— ¿En que piensas?—pregunta Daario tomado de mi mano.
—En todo y en nada. ¿Como descubriste esta reserva?—
—Al comprar la casa, estaba construido un muro alrededor, resulta ser que era un paso para los narcotraficantes y el por que del muro. Cuando la compre lo derribe y ahora es mi lugar secreto, y ahora el tuyo.—
—Es muy hermoso y apuesto que hay muchas más cosas por ver.—se acerca hacia mi y comienza a besarme tierno y delicado. Llevo mis manos hacia su rostro y comienzo a acariciarlo... Sus manos viajan hasta mi blusa y se adentran tocando mi cuerpo y mis pechos. En un instante su peso esta sobre mi y mis manos están en su torzo. Es un Dios Griego.
Sus labios están sobre mi cuello y estamos desesperados por sentirnos el uno al otro.
Los recuerdos llegan.
El miedo se apodera de mi cuerpo.
Y entonces vuelvo a ser esa pequeña indefensa que no quiero recordar.
— ¡Espera! ¡No me toques!—grito tirándolo a un lado y levantándome rápidamente.
—Relájate amor...—comenta manteniendome en sus brazos y acariciando mi espalda.
Me siento un poco mareada y mi corazón parece que se fuera a salir por mi boca. ¿Que demonios acaba de pasar? Pensé que ya lo había superado...
—Lamento lo...—sus labios me silencian y lo abrazo fuerte.
— ¿Que te parece si volvemos a casa?—asiento en silencio, mientras tomo las mantas y su mano. La casa es muy hermosa aunque esta parte no la había visto.
— ¿Como se llama tu hermana?—pregunto curiosa.
—Dasha, es muy joven, tiene tu edad.—
— ¿Como sabes que edad tengo?—
—Le pregunte a la chica de cabello negro en Muso Inc.—
— ¿Quieres comer algo?—pregunto acariciando su vientre.
—Claro, puedo pedir algo.—
—Estaba pensando que cocináramos ¿sabes? ¿Puedo ir a tu cocina?—me guía hacia la cocina y me adentro en el refrigerador a observar lo que tenemos. — ¿Que te parece pollo a la Vita?—
— ¿Pollo a la Vita?—asiento besando sus labios y este sonríe. Se que parezco lapa pegada a Daario, pero una fuerza me empuja siempre a él. Es mi Nirvana.
Quito mi abrigo y mis botas, quedando en calcetas por toda su cocina, tomo las pechugas de pollo y comienzo a cortarlas por la mitad para rellenarlas con espárragos, haré unas verduras salteadas como un acompañamiento. ¡Quedará genial!
—Tú partirás los vegetales y yo me encargaré del pollo ¿de acuerdo?—comenzamos nuestra tarea con un poco de jazz, por lo visto es su música favorita. Algunas veces me toma de la mano y baila conmigo dando vueltas por toda la cocina.
— ¿Por que tienes una cocina tan grande?—pregunto tratando de buscar un bowl para preparar el pollo.
—Así era la casa y me pareció que la cocina estaba perfecta. Me recuerda a la de mi madre.—
—Eres muy apegados a ellos ¿verdad?—
—Claro que si, son mi vida.—Ojala pudiera decir lo mismo...
— ¿Como es tu familia?—pregunta mientras corta delicadamente el pimiento amarillo.
—Normal. Somos solo Gian, Fani, Kassius y Luca.—
—Gian es tu hermano y los otros chicos ¿que son?—pregunta con un tono de seriedad.
—También lo son, no de sangre, pero ellos me criaron junto a Gian. Son mi familia y la única que tengo.—
— ¿Que paso con tus padres?—no quiero hablar de eso... y entonces justo cuando voy a hablar escuchamos varias risas y pasos que van entrando. Me asusto y me quedo estática observando como entran dos chicos altos y sumamente guapos, el rubio y el castaño que me parece creer que es el Doctor que me atendió, se frenan en la entrada y observan el escenario frente a ellos.
—Sabía que no podías ser tu el que estuviera cocinando.—comenta el rubio con sarcasmo, Daario le pega en el brazo y estos comienzan a reír.
—Chicos, les presento a Vita Muso.—sonrió hacia ellos y los beso en ambas mejías junto con un abrazo. —Vita, te presento a Sasha, que ya lo conocías y a Ibra.—
— ¿Italiana?—pregunta el castaño, ahora conocido como Sasha "El Doctor" -en mi cerebro-. Asiento y este me toma la mano acercándome a él. —Un piacere di incontrarvi, bella signora.—
—Allo stesso modo, cavaliere nobile—besa mis mejías y al instante soy catapultada hacia atrás, a los brazos de Daario.
—No te pases Sasha...—gruñe molesto.
— ¿Quieren almorzar?—pregunto ignorando su comentario. Ambos chicos asienten y les paso un delantal.
—Como vamos a ser más, prepararé un espaguetti con el que morirán. Claro que me van a ayudar...—
No es por presumir, pero mi espaguetti es el mejor... Mientras preparo la masa, Sasha me toma en sus brazos y comienza a bailar conmigo, soy arrebatada de nuevo por Daario y este comienza a maldecir.
Presiento que la noche será fantástica.