Mi Escritor |BillDip| Gravity Falls

13. ¿Por amor a qué? ☕

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•Dipper 📚•
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—Llámala si tanto te preocupa, pero al número de su casa, no el de su celular. —Mis nervios empezaban a controlar todo acto involuntario que hiciese. Las manos me sudaban cual cerdo atrapado en olla.

—No puedo hacer eso...

     Charles observa impaciente el reloj colgado en la cocina.

—Entonces a la policía... —me miró. —se supone que la veríamos ayer, ya ha pasado más de 24 horas...

     Observar a mi prometido con aire desalentador me entristecía, no quería verlo así, él quien es un ángel cual protector y guardián de pesadillas, soldado quien fue a la lucha sin ser llamado, Charles ya era un ser especial para mí, años de conocernos lo volvía parte de mi diminuta existencia.

—No quiero llamar a la policía, no quiero que esté involucrada... —él observa el suelo, con grado de susto, no le agradaba la idea de que la policía fuese llamada.

—Tal vez se le olvidó que tenía que venir hoy. —Mabel se rellena la boca con hot cakes matutinos.

—No creo que se le olvidara algo tan importante como lo que es elegir un traje, Mabel. —Me concentré en un punto fijo de la pequeña habitación. —Deberías llamarla, Charles, ¡por dios! Yo estaría a medio infarto si no sé nada de Mabel. —Dije.

—Tengo miedo por ver quién será quien conteste. —el contexto en si no era capaz de entenderlo por completo, Charles está preocupado por su hermana, pero su angustia es mayor del saber quién contestará el teléfono.

—Hay que tener paciencia, posiblemente se atoró en el baño. —debo admitir que cualquier cosa que saliese de la boca de mi hermana tranquilizaba el aire tosco del departamento.

—Mabel, no es tú.

     Entonces, como un llamado a la paz la puerta sonó, con pasos sonoros Charles se dirigió hacia la entrada mientras que yo disponía a recoger las cosas del comedor, Mabel abraza a nuestra singular mascota. Logro escuchar como la respiración de Charles se apacigua. Un par de tacones se escuchan a lo lejos, se acerca cada vez un poco más. La voz tan característica de Charles cuando está preocupado acaparó mis sentidos.

—¡Diablos!, ¿te peleaste con un gato? —Preguntó Mabel.

Por otro lado, yo no hice comentario alguno sobre algunos raspones del rostro de la hermana de Charles, más bien me preguntaba en adentros qué le habrá ocurrido, y así la preocupación subió a mi pecho. Parecía no ser el único.

—No fue un gato, más bien una perra. ¡Cuñadito! Has adelgazado, —cual taza de té reconfortante del frío la abracé.

—Creíamos que te había pasado algo. —dije a voz tranquila, saber que se encontraba entera, sana y salva era tranquilizante. Sonreí, sus cabellos carbón adornan su saco oscuro.

—Así es —Charles posó su mano en el hombro de ella. Y no es que deseé parecer importunista o desalentador, pero Charles refleja que le reclamaba algo, incluso renegaba sus raspones en el rostro.

Quiero creer que al ser todos adultos ahora somos responsables de nuestros actos, que podemos caer y equivocarnos, debemos volver a levantarnos para obtener experiencia.