El sutra del Loto

Parte sin título 3

. El vor no puede trabajar. Debe vivir únicamente de su actividad criminal.

Deja de jugar Dasha Ivanova, estás de coña?.- miré en su pecho el final de algún tipo de tatuaje.

- Sois de la Kangpae Jopok?.- sonrieron como si se estuvieran codeando. Me zafé del agarre haciendo un movimiento brusco pero su brazo me hizo girar otra vez y yo enfadada le di un puño en la cara. Quise correr pero me agarraron por la cintura y me echaron hacia atrás, uno de ellos me dio una bofetada bastante fuerte y al momento sentí un sabor metálico en mi boca. Intenté dar un cabezazo hacia atrás surgiendo efecto y esta vez corrí.

- Dasha?.- Kim estaba delante de mí y me hizo frenar en seco.

- Corre

- Qué?

- Que corras pesado, dios.- le agarré la mano y le obligué a correr detrás de mí.

Cuando vi una desviación me metí y subí unas escaleras y volví a girar para bajar a un pequeño portal cubierto. Me senté pegada a la pared y tapándome la boca para aguantar mi respiración agitada. Hice lo mismo con el chico. Se escucharon las voces de los tipos queriendo encontrarme. Cuando cesaron y escuché que se alejaban, dejé mi respiración normal.

Él me miraba con una ceja arqueada.

- Qué acaba de pasar? Tienes sangre...espera te han hecho eso, porqué estabas corriendo? No, por qué estábamos corriendo?

- No sé, me engancharon entre todos y me quise soltar y me dieron, eché a correr y como los vi nerviosos te dije que corrieras por si te hacían algo, perdona.

Sentí una vibración de un móvil. Era el de él.

- Qué? No Jung Kook no estamos haciendo nada. Cómo? Al piso por? Vale, voy ahora.

Me miró, se levantó y me ofreció su mano.

- Vente, te curamos eso y te acompañamos chica problemática.

- No hace falta que me acompañéis.

- Sí, te acercamos un momento en coche que nos queda de paso.

- Oye y quién te dijo que me quería ir?

- Ah si te quieres quedar tú verás, yo no estaré para salvarte.

- Pero si no has hecho nada.

- El lunes a qué hora vas a la facultad?

- A las nueve, no sé cuando saldré.

- Avísame cuando salgas, y te hago compañía.

- Me lo pensaré.

Llegaron donde los chicos.

- Oye qué te pasó?.- preguntó con preocupación Kooki.

- Nada tranquilo, ahora en casa me arreglo esto, fue un malentendido pero todo arreglado.

No parecía nada intranquila, lo normal después de una pelea es inseguridad, ella no.