Los siguientes días como se puede imaginar, eran una tortura, una terrible falta de sueño y un montón de heridas llenando mi cuerpo, hechas por mi, para poder desahogarme. Eran días en los que yo intentaba gritar, pero en cuanto quise hacer el esfuerzo, mi voz se hundía quedando en un vacío horrible, y mi corazón empezaba a sentirse presionado. Era una sensación horrible que sigue persiguiendome. Esos dias, estaban dedicados a testificar, eran días donde yo lloraba y me escondía en mi cuarto, donde vi a mi propia familia abandonarme y no creerme, donde yo, comencé a tenerle miedo a todo.
No es muy complicado darse cuenta, de que la situación de por si, es delicada, pero oye mira, nunca quise darme por rendida, así que lo intenté, intenté todo, pero solo me hundía más y más. Estaba medicada todo el día, y lamentablemente no era lo que mas me gustaba de mi día a día, pero al menos, empecé a dormir.
Todos me decían que no me sintiera sucia, que no es mi culpa, pero... pero esa sensación de mirarse al espejo, mirar fijamente quien eres, abrazarte a ti misma y llorar agachada en el suelo gritando el terrible asco que doy, es una sensación espantosa.
Nadie me comprendía, todos pretendía que hiciera como que no pasó nada, que fuera fuerte, pero, joder lo siento, no soy fuerte.
El resto, es polvo.
