Capítulo 3

1.4K 141 11
                                    

Los dias en la cafetería y transcurrían tranquilamente, la clientela aumentaba a dias y algunos otros era escasa. Esa tarde en particular había transcurrido exactamente una semana desde que Shingo me dijo sobre su llegada a la casa. No teníamos muchos clientes, asi que tome mi móvil, abri la aplicación de Facebook esperando tener noticias de que él ya había llegado, le envié un mensaje a Jedaite y solo me respondió que no tenían aún ninguna noticia sobre su llegada. Deslice los dedos sobre la pantalla esperando aun mas ansiosa, quizá por alguna extraña razón me sentía nerviosa.

De repente un mensaje llego a mi teléfono  - " se supone que deberías estar trabajando"

Mire quien era y realmente me sorprendí - tu tambien deberías estar haciéndolo ¿No? Creo que ambas estamos en horas de trabajo

- descuida mi jefe no esta y te vi, no pude resistir la tentación de enviarte el mensaje.

- pues enterate que yo no tengo mucho trabajo tampoco, la tarde ha estado demasiado tranquila para mi gusto, sin nombrarte la ansiedad que tengo

- ¿Ansiedad? ¿Porqué?

- Hace una semana Shingo me dijo que vendría a pasar unos dias a casa y es la hora en que no se nada de él.

- Deberías tranquilizarte, sabes que no te hace bien angustiarte

- lo se y te juro que hago todo lo posible por tranquilizarme pero han sido casi seis meses sin verlo. Tengo tantas ganas de darle un fuerte abrazo.

- pues saludalo de mi parte en cuanto lo veas, pero cambiemos de tema ¿Cuando vendrás a Sapporo?

- Sabes que ahora es mas difícil la cafetería demanda mucho tiempo pero en cuanto pueda allá me tendrás dando molestias como siempre

- Sabes bien que no son molestias, extraño esas largas platicas ¿Recuerdas?

- Como olvidarlas yo también las extraño y ¿Porque no vienes tu? Ya es tiempo que conozcas Tokio

- Lo estoy pensando seriamente y quizá algún dia te de la sorpresa

- Tengo tantos lugares bellos que mostrarte

- voy a pensarlo y te aviso ¿Si? Bien te dejo ya llego mi jefe

- nos leemos cuídate

Después de esta plática con mi amiga me sentí un poco maa tranquila quizá Rei tenia razón y no debería preocuparme de mas.

Un rato después se escucho el sonido de un motor que se detuvo justo frente a la puerta, casi enseguida vi que un joven bajaba del auto, cargaba una mochila de tamaño medio, en cuanto se giro vi quien era, se despidió de la persona que conducía el coche - gracias capitán - fue lo único que escuche, con su voz sabia quien era

- SHINGO!!!!!!! - fue lo único que pide gritar y salí corriendo a abrazarlo

Su única reacción al verme fue dejar caer su mochila y abrir los brazos para recibirme - muñequita, te extrañe tanto

- Yo también te extrañe como no tienes una idea, extrañe mucho tus abrazos - no quería soltarlo me sentía tan bien  con él - necesitaba un abrazo tuyo

- Nos vemos soldado - se escuchó una voz desde dentro del coche

- Gracias nuevamente capitán - le dijo otra vez y se despidió, solo alcance a mirar como el coche se alejaba

- ¿Quien era Shingo? - pregunte curiosa

- Era mi capitán muñequita, el vive también aquí en la ciudad, así que cuando supo que venia a quedarme a casa se ofreció a traerme, por eso baje de ese coche, es una buena persona, sus padres murieron hace años y el quedó completamente solo, es una persona solitaria pero es muy agradable. Me encantaría que lo conocieras pero dudo mucho que eso pase, por lo aislado que es.

Ángel SolitarioWhere stories live. Discover now