No me abandones

2.8K 277 4
                                    

Unas horas antes:

Clarke salía del aeropuerto con lágrimas en sus ojos, ser fría y distante con Lexa la mataba por dentro pero era necesario, estaba dispuesta a cualquier cosa por ella y su felicidad, incluso a alejarse para siempre de ella si así lo quería Lexa.

Condujo mecánicamente sin ganas de nada hacia su oficina, volver a casa significaba quedarse horas enteras dándole vueltas a la cabeza y a sus sentimientos, prefería enfrascarse en su trabajo y olvidarse de todo durante un tiempo.

Se encerró en su oficina durante unas horas, revisando papeleo y atendiendo algunas emergencias, mientras poco a poco iba sintiéndose mejor, sabía que había hecho lo que debía, que Lexa sería feliz con un muchacho de su edad, ella no entraba en esa ecuación.

Cuando se iba haciendo tarde cogió su chaqueta y salió de servicios sociales, para ir a una casa vacía y llena de recuerdos, para enfrentarse nuevamente a la soledad y el aroma de Lexa bailando en cada habitación. Distraía en sus propios pensamientos, no escuchó los gritos de la multitud cuando un hombre sacó una pistola, apuntando directamente a ella, solo una voz demasiado conocida y que creía que jamás volvería a escuchar la sacó del limbo y, con horror, vio ante ella a Titus Woods, con mirada de loco y armado. No pensó en qué demonios hacía ese hombre ahí, ni que un arma apuntaba hacia ella, no pudo pensar en nada más que en el agudo dolor que sintió en el vientre tras el impacto del disparo y que iba a morir sin decirle a Lexa que la amaba, cayó al suelo mientras todo se iba volviendo negro, mientras escuchaba a Titis reír como un loco y las voces de la gente exclamando que llamaran a la policía.

-Te dije que te encontraría y te mataría Clarke Griffin, siempre cumplo mis promesas.

Fue lo único que llegó a escuchar antes de caer inconsciente, mientras el nombre de Lexa seguía bailando en su cabeza, Lexa estaba lejos, estaba a salvo, Lexa la había besado, Lexa...

La camilla entraba en el hospital a la velocidad de la luz, mientras los médicos no dejaban de gritar instrucciones, directos al quirófano, tenían muy poco tiempo para salvar su vida.

Anya, avisada por Raven, se había plantado en el hospital horrorizada por los acontecimientos, Clarke agonizando y Lexa al otro lado del mundo sin saberlo, sin saber que la persona más importante de su vida estaba en la delgada línea entre la vida y la muerte.

Raven había conseguido detener al loco de Titus, y encarcelarlo, había salido con la condicional y lo primero que había hecho una vez libre fue atentar contra Clarke, violación de la condicional e intento de homicidio servirían para encarcelarlo de por vida, Raven iba a encargarse personalmente que esta vez no saliera jamás de prisión.

Por mucho que la joven policía le había dicho que no llamase a Lexa hasta que se supiera algo concreto del estado de Clarke, Anya no pudo evitar llamarla, si Clarke moría la castaña debía estar preparada para enfrentarlo y si le pillaba de sorpresa sería un golpe demasiado duro. Tanto Raven como Anya, miraban con expresión de horror y miedo la puerta del quirófano, esperando noticias, rogando por Clarke, tenía que salir de eso, tenía que volver a ellas, no podía morir.

En Inglaterra, tras colgar la llamada de Anya, Lexa se puso completamente histérica. Su ex profesora no quiso darle detalles de lo acontecido, solo sabía que Clarke estaba muriendo y que ella estaba a mil kilómetros, sin poder verla una vez más, sin sujetar su mano, sin estar a su lado, sin decirle que la amaba.

Tyler la miraba sin entender, ya que murmuraba entre sollozos y gemidos, intuía que la llamada que había recibido tenía malas noticias e intentó calmarla como pudo, más solo consiguió gritos por parte de su novia, histérica y con la mirada cargada de dolor, nunca la había visto así.

Un camino de piedrasWhere stories live. Discover now