Capítulo 8: Día aburrido.

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—Despierta.—Castiel me movía de un lado a otro, abrí los ojos un poco desconcertada y lo vi.—Ya es hora de despertar pequeña y tonta dormilona.

Lo miré mal y moví mi cabeza al lado opuesto a él.

—Levántate, ya es tarde.—Me movió de nuevo y esta vez más fuerte.

Me giré quedando boca arriba en la cama, no podía ni siquiera mantener los ojos abiertos, tenía tanto sueño, sentía que acababa de dormirme.

—Ve a bañarte eso te quitará la cara de zombie.—Volteé a verlo con los ojos entrecerrados pues mi vista aún seguía nublada, tenía el cabello mojado y ya traía puesto el uniforme.

Me senté en la cama y me tallé los ojos con las manos mientras bostezaba, Castiel se acercó a mi de nuevo y lo miré mal.

—Ve a bañarte ya o tendré que llevarte yo.

—Ni loca.—Estiré los brazos y me levanté de la cama, me quité el suéter de Castiel y se lo di, tomé las cosas que ocupaba para bañarme de mi bolso de mano y entré al baño.

Estoy completamente malhumorada, por lo poco que dormí, por tener que volver, porque no quiero irme, por la cobardía de Castiel, por todo.

Abrí la ducha y al igual que ayer el agua salió con mucha presión y totalmente fría.

—¡Puta madre!—Grité cuando hizo contacto con mi cuerpo, definitivamente lo que menos voy a extrañar de este lugar es lo feo que el baño es y lo helada que está el agua siempre, miré por la pequeña ventana que estaba arriba de la ducha, estaba oscuro aún.

Terminé de bañarme, me cepillé los dientes y salí en toalla porque había olvidado traer mi uniforme, de todas formas daba igual, salí del baño y Castiel estaba ordenando sus cosas en su mochila, se sorprendió un poco y bajó la mirada a su mochila de nuevo.

Yo no dije nada, no estaba de humor, me senté en la cama y saqué mi uniforme y ropa interior de mi mochila y guardé mi ropa sucia en una bolsa de plástico, guardé mi jabón y cosas de aseo personal en el bolso de mano y me levanté de la cama para dejarlos al lado de la puerta.

—Saldré a preguntar a qué hora debemos estar allá, todavía son las cuatro y media.—Me dijo.

No le respondí solamente asentí la cabeza, él me miró con los ojos entrecerrados y luego salió.
Me sequé el cuerpo y me puse ropa interior, aproveché que estaría lejos un rato y me puse crema en todo el cuerpo, el frío me resecaba deseaba horriblemente la piel.

Me puse el buzo del uniforme y la camiseta, el suéter del uniforme y tenía demasiado frío aún, miré que Castiel había dejado su suéter en una esquina de mi cama y su mochila en el suelo así que entendí que me lo estaba dejando aún, lo tomé y me lo puse sobre el uniforme.

Regresé al baño a verme al espejo, miré mis ojos y recordé lo que me había dicho el día anterior, una pequeña sonrisa apareció en mi rostro, me relamí los labios y suspiré.

No seas tonta Sucrette.—pensé.

Me cepillé el cabello y salí del baño cerrando la puerta, ahora si estaba completamente lista para irme aunque el sueño y el malhumor no se habían ido aún.

Volví a acostarme en mi cama y tomé mi teléfono, tenía varias llamadas perdidas de Alexy y Rosa, seguro solo llamaban para preguntar qué ha pasado con Castiel y supongo que lo mejor será dejar todo en secreto.

Castiel volvió unos minutos después.

—Hay que irnos ya, el bus vendrá en veinte minutos.—Parecía un poco cansado, seguramente por caminar, asentí y tomé mis cosas, salí antes que Castiel de la cabaña y ni siquiera me moleste en esperarlo, solo empecé a caminar.

La Suerte De Tenerte | CastielWhere stories live. Discover now