SeokHao

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MingHao movía sus pies ansioso, sentado en el inmenso sofá de la habitación en espera del mayor de la casa, su daddy.

Era Viernes y eso significaba que llegaba más temprano, a eso de las 6:30 PM, nana, una señora algo mayor que se encargaba de cuidar cariñosamente del pequeño, se iba a su casa a las 6:00 PM. En ese tiempo, MingHao solía ponerse bonito para su daddy.

Miraba la boleta de calificaciones recién entregada entre sus manos, estaba nervioso y emocionado por su reacción, ese 8,6 en lenguaje arruinaba todo, pero nadie podía culparlo, aún no se acostumbraba demasiado al idioma.
Soltó un suspiro cansado, tratando de entretenerse en algo, sin embargo, su corazón latió desenfrenado al escuchar como la puerta principal de la casa se abría.

Dejó la boleta de lado y de un salto se levantó del sofá, corriendo tan rápido como sus piernas se lo permitían hasta lanzarse a los brazos del mayor, quien le recibió con un fuerte y amoroso abrazo, refugiandole entre estos. Acarició con dulzura su cabello, siendo lo más cuidadoso posible, su bebé era lo más preciado para el en su vida y no se perdonaría lastimarle.

Daddy, te extrañé demasiado...— Se escuchó su linda voz siendo obstruida por el pecho del mayor, quien solo sonrió radiantemente y le separó un poco para que le mirara.

Yo también te extrañé demasiado, pequeño, las horas fueron lentas sin ti...— Dejó un pequeño beso en su nariz, causando una linda risa en el lugar proveniente del menor.

Daddy, tengo algo que enseñarle, venga— Tomando su mano y tirando levemente de esta, ambos caminaron hacia el sofá, lugar en el que MingHao recogió sus calificaciones, mirando nervioso el 8,6 que había en esta. Soltó un suspiro antes de pasársela, jugando nervioso con las mangas de su sudadera.

Los ojos del mayor recorrieron la hoja de papel, para luego correr su vista al menor, quien tenía los suyos cerrados con fuerza. Su pequeño había pasado por mucho maltrato, por eso su reacción. Él no era como sus anteriores daddys, los cuales dañaron demasiado a su bebé. Posó su mano en su cabello, acariciándolo con un deje de ternura, una sonrisa comprensiva se hizo presente en su rostro.

Vas mejorando, cariño, estoy orgulloso de ti.— Sabía que su pequeño aún tenía dificultades con el idioma, no le iba a presionar, no era así. Los ojos del menor se cristalizaron y sin demora empezó a lagrimear, volviendo a lanzarse a sus brazos, quedando sentado en su regazo. Por obvias razones no le iba a negar ningúna abrazo a su bebé, acariciando sus cabellos dulcemente, en señal de reconfortación.

Amor, sabes, mereces ser premiado, no he podido estar contigo últimamente y eso en verdad no me parece lo adecuado, puedes pedirme lo que quieras.

Los ojos de MingHao se iluminaron y sus mejillas se sonrojaron en un bonito color rojo, llamando la atención del mayor quien ladeó la cabeza en espera de cualquier cosa que necesitase su bebé. El pequeño jugó con el borde de su sudadera, nervioso, quería algo, pero no sabía si era correcto pedírselo, solo lo había hecho un par de veces. Cuando tenía una crisis y su daddy se encargaba de recordarle que nunca le dejaría solo a base de besos, caricias y roces subidos de tono. “Hacer el amor”, le decía Seokmin.

H-hay algo que quiero...— Su linda voz salió muy baja de volumen, siendo ésta tímida. Ahora jugaba con sus pies. Aquella linda vista, derretía el corazón del mayor. Sin esfuerzo, le alzó en brazos para así sentarle en su regazo, sosteniendo con firmeza su cadera haciendo uso de un solo brazo mientras que su mano acariciaba su mentón, alzando su cabeza para que le mirase.

—Pídelo, cariño, cumpliré cualquier cosa que quieras.

—Daddy...— Tomó algo de aire al igual que valor.— Quiero que me haga el amor, por favor...— Pidió con ojos suplicantes, Seokmin se quedó en silencio, bajo la tímida mirada del menor quien empezaba a arrepentirse al no obtener respuesta. Avergonzado y con el cuerpo temblando, bajó la mirada, conteniendo las ganas de llorar.— P-pero si no quiere está bien, lo comprendo...— Se apresuró a decir, cerrando sus ojos.

¿Estás seguro que eso es lo que quieres, cariño?— Con una suave caricia en el cabello de MingHao, la tranquila voz de Seokmin le hizo alzar la cabeza, asintiendo con la cabeza.— ¿qué es lo que sientes cada vez que te hago el amor?

El castaño ladeó la cabeza, pensandolo un par de segundos.— Siento que daddy me quiere más que nunca...

Seokmin no necesitó más y alzó al pequeño en brazos, dejando un suave y dulce beso en su mejilla.

(...)

La piel canela de MingHao se estremecía cada vez que su daddy rozaba con sus labios su cuello, sentía su respiración sobre su piel, sus brazos quedaron a cada lado de su cabeza, soltando de vez en cuando largos suspiros.

Las grandes manos de Seokmin acariciaban sus costados, pasando por las casi imperceptibles marcas que había en estas causadas por el maltrato que había sufrido su bebé, en cada una de ellas, dejaba un beso húmedo lleno de cariño que llegaba hasta el corazón de MingHao.

Estaba totalmente seguro de que su daddy lo amaba tanto como el lo hacía a él.

Mantuvo sus ojos cerrados, dedicándose a disfrutar de cada beso, cada caricia que dejaba en su cuerpo, esa sensación le encantaba.

La lengua de Seokmin pasaba por sus pezones con lentitud, escuchando los pequeños y agudos gemidos que salían de los labios cerezas del menor, era bastante sensible.

Cada beso, cada caricia, significaba más que mil palabras para MingHao, ellos no tenían sexo, ellos hacían el amor desde lo más profundo de su corazón.

Hasta aquí llegué, me entraron ganas de llorar de lo hermoso que es esta Shipp, ay. :'(

Casi mil palabras, ains jsjs.

My Love [MingHaoXSeventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora