1. PAISAJE, EN BUSCA DE UN ATARDECER

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Era media tarde.

—¡Estas aquí!

Tobirama giró, sorprendido de no sentirla llegar.

—Hera...

Ella era real y las dudas fuero despejadas.

Ella se acercó hasta llegar a su lado.

»¿Estás sola de nuevo?

—Sí, estuve buscando mejores lugares para ver la puesta de sol pero no he encontrado nada —contó decepcionada.

Tobirama recordó que en su primer encuentro ella dijo algo.

Encontrar una puesta de Sol.

—¿Cómo es el paisaje? —preguntó mirándola.

—¿Paisaje de qué, ángel?

Tobirama suspiró, considerando revelar su nombre, ese apodo tenía algo incómodo para él.

—De la pintura que viste. La puesta de sol que quieres ver en persona.

—Ah... a eso te referías. Bueno, es... mágico, hay un estanque, muchas flores y arboles peculiares, y aunque parece que ese es el foco de la puntura, ves un atardecer entre unas montañas pintadas en la lejanía. Allí toma sentido...pero eso está lejos de aquí, supongo  —suspiró—, todo este tiempo me he escapado en busca del lugar pero no lo encuentro. Creo que tendré que posponer su búsqueda un tiempo.

—Entonces... además de hoy y la vez anterior, ¿has estado escapándote de tu casa sin el permiso y supervisión de un adulto?

—¿Por qué haría eso?

—Si no necesitaras pedir permiso, no tendrías que fugarte de casa. ¿No crees que tus rabietas te pondrían en peligro?

Ella se quedó pensativa unos minutos.

—No estoy segura, ángel, ¿No eres de los ángeles fuertes?

Él bufó—: no soy una criatura mística, soy humano también, Hera. 

Sus ojos se abrieron en sorpresa, entonces Hera rompió la distancia y apretó entre sus manos el brazo del adolescente. Muchas preguntas surgieron en Hera tras ese primer contacto, sin embargo se las reservó y volvió a tomar distancia.

Y gracias a eso, Tobirama ahora también podía estar seguro que esa niña era real y no un ángel... o espíritu... o alguna cosa no normal y racional.

La puesta de sol empezó y Hera comentó—: vine la otra vez aquí, no estabas y vi este atardecer y...

—¿Y?

—No fue lo mismo.

El Sol se veía inmenso, cayendo entre las montañas de la lejanía. Una cálida brisa azotaba la cara sus caras.

»Creo que hacías falta tú, ángel.



































[Reescrito, nueva versión de "Ángel". Si leíste esto en su primera publicación, espero que no la recuerdes porque fue terrible, incluso si no avanzo mucho. Espero que sea de tu agrado esta obra; será actualizada a la par de "Dear Madara". 
Albysooo]

ANGEL   ||   TOBIRAMA SENJUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora