36

1.3K 196 96
                                    

*YOONMIN *

La primera vez que Jimin se había sentido seguro con alguien que no fuese ninguno de sus padres, fue en el jardín de niños en el que estudiaba. Ese día había conocido a Jung Hoseok, quien le había invitado de sus galletas y quien le había dicho que no había nada de malo en ser rubio.

Ese día, Hoseok le enseñó que los insectos no eran perjudiciales, siempre y cuando no salieran de las alcantarillas. Ese día, Hoseok le enseñó que jamás debes arrancar una bella flor, si no tienes una buena razón para hacerlo. Ese día, Hoseok le había enseñado lo que los adultos llamaban; una verdadera amistad.

Y aunque al principio tuvo que batallar con los celos del pequeño Kim, quien no quería compartir a su mejor amigo, termino acostumbrándose y queriendo al menor, casi como había querido a Hoseok.

No importa que pasaría en un futuro, Hoseok siempre seria la persona en quien tendría más confianza en el mundo.

Pero llego ese día, en que una pelinegra de ojos felinos llegó a la clase de matemáticas, cuando todo en el mundo de Park Jimin pareció cambiar. Hoseok y él se distanciaron, aunque ninguno lo admitió. Y no era exactamente por celos, —aparte— si no que era por la incógnita, de quien seria el afortunado de robar el corazón de Min Yoonji.

Ese día, en el pasillo del fondo, Park entendió que él no lo seria. Su beso con Yoonji no duro tanto como el de Hoseok. Fue robado, y pareciera que solo él había disfrutado —unos muy pequeños segundos— de el. En cambio, Yoonji ahora se veía sonrojada, tímida... Feliz. Ella se veía muy a gusto con Hobi y ellos se veían muy bien juntos.

¿Que estaba pensando cuando se le propuso a Min Yoonji? ¿Realmente estaba compitiendo contra el maravilloso Hoseok? ¿Enserio creyó tener una oportunidad contra él? ¿Porque había competido con su mejor amigo en vez de apoyarlo?

Él se regreso sin que los otros dos niños se dieran cuenta y fue directo al baño de varones. Se miró enfrente del espejo y miró el pequeño moretón que tenía por debajo del ojo. En si, no era tan grande, pero resaltaba mucho con su piel blanquecina y su cabello claro. Una lágrima resbaló por su mejilla, al pensar que ese había sido su primer beso. Al parecer había sido un beso que no podría olvidar, por lo menos en una semana con ese recordatorio en su cara.

¿Porque había hecho eso?

Yoonji no quería lastimar a ninguno. Tal vez ella empezaba a ponerse grosera para alejarlos y no afectar a ninguno, pero él había sido terco y envidioso. Él había querido seguir junto a ella sin importarle sus sentimientos o los de la niña pálida.

Que torpe.

Empezó a lavar su cara y a secarla rápidamente. No quería que nadie en la escuela lo viera llorando, o sentirían compasión de él. Lastimosamente, Jungkook estaba en la entrada del baño casi desde que Jimin había entrado. El reflejo del menor apenas era visible en el espejo, pero ahí estaba.

— ¿Que paso, Hyung?

— N-Nada...

— ¿Yoonji te hizo daño? — el menor se acercó, dándole un pañuelo para secarse la cara de forma adecuada.

— No... Yo me lo hice solo.

— Jamás te había visto triste o deprimido... mucho menos llorando — Jungkook estaba preocupado.

— Jamás he tenido muchos motivos para sentirme así — Jimin frunció el ceño —. Realmente me siento muy estúpido por llorar. Me metí en esto sabiendo que terminaría así y sigo sintiéndome mal a pesar de apenas tener 11 años.

— La edad no importa, Hyung. — Jungkook miró el piso —. Se que a esta edad pensamos cosas tontas... pero es cuando más miramos con sinceridad e inocencia. Es cuando más claros son nuestros sentimientos y ningún ego va a ocultarlo.

Soy Min Yoonji. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora