Capítulo 5.

3.6K 217 13
                                    

-No soporto más, necesito mi cama. - resopló Abby desde su asiento. 

Debíamos haber salido hace exactamente una hora y media del instituto pero decidimos quedarnos y terminar un trabajo práctico grupal que debíamos entregar el lunes próximo. 

-¿Podemos hablar de lo que vamos a usar mañana? Digo, para despejar un poco la mente- exclamó Carol mientras empujó a un lado los apuntes y cogió su movil. - Todos van a estar ahí, y cuando digo todos me refiero a los chicos sexys de ciencias políticas.- argumentó la morena. -

 El instituto organizó una cena de bienvenida el viernes por la noche. Todo el alumnado e inclusive los profesores estaban invitados... y claro está que Kate Warren fue la primera en cruzarse por mi mente al pensar en esa noche. Aún no lograba comprender qué era exactamente lo que esa mujer provocaba en mí. Era una especie de odio y deseo, si, deseaba cada parte de su cuerpo, su mirada, añoraba rozar su piel o percibir su aroma fresco, pero a su vez odiaba la manera fríbola y desinterasada con la que me trataba. 

 Nunca estuve con una mujer pero jamás negué mi curiosidad por ellas, y mucho menos por alguien que acaparaba cada fracción de mi mente en tan solo segundos. 

- ¿Le dirás que si esta vez, no es así?- la voz de Brittany me sacó de mis pensamientos. 

-¿Qué? ¿A quién?- resoplé entretando hacía un intento inválido por leer las fotocopias que se encontraban frente a mí.

- León. Es evidente que lo vuelves loco Emma, creo que deberían inaugurar la cena con un beso detrás de las columnas. - dijo Brittany con la mirada fija en mí. 

 -¿Qué? No, claro que no, yo no... él ni siquiera sabe de mi existencia.- balbuceé sin más. 

-Siento interrumpir su interesante charla pero necesito que alguna de ustedes busque ayuda con las siguientes consignas, de otro modo no podemos seguir avanzando y les puedo asegurar que mi estómago no puede esperar por comida y una cerveza helada en este momento.- dijo Jessica sumergida entre las hojas. - Daniela está en la biblioteca, ella nos puede ayudar. 

Cinco minutos después yo me encontraba caminando escaleras arriba hacia la biblioteca, no me apasionaba la presencia de Daniela, era nuestra profesora de taller, sólo necesitaba salir de las cuatro paredes del aula y estirar mis piernas. Al llegar pude visualizar sólo dos figuras en toda la biblioteca, sentadas en uno de los bancos extensos sus voces y risas era lo único que se escuchaba desde la entrada. Di unos pasos lentos hasta obtener la mirada de la profesora. 

-Hola, perdón interrumpir Daniela, quería preguntarte si no podrías sacarme unas dudas respecto al trabajo de investigación que tenemos que entregar el lunes, yo...- mi mente se nubló y mis palabras se entremezclaron cuando la mujer que estaba de espaldas giró y posó sus ojos en mí. Era Kate. 

-Hola- dijo Daniela mientras se levantaba de su siento y tomaba un cuaderno de la repisa.- Hace un momento me llamaron de dirección, necesito firmar unos papeles y organizar unas correlatividades, ¿podrías volver... el lunes? Estoy libre la mitad de la tarde. - 

-El lunes debemos entregarlo.- expresé brindando una sonrisa tímida.- No importa, podemos resolverlo, nosotras...-

-Kate.- escuché ese nombre salir sin más de la boca de Daniela y mi mirada se posó en la morocha de forma instantánea, volviendo rapidamente a Daniela. - ¿Tu podrías ayudarla? ¿Tienes hora libre no?.- 

-Seguro, estoy al tanto del tema, presenté un proyecto el año pasado al respecto, no tendría inconvenientes si ella está de acuerdo.- dijo Kate lanzándome una mirada fugaz. 

Asentí con la mirada mientras observé como Daniela hizo un gesto de aprobación tocando el hombro de Kate y caminó hacia la salida. Minutos más tarde la solitaria biblioteca podía escuchar las exaltadas palpitaciones que mi corazón no podía disimular. 

 Aún seguía cerca de la puerta y Kate se había girado dándome la espalda y sacando una netbook de su portafolio. 

-¿Vas a venir más cerca?. - dijo con su voz ronca y clara. 

 Suspiré en silencio y di unos cuatro pasos hasta quedar a su izquierda, donde había una silla a la par de la suya. Apoyé el cuaderno que traía para tomar notas en la mesa y luego me senté yo. 

-¿Cómo van con el trabajo?- dijo mientras cogía la botella de agua a su derecha y bebió un sorbo mirándome. Mis ojos de forma sistemática miraron a su boca por un segundo. 

-Bien, por suerte vamos bastante bien. - dije sosteniendo su mirada.  Podía jurar que ella notaba el nerviosismo en mí y jugaba con ello.  

 Miró de forma análítica, regalándome una media sonrisa y asintiendo con la cabeza de forma lenta. Esos lentos movimientos que me volvían completamente loca. 

La siguiente media hora prosiguió a responder cada una de mis dudas con total claridad, no podía negar su inteligencia. Después de un rato logré volver a recuperar la compostura y tomar nota de cada una de sus palabras. De rehojo observé que ella había apoyado el mentón en su mano, mientras me observaba escribir. Podía sentir su olor y escuchar su tranquila respiración cuando caí en la cuenta de la corta distancia que había entre nosotras, de forma inmediata los nervios se apoderaron de mí y corrí la pierna de manera nerviosa chocando la de ella.

-Lo siento.- susurré mientras giré mi cabeza hacia ella. Sus ojos quedaron fijos en los míos, su mirada bajó a mis labios y se dibujó una sonrisa en los suyos. Mi pierna seguía tocando su rodilla, la iba corriendo lentamente. 

El total silencio y la tenue luz de la biblioteca pareciera resumirse en nosotras. Nuestros ojos no se despegaban, podía palpar la tensión y a su vez la paz que había entre la distancia que nos separaba. Su mano se corrió unos centímetros hasta llegar cerca de la mía, y sin pensarlo apoyé la punta de mis dedos en ella. Comencé a moverlos de forma lenta y suave, su piel era hermosa, tal cual la imaginaba. Ella miró nuestras manos y sonrío de forma dulce. 

No podía comprender esa situación, tampoco busqué hacerlo, era una de esas cosas que no puedes explicarlas, no puedes hacer otra cosa más que sentirlas. 

-Pude desocuparme un rato antes.- la voz de Daniela hizo que Kate apartara la mano de forma rápida y se alejara unos centímetros de manera disimulada. - Pudieron aclarar las dudas?.- preguntó mientras se aceraba a nosotras.

 Esa pregunta parecía irónica. Aclaré una duda y creo que la más importante. Ella sentía lo mismo que yo y era lo único que resonaba en mi cabeza. 

-Si, gracias. Fue de gran ayuda.- miré hacia Kate con una sonrisa en mi rostro pero ella sólo guardó sus pertenencias y se levantó rapidamente. Habló unas palabras con Daniela, claramente ellas eran amigas y salió de forma rápida por la puerta despidiéndose con una mirada apresurada hacia mí. 

 Bajé las escaleras al poco tiempo que ella lo había hecho pero ya no estaba. Sólo pude ver la mirada desesperada de mis compañeras. Había olvidado por completo que el proseguimiento del trabajo dependía de la información que traía conmigo. Ellas iban a matarme. 

Espérame un poco másWhere stories live. Discover now