Capítulo 4.

4K 233 14
                                    

 "...- Además, la clandestinidad compartida con un hombre que nunca fue suyo por completo, y en la que más de una vez conocieron la explosión instantánea de la felicidad, no le pareció una condición indeseable. Al contrario: la vida le había demostrado que tal vez fuera ejemplar. "

No podía soltar ese maldito libro. Claro no era por criticar a un maestro por excelencia como García Márquez, él era total y completamente mágico al escribir, pero el problema era el motivo por el cuál había seleccionado esa obra en particular. 

Sentía la necesidad de correr esas mismas páginas que ella corría con sus delicadas manos, leer las mismas y exactas palabras, me hubiese gustado saber lo que cruzaba por su mente en la lectura de cada párrafo, saber cuál era su favorito, que comía, bebía o sentía en ese mismo instante. Leer ese libro hacía sentirme cerca de ella, creía conocerla un poco más debajo de esa armazón forzada que lleva consigo, al menos la mayor parte del tiempo que yo podía compartir cerca suyo. Y puedo asegurar que me asustaba. Todo me asustaba. ¿Qué se suponía que estaba sintiendo?.

                                                                             ----

-En verdad te odio. Ves esas curvas? Ese vestido luce elegante y sexy a la vez en ti.- podía visualizar a Eric detrás de mí a través del espejo. 

-Tu sabes lo mucho que amo la ropa ajustada pero siento que esto es demasiado. - respondí mientras realizaba un análisis del vestido negro al cuerpo que llevaba puesto, moviéndome de un lado a otro para verlo desde distintos ángulos.  

-La espalda al descubierto y ese pequeño tajo en la pierna derecha es la combinación perfecta para calentar a quién te mire bebé. Estoy casi seguro que el albañil de la esquina pensaría igual que yo.- entre risas pude sentir los brazos de Eric rodeando mi cintura y mirándome analiticamente. 

-Logras que mi autoestima se eleve en exceso, no sé hasta donde es bueno eso. Recuerda que es para la cena del viernes, va a estar todo mi instituto ahí, no lo sé.. - giré hacia él y tomé sus manos.

-Sólo soy sincero, te queda hermoso Emm. Además, no creo haber elevado a tu amigo autoestima el día que saliste con ese vestido rojo y negro a la calle, yo...-

-Basta, Eric.- dije dándole un golpe en su hombro. 

-Es sólo que... Dios, te dije en la tienda que no lo compraras pero tu sólo lo hiciste y asesinaste el poco buen sentido de la moda que te quedaba. - dijo en todo sarcástico. 

Me quedé en silencio por unos segundos, contemplando a ese ser humano flaco y alto que se encontraba delante mío. -Te voy a extrañar tanto. 

-Y yo a ti princesa, pero el mundo de la moda está lejos de este pueblo miniatura. Además creo que hay más peces en aquella pecera, entiendes? Sería más libre. - 

  Eric aún no se sentía lo suficientemente seguro para ser quien verdaderamente era. Sólo algunos pocos amigos cercanos lo conocían en verdad. Yo tampoco sentía la necesidad de presionarlo a que lo haga, esta ciudad es muy chica y como dicen algunos "pueblo chico, infierno grande". 

Tampoco lo culpaba por la decisión de irse a perseguir sus sueños a otra parte y vivir su vida como debe vivirla. Pero se me hacía inevitable no pensar en cuánto iba a extrañarlo. 

-Entro a clases en treinta minutos. Debo irme.- dije mientras caminaba hacia el baño a dejar el glamour de lado y alistarme para el insituto. 

-¿Escuché bien? ¿Veinte minutos? generalmente tu ingresas veinte minutos tarde Emm. Vamos por un batido antes, te acompaño.- escuchaba a Eric hablar desde mi cama. 

Espérame un poco másWhere stories live. Discover now