Recuerdos y más recuerdos se aglutinaron. Ya no sabía distinguir que orden habían tenido los hechos. Sabía que una historia se intercalaba con otra y quizás con otra menos dolorosa o más, o no se intercalaba. Sabía que había pretendido el amor de otras mujeres, que se había enamorado de ellas, o que sólo le proporcionaban un instante de felicidad, un momento de displicencia, varias sonrisas. Y algo de olvido para con Elisa, cuanto menos sean unos segundos, eso le había hecho bien.
La chica de los ojosde al luna
Lo cautivaron sus ojos claros. Su pelo lacio, y su hermosa cara. Él era muy joven para saber algo sobre las mujeres, y sus técnicas de seducción paupérrimas. Pero podría haber llegado a la luna con ella.
La miraba tan tenue, tan sórdida desplegando su belleza. Una belleza por pocos alcanzada, por pocos imaginada y nunca supo como tocarla, como hablarle, como mirarle esos ojos tan perfectos que diluían cada partícula de sufrimiento, que arreglaban cada célula marchita de su cuerpo, y le devolvían a la vida.
La conoció el día más loco del mes de marzo. Era un cumpleaños y ella parecía yacer en lado del equipo de música que reproducía con el mismo desgano excelsas piezas de Serú Girán (la –todos sabemos- mejor banda del rock argentino), interminables e invariables temas de cumbias, rotosos temas de rap, y losanges temas de punk.
"Si supiera bailar te invitaría" ella le festejó el ingenioso endecasílabo con una austera sonrisa, y casi sin mover los labios retrucó "No te aflijas, yo tampoco se bailar, te hubiera dicho que no". Se fueron juntos a dar una vuelta por el lugar.
Caminaron largo bajo la bóveda de estrellas, reluciente e interminable como un vestido de carey. Rieron bajo la luna, y él creyó que eso era el amor.
Luego poco a poco fue perdiendo su rastro, y jamás la volvió a ver.
No recuerda haberle dicho lo que sentía, tampoco tiene la certeza de si ella sintiera algo similar. Pero ciertas veces deseaba verla entre la gente y lo conseguía con un mínimo esfuerzo de su mente, de su imaginación.
BINABASA MO ANG
Princesa en la oscuridad
Romance"Los hombres no sufren por amor", me había dicho ella sin importarle mis sentimientos. Esa frase me acompañó en cada llanto, en cada dolor masticado, en cada intento de suicidio. Esta historia escrita mientras fue vivida es un testimonio del desamor...
