Capitulo XIV: ¿Gané?

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El amanecer no solo había sido el de un nuevo día, si no de una nueva etapa en la vida de ambos. Choromatsu había despertado en los brazos de Osomatsu como un recordatorio de que lo que había sucedido la noche anterior había sido real. No fue ningún sueño.

Le había confesado sus verdaderos sentimientos a Osomatsu aun cuando no se dio cuenta del momento en que los aceptó. Ya no podía hacer nada con eso, su corazón, a pesar de que se resistió bastante, terminó admitiendo lo que verdaderamente le hacía sentir bien. Y Osomatsu le hacía sentir bien. Un simple pensamiento como ese le hacía sonrojarse, pero ahora que lo había admitido en voz alta se sentía increíblemente feliz. Era una sensación extraña en su pecho, pero muy agradable. Quería seguirla sintiendo.

Apenas Osomatsu se despertó, levantó la mirada para verlo y se saludaron con un pequeño beso en los labios. El sonrojo de Choromatsu aumentaba con cada segundo que pasaba, su corazón latía con fuerzas de verlo con aquella sonrisa tan despampanante mientras pronunciaba un "Buenos días".

Choromatsu sonrió con timidez de regreso. Estaba tan loco por todas las emociones que le estaba haciendo sentir. ¿En qué momento toda la forma en que veía a Osomatsu cambio? Era un cambio tan drástico que se desconocía a sí mismo. ¿Dónde había quedado todo su ego? ¿Todas esas veces que negó sentir algo por él o que sentiría algo hacia él? Se sentía como si lo hubiesen acorralado en su propio juego. Pero tampoco podía seguir pensando en eso. Porque ya había dado un paso muy grande hacia algo importante, y sería estúpido negar sus sentimientos ahora. No podía seguir escondiéndose en la negación.

Regresó en si apenas y recordó todo lo que había sucedido la noche anterior. Pero principalmente el hecho de que Osomatsu todavía estaba ahí con él. No saltó de la cama por el simple hecho de que sentía un leve dolor en la pierna todavía por haberse caído del caballo anoche, pero si se sintió alterado porque el sol ya había salido y ellos dos apenas se estaban despertando. Si bien el no podía levantarse fácilmente, Osomatsu si, por lo que de inmediato lo empujó de la cama para tirarlo al suelo y que se dejara de hacer el tonto al querer dormise de nuevo, ante lo cual Osomatsu se quejó de inmediato.

-¡Auch!¿Por qué hiciste eso?-

-¿¡Cómo que por qué!? ¡Date prisa, ya amaneció y tú todavía sigues aquí!- exclamó, mirándolo desde arriba. -¡¡levántate y ponte la ropa idiota!! ¡Te vas a meter en problemas si se dan cuenta de que no estás en tu habitación! -

-Ahh, no me dejas disfrutar el despertar a tu lado- Osomatsu hizo un puchero, suspirando y poniéndose de pie, recogiendo la ropa y estirándola para ponérsela. -...creo que debí colgarla, todavía está mojada-

Choromatsu se golpeó la cara con una mano, cada vez desesperándose más y más.

-S-se secará de aquí a que llegues al castillo...- se sentó en la cama, tocándose la pierna -Ah... tendrás que adelantarte, yo me quedaré aquí un rato más, todavía me duele la pierna-

-¿eh? No te voy a dejar aquí solo, menos si estas con la pierna así- dijo, poniéndose la ropa. Aunque sintió un escalofrió a causa de que estaba helada y mojada todavía, pero se la puso lo más rápido que pudo. -Ven aquí, te voy a ayudar-

-n-no- respondió, un tanto avergonzado aun bajo las sabanas. -Pásamela, yo puedo ponérmela solo-

Osomatsu inevitablemente sonrió, pero le pasó la ropa, dejándolo ponérsela solo porque sabia que no importaba que tanto lo intentara, Choromatsu no le dejaría ayudarlo. Continuó en su tarea de ponerse la ropa, para después voltear al perchero. Aquel perchero en el que debió colgar su ropa para que no quedara mojada toda la noche, pero en la que había puesto únicamente la bufanda que Choromatsu le regaló. Sonrió levemente, tomándola y enredándosela en el cuello.

¡Oh, mi principe! (Osochoro)Where stories live. Discover now