Capítulo 12: Debut.

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Llegué a mi casa y mi felicidad era tan grande que no podía dejar de bailar mientras ordenaba mis compras. Lysandro me había regalado la última caja de frutilupis y eso jamás, jamás, jamás lo olvidaré.

Después de ordenar todas las bolsas de chucherías, frituras, chocolates, palomitas y otras cosas en los estantes de mi cocina, abrí el refrigerador y saqué una pizza congelada y la metí al horno, no es lo más delicioso de comer pero tampoco quiero cocinar así que cualquier cosa comestible para mí está bien.

Mientras esperaba me senté en uno de los banquitos de la barra y encendí mi celular, me fijé en la hora, una de la tarde, entré a mis mensajes y tenía varios de Rosa, Kentin y Alexy. Llamé a Rosa.

—Paso por ti en veinte minutos.—Me dijo nada más contestar.

—¿Por mí?—Pregunté confundida.

—Obvio, conozco tu guardarropas y tus pijamas son horribles.

—¡Hey!—Me quejé.—Mis pijamas son bonitos, además, ¿para qué quiero un pijama "bonito"?

—Lysandro me dijo que irá. No lo conquistarás con pijama de puerquitos, Sucrette.

Mis ojos se abrieron grande, con sorpresa y confusión, ¿de qué mierda habla Rosa?

—¿¡Conquistarlo!?—Le pregunté ligeramente exaltada, ella rió.—Estás loca, no compraré nada más y punto, ¡además no quiero conquistar a Lysandro!

—¿Y a Castiel?—Preguntó en un tono sugerente. En todo este rato no había pensado en él, había olvidado que ya no trabajaríamos juntos, también había olvidado que lo había invitado.

—¡Menos!—Grité, ella volvió a reír.—Ni siquiera sé si vendrá, seguramente no y ¡no me importa!

—Como quieras.—Rió suave.—Igual llego en media hora con Alexy, por cierto, él pregunta si lograste convencer a Kentin.

—No seguí insistiendo desde que me castigaron con Castiel.—Suspiré.—Lo llamaré ahora, bye.

—Nos vemos pronto.

Colgué y entré al contacto de Kentin y lo llamé, se tardó un poco en contestar pero terminó aceptando la llamada.

—Sé para que me llamas y mi respuesta es no.—Dijo y automáticamente colgó.

Imbécil.—Pensé y fruncí las cejas, odio estarle rogando por algo tan simple como venir a mi casa, pero todo lo hago por Alexy. Volví a llamarlo y contestó.

—No vas a cansarte ¿verdad?—Preguntó.

—No.—Respondí.—Solo es una pijamada además estaremos Rosa, Lysandro y yo, no van a estar solos.

Los conozco, harán que me quede solo con él y Alexy es demasiado intenso a veces.

—Si vienes te llevaré galletas durante un mes.—Dije. Él se quedó callado unos segundos y después respondió.

—¿De chocolate?

—De lo que quieras.—Rodé los ojos aunque no pudiera verme.—¿Lo tomas o lo dejas?

—Lo tomo pero debes cumplir. Promételo.

—Lo prometo.

—Bueno, llegaré a las cinco.

Colgué y suspiré, recargué mi espalda en el sofá y me pasé una mano por el cabello, acabo de sobornar a Kentin con galletas de chocolate, quién lo diría.

La Suerte De Tenerte | CastielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora