Pegasus Moon

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EN ALGUNA PARTE DEL SISTEMA SOLAR
Tras cientos de años, el sello se empieza a debilitar. En los recónditos rincones de nuestro sistema planetario, el esfuerzo del Santuario y el Reino Lunar para vencer al temible enemigo se esta perdiendo en los confines del tiempo. Cuatro imponentes figuras se han reunido alrededor del circulo solar, deseosos de recuperar sus glorias pasadas y vengarse de aquellos que se las arrebataron. Hoy, los dioses solares inician su regreso.
EL SANTUARIO
-¿Qué es ese poderoso cosmos?-Se pregunto Mu de Aries en la entrada del Santuario. - Debo avisarle a Athena.
Mientras tanto, en la cámara del patriarca, en medio de la noche, se encontraba Saori Kido, la reencarnación de la diosa Athena en esta era, quien al igual que Mu y los demás caballeros dorados bajo su mando, sintió la poderosa presencia que liberó su energía desde el cielo, cuya onda expansiva se vislumbro en el cielo nocturno seguida de una potente luz, tanta que por unos segundos pareció de día. La princesa Athena se sorprendió ante tal poder.
-Jamas imaginé que podría haber un cosmos tan grande, temo que sera el inició de una nueva guerra santa. -Hizo una pequeña pausa.- Mis queridos caballeros del zodiaco, y en especial tú Seiya, ¿dónde están?
TOKIO, JAPÓN
A las afueras de la ciudad caminaba un joven cargando una gran caja color gris.
-Espero que en este lugar encuentre alguna información sobre mi hermana.
Su nombre era Seiya, un caballero del zodiaco bajo la constelación del Pegaso al servicio de la diosa Athena. Realizaba un viaje en busca de su hermana perdida Seika, no obstante de pronto sintió el poderoso cosmos originado del espacio, el cual era el mismo que se sintió en el Santuario. Giró y volteó al cielo solo para encontrarse con el Sol iluminando fuertemente.
-Me pregunto qué habrá sido eso. Nunca antes había sentido un cosmos tan poderoso. Saori, amigos, espero que estén bien.
Mientras tanto, en esa misma ciudad, en una escuela secundaria, se encontraba Serena Tsukino hablando con su amiga Molly alegremente, se dirigían al salón de clases después de la hora del desayuno.
-Molly, ya viste, logre subir mis notas, y por eso mis padres mi compraran el nuevo videojuego de Sailor V.
Dijo Serena a su amiga, quien respondió.
-Claro que subiste tus notas Serena, pero no creo que sea un gran logro pasar de 30 a 40.
La chica de cabello rubio bajo la cabeza y asintió tristemente. Entonces una extraña energía la golpeó debilitándola, provocando que tropezara, cayera al piso y se estampara su rostro contra el suelo. Su amiga se detuvo a asistirla.
-Serena, ¿estas bien?
La niña Tsukino solo lloró balbuceando algunas quejas.
LOS CINCO PICOS, CHINA
Frente a la cascada, el viejo maestro Dokho y su discípulo Shiryu de Dragón también sintieron el aterrador cosmo de origen extraño.
-¿Qué fue eso maestro?
Le preguntó el pupilo al anciano caballero dorado.
-No estoy muy seguro Shiryu, pero ese cosmo esta lleno de resentimiento y maldad.
El dragón se sorprendió ante las palabras de su mentor, e hizo una nueva cuestión.
-¿Qué hacemos ahora maestro?
Dokho reflexionó unos momentos y respondió.
-Sentí que parte de esa presencia descendió a Japón, así que creo que deberías dirigirte hacía allá.
Shiryu respondió:
-En ese lugar se encuentra Seiya, podré reunirme con él.
El maestro asintió:
-Una vez que estés ahí e investigues, de alguna forma deberás comunicarte al Santuario.
El discípulo resolvió:
-En la fundación llamare a Shun, según lo último que me dijo fue que se quedaría en Grecia.
Finalmente resuelto todo Shiryu de dragón partió hacia Japón.
TOKIO, JAPÓN
De vuelta en tierras niponas, más tarde ese mismo día, Serena caminaba por la calle acompañada de sus amigas Ami y Lita, justo después de salir de la escuela.
-¿Creen que Rei se la esta pasando bien en sus vacaciones en Siberia?
Preguntó Lita a las otras dos chicas.
-Claro que sí. -respondió Ami a la vez que sacaba una fotografía de su bolsillo.- Miren, aquí esta una postal.
Serena la miro con admiración y luego con enojo, ya que la sacerdotisa tenía una expresión burlesca en el rostro y pensó que se trataba de una burla hacía ella.
-Esa Rei, ni tan lejos deja de burlarse de mí.
Ami trató de tranquizarla.
-No pienses así Serena. -Se detuvo un momento para volver a guardar la postal y para realizar una nueva cuestión.- ¿Y dónde esta Mina?
Lita esta vez fue la que contestó:
-¿No lo sabes? Ella de nuevo esta trabajando como Sailor V ayudando a la policía a atrapar criminales.
Serena volvió a montar una rabieta ante ese comentario.
-Esa Mina es una presumida, se cree mejor que yo.
Las chicas rieron ante la actitud de la muchacha de las coletas y siguieron caminando. Llegaron a un parque y entonces vieron a un joven sentado en una banca tocando una guitarra, con una gran caja gris al lado. Serena quedo maravillada con las notas, tanto que corrió hacia el joven de cabello café sin importar los "Serena, detente" de sus amigas. Finalmente llegó con él y por una extraña razón se quedo paralizada por unos segundos, ante los ojos del joven quien no entendía por que esa chica lo miraba así. Después de todo, Serena se dio cuenta de eso y se puso roja de la vergüenza, pero luego se repuso.
-Disculpa, es que creo que tocas muy bien la guitarra.
El joven se sorprendió ante tal cumplido.
-Gracias. ¿Cuál es tu nombre?
La niña de las coletas dio su nombre.
-Yo me llamo Serena. ¿Y tú?
Luego de eso el joven reveló su identidad:
-Seiya, mi nombre es Seiya.
Tras correr un poco Ami y Lita llegaron con Serena.
-Al fin llegan chicas. -Les señaló Serena.- Él es Seiya. Seiya ellas son mis amigas Ami y Lita.
-Hola a ambas.
Les saludó Seiya, y Ami contesto el saludo.
-Un gusto Seiya. -Una pausa.- ¿No te he visto en algún otro lado.
-Claro, en la televisión. -Termino la más corpulenta de las chicas por su amiga.- Eres uno de esos caballeros que peleó en la Guerra Galáctica ¿cierto?
Seiya sonrió orgullosamente y asintió.
-Si, soy uno de ellos.
La cara de Serena se iluminó y su amiga de cabello celeste al ver la atiborrada de preguntas que le iba a hacer al caballero, la alejo de ese lugar a rastras prácticamente. Entonces se despidieron Ami y Lita mientras que Serena se quejaba
-Bueno fue un placer.
-Adiós.
-Esperen un momento.
Seiya volvió al sonreír al verlas partir.
-Que chica tan extraña, sin embargo...
Serena, Ami y Lita caminaron por otro rato más, hasta que se separaron en una esquina y cada una se dirigió a su respectiva casa. Serena entro en un callejón para llegar a su hogar, pero cuando había cruzado la mitad de éste una potente voz la llamo.
-Hey tú. -Serena volteó.- Tú eres Serena Tsukino, o quizás prefieras que te llame Sailor Moon.
Serena se sorprendió ante las palabras del hombre que le hablo, el cual iba vestido con una armadura color rojo con detalles en amarillo, la cual cubría todo su cuerpo de forma imponente a excepción de su cara y en la espalda tenía varias puntas que sobresalían por detrás de su cabeza.
-¿Cómo sabes quien soy?
Interrogo la chica rubia.
-Fácil. -Respondió el sujeto misterioso.- Hace un rato lancé una onda de energía que solo te afectó a ti, así lo descubrí.
-¿Quién eres tú?
Preguntó Serena al hombre quien respondió:
-No tiene sentido que lo sepas, ya que morirás en este mismo instante. Toma esto: Esferas destellantes.
Al decir eso pequeñas esferas de fuego aparecieron alrededor de él y salieron disparadas hacía la chica rubia, quien esquivo algunas pero una iba directo a su ser y entonces cerro los ojos, no obstante no paso nada así que los abrió para darse cuenta de que Seiya se había parado frente a ella para tomar la esfera con sus manos la cual se evaporó.
-¿Estas bien?
Le preguntó Seiya a Serena.
-Si, gracias.
Fue lo único que pudo contestar.
-Bien vete de aquí, yo me encargare de este sujeto (así que a este tipo pertenece el cosmos maligno que sentí). -Miró al extraño oponente y le dijo- ¿Alguna vez, has sentido el poder del cosmos?
Al decir eso, Seiya se puso su armadura de Pegaso ante la admiración de Serena y la mirada curiosa del hombre, quien le preguntó:
-¿Así que tú eres Seiya de Pegaso? En ese caso permiteme presentarme apropiadamente: Yo soy Abhla de Amanecer.
Seiya lo miró.
-Bien Abhla, no te conozco pero tus intenciones no deben ser muy buenas si es que atacaste a una joven, además de que tu cosmos delata tu maldad.
Abhla sólo sonrió.
-Tienes razón. Mi misión es traer luz a este mundo, pero para eso debo acabar con todas las cosas que provoquen sombra, incluidos ustedes.
Seiya se puso en posición de combate.
-No creas que te lo voy a permitir: dame tú fuerza pegaso, Meteoros de pegaso.
-Esferas destellantes.
Ambos ataques colisionaron, pero el de Seiya era más fuerte y le dio repetidas veces en el estómago, pecho y uno en la cabeza provocando que cayera su casco.
-Bien hecho Seiya. -Dijo Abhla mientras se reincorporaba.- Pero eso no basta. Ahora recibirás mi técnica más poderosa: Rayos destellantes.
Tras eso múltiples flechas de fuego salieron disparadas contra Seiya, quien las recibió de lleno provocándole varias heridas y que se estrellara contra la pared del callejón.
-Contra este ataque no existe defensa Seiya. -Explicó Abhla.- Los disparos parecen al azar, pero estratégicamente golpean puntos vitales, es una suerte que sigas vivo.
Serena, al ver el sacrificio de Seiya, decidió transformarse sin importarle que descubrieran su identidad.
-¡Poder cósmico lunar!
Tras esto Serena se convirtió en Sailor Moon.
-Alto ahí malvado. No permitiré que sigas causando sufrimiento a quien se te pone enfrente. Soy una sailor scout que lucha por el amor y la justicia. Soy Sailor Moon y te castigaré en el nombre de la Luna.
-Sailor Moon.
Murmuro Seiya.
-Así que al fin te muestras, pero aún así acabaré primero con Pegaso. ¡Rayos destellantes!
Abhla de nuevo lanzó su ataque y las flechas salieron como misiles, ocasionando la respuesta desesperada de Serena.
-Tiara Lunar ¡Acción!
Sailor Moon arrojó su diadema, la cual fue esquivada por el guerrero del amanecer, saliendo solo con un rasguño en la mejilla.
-Veo que eres bastante molesta, pero ahora que no esta Pegaso sigues tú. ¡Esferas des...!
Abhla fue interrumpido por un duro puñetazo que Seiya tiro en su rostro estrellándolo ahora a él contra el muro.
-Bastardo. -Vocifero el guerrero del amanecer.- ¿Por qué no estas muerto?
-Es gracias a Sailor Moon.- Dijo Seiya y la miro de reojo.- Además la misma técnica no funciona dos veces contra un caballero.
Sailor Moon se coloco al lado del caballero de Pegaso.
-¡Malditos! - Soltó Abhla con furia.- Acabaré con ustedes ¡Rayos destellantes.
Sailor Moon y Seiya dijeron simultáneamente sus respectivos ataques:
-Espiral lunar del corazón.
-Dame tu fuerza Pegaso.
-¡ATACA¡
-¡COMETA PEGASO!
Los ataques combinados destrozaron los de Abhla quien fue destruido por ambos poderes.
Finalmente la batalla término. Ambos volvieron a la normalidad, y Seiya acompaño a Serena a su casa.
-Quería agradecerte por salvarme de ese sujeto.
Le dijo la chica rubia al castaño.
-No fue nada, además tú también me salvaste.
La scout se detuvo frente a su casa y abrazo al caballero, quien correspondió el gesto. Tras unos largos segundos se separaron.
-Hasta pronto Serena. -Se despidió Seiya.- Algo me dice que volveremos a luchar juntos.
Serena vio marcharse a Seiya y pronunció unas últimas palabras.
-Así lo espero...

Saint Seiya y Sailor Moon: Sailor SaintsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora