitaba, quitándole el temor. Se había recostado contra Cipher, quién sumido en sus pensamientos, seguía con sus manos recorriéndole distraídamente.

—Dipper, ¿tú la conoces? —cuestionó sin expresión. Zafiro oía desde el otro lado, preocupada. El chico negó con la cabeza.

—Para nada, Bill... —pronunció, con un ligero escalofrío recordando a aquella bella mujer. Sin lugar a dudas, sentía que debía reconocerla, pero no lo conseguía. Su vida para él comenzaba en el punto en que Bill le recogió, no había nada más atrás de eso.

—Ella te conoce a ti. —dice, notablemente afectado, pero en realidad no fue capaz de completar su frase, lo que había después de eso, ella es la descendiente de Blue. El solo pensar en decirlo quemaba su garganta, la sola mención le era desesperante.

—Así parece. —sentencia, molesto, alejándose levemente del diamante.



—¿Por qué hacen esto? —cuestionó, afectada. Sentía como su energía era drenada, aquellos brazaletes eran la causa, pero a minutos de haber despertado, no entendía el porqué de todo eso.

—¿Pretendías que te cuidáramos como la nueva matriarca? —dijo una de ellas, la Lapislázuli que tenía detrás a la perla blanca. —Olvídalo. No crearemos ese sistema, te usaremos, y acabaremos con esto de una vez por todas. —finalizó la mujer, sonriéndole burlesca. Pues ella sería capaz de ver todo eso, pero Sunstone solo permanecería como eso, una fuente de energía.

La gema dorada soltó una pequeña ladina sonrisa. —Entonces déjalos ir. —pidió, tratando de ocultar su voz desesperada ante aquellas gemas que miraban su sufrimiento. —No harán nada.

—Él es Yellow Diamond. No podemos dejarlo ir, él tiene que desaparecer, como White. —expresó con frialdad la Lapislázuli. La perla no sabía a lo que en verdad enfrentaba, una gema más ambiciosa que su propia diamante.

—Cimentarán su nueva sociedad de la misma manera en que ella lo hizo. —pronunció de forma acusadora. Le dolía en el interior saber que los esfuerzos de Blue no habían dado frutos, que Moonstone estaba aquí como ella, y que si descubrían su potencial, lo usarían. Ella sabía que no podía salvarlo, pero deseaba desde lo más profundo de sí misma que pudiera huir.

—Pero no lo gobernarán ellas. —se burló, abandonando el salón seguida de la perla de blanco.



Las luces fueron nuevamente encendidas en el espacio en el que se hallaban. Bill miraba con intensidad a Dipper, quién se había alejado de él algo resentido por la actitud del diamante hace un rato. Zafiro miró con atención, su visión futura por fin pudiendo ver alguna cosa en ella, encontrándose con una sentencia que la palideció. La misma que estaba por oír en ese mismo instante.

—Yellow Diamond, serás destruido, como White. —dice la ágata, arrastrando al patriarca lejos. Este miró desesperadamente a Dipper, porque aquello que más le dolía de escuchar aquello era eso...

No volver a ver a Dipper Moonstone.

Moonstone {BillDip} [Crystal Falls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora