CAPÍTULO 11

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No sabía que hacer por un momento quería gritarle que aceptaba, pero otro lado de mi me decía que necesitaba saber que era lo que lo había motivado a hacer eso - ¿Porque me pediste eso? ¿Porque precisamente a mi?

Al parecer estaba esperando esa pregunta - Te lo pedí porque creo que desde hace tiempo comencé a enamorarme de ti, quizá lo de la borrachera fue un tonto pretexto para tomar valor y pedírtelo

- Tenías novia

- Si lo sé, pero la relación no funcionó, ella esperaba que yo dejara el ejército y me dedicara al negocio de mis padres, pero yo no pienso hacerlo, la milicia es lo mío, no logro imaginarme tras un escritorio revisando cuentas, autorizando cosas, lo mío es el aire libre, defender a quienes quiero y este es el modo que tengo para hacerlo ¿Me comprendes?

Afirme con mi cabeza sin levantar la mirada - quizá solo me tomaste por sorpresa, además de que yo no...

- ¿Que te sucedió? ¿Porque desconfías?

- Yo... Es que... Tuve una mala experiencia

- Me imagino pero ese no es motivo para desconfiar de ese modo.

- Lo sé, pero... Es tan difícil hablar de ello, hasta ahora solo lo sabe mi familia, es por eso que Shingo es tan sobreprotector conmigo

- Me gustaría saber que fue lo que te hicieron

- Tengo que irme, tengo que ver como esta Shingo

- ¿Vendrás a verme después? - su voz se escuchaba como una suplica

Me acerqué a su rostro y le di un beso en la mejilla  - mientras me necesites, aquí estaré contigo, pero también tengo que cuidar a mi hermano - salí de la habitación pero antes de entrar con Shingo respire profundamente.

- Vaya hermanita, pensé que te habías ido - me miro mientras entraba a la habitación - ¿Qué tienes? ¿Qué te paso?

No pude decirle nada solo corrí a su lado y lo abracé por la cintura - vamos muñeca, dime por favor que te sucede, sabes que no me gusta verte llorando

- Me dijo que está enamorado de mi

-¿De verdad? Vaya llegue a pensar que nunca te lo diría

- Tu sabias

- Si lo sabía, desde la noche que te pidió que fueras su novia, desde entonces cada vez que puede me recuerda lo mucho que te quiere y que quiere estar contigo, no lo había visto así, en todo el tiempo que llevo de conocerlo, ni siquiera con Beryl, su exnovia

- Tengo miedo

- Lo sé, es por eso que le pedí que te tuviera paciencia, lo mire preguntándole con la mirada – no te preocupes, no le he contado lo de Kobayashi, eso te corresponde a ti

- Es tan poco lo que recuerdo

- Te he contado todo, no te he ocultado nada, lo que sabes es lo que paso, no hubo otra cosa

- ¿Estás seguro?

- Completamente seguro

- Me siento cansada… - murmure

- Duerme un rato, no tuviste buena noche, te sentirás mejor después de dormir – comenzó a acariciarme la cabeza y me quede dormida nuevamente en la silla

¿Cuánto tiempo paso? Realmente no lo supe, lo único de lo que me di cuenta era que ya había anochecido y yo estaba recostada en el pequeño sofá de la habitación y cubierta con una frazada.

Mi móvil comenzó a sonar, no quise que Shingo despertara, así que tome el móvil y salí al pasillo. Mire el identificador, era Jedite – Hola Jed ¿Qué pasa?

Ángel SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora