Intenté conciliar el sueño, pero sin embargo, me era imposible.
¡Intenta dormir con la respiración de Zayn en tu cuello! ¿Lo ven? Es imposible. Simplemente comencé a reflexionar. A pensar sobre la situación de mi madre, ya que no me había tomado el tiempo de pensar sobre eso.
Me di cuenta que había prácticamente abandonado a mi hermano en un infierno. Ahora, probablemente mamá y Rebecca estarían en una guerra, y Tom con un pie fuera de casa.
Mi madre seguro ya leyó la nota, y vendrá en camino a sacarme de aquí. Seguro Louis no pudo evitar que ella venga en busca de nosotros, y todo podría salir mal.
O tal vez mi madre por fin me dio libertad de hacer lo que fuera mejor para mí.
Miré hacia aquella esquina, en la cual casi moría. En la cual había sentido muchas emociones, hace cuestión de minutos.
-¿Zayn?-susurré.
-¿No puedes dormir?-preguntó adorablemente mientras yo negaba con mi cabeza. Me giré de tal manera en la que nuestros ojos pudieran hablar por sí mismos.
-No puedo verte-me quejé. En cuestión de segundos sus brazos rodearon mi espalda, y me apegaron más a su cuerpo-Ya puedo verte-reí al percibir sus brillantes ojos, y su cegadora sonrisa.
Pasé mi mano por su cabello, provocando que este sonriera. Sus manos comenzaron a acariciar mi cintura, al igual que yo lo hacía con su rostro.
-Hablemos-sonrió-Hablamos mucho de mí este día. ¿Recuerdas que tenemos que ponernos al corriente después de estos cinco años?-rió.-Sí-sonreí.
-¿Iremos a casa de mi antigua vecina, mañana?
-Dijiste que estaba muerta-reí.
-Lo está, así que probablemente está abandonada.
-Por lo tanto, sería una mala idea-reí.
-Vinimos aquí en busca de cosas nuevas. No hay nadie que nos diga que podemos hacer, y qué no-guiñó un ojo-Todo lo que suceda aquí, será cuestión de ti y de mi. Nadie te obligará a hacer algo que no quieres, y no tienes que hacer nada que no quieras-sonrió.
-De acuerdo-sonreí.
-Necesito algo.
-¿Qué cosa?-acaricié su mejilla.
-Es algo urgente.
-¿Qué cosa?-pregunté, esta vez, un poco alterada.
-Es muy urgente. Mis labios me están exigiendo de los tuyos.
-Eso es una emergencia-reí.
-Sí, lo es-sonrió mientras fruncía sus labios.
-Tontito…-reí mientras me inclinaba para así poder besarlo.
De nuevo me abrazó, y apegó a su cuerpo. Ambos cerramos nuestros ojos, y intentamos conciliar el sueño de nuevo. Me acurruqué sobre su cuello, y así, por fin, logré dormir plácidamente.
-Amor, despierta-dije moviendo su brazo delicadamente.
-¿Qué? Aghh-se quejó mientras jalaba mi brazo, y me tiraba sobre su lado, de nuevo-Cinco minutos, linda-dijo abrazándome.
-Dijiste que iríamos al parque.
-Lo haremos-sonrió mientras abría sus ojos, y se ponía de pie.
Quería visitar ese parque por una sola cosa en especial: allí fue la primera vez que nuestras miradas se cruzaron.
-¡Zayn! ¡Te demoras mucho!-dije mientras tocaba la puerta del baño.
-Listo, linda-dio abriendo la puerta, y apoyándose sobre el marco de la puerta.
-Tardaste años.
-Quería verme bien para mi nubecita-sonrió mientras elevaba mi mano, y me hacía girar.
-Tú siempre eres hermoso-sonreí mientras tomaba mi bolso del sofá.
-No puedes ser más perfecta-dijo abriendo la puerta y dándome la pasada.
-Gracias-sonreí mientras me dirigía hacia ella.
-La regla para salir. ¿Contraseña?-dijo colocando su brazo sobre el marco de la puerta, evitando que yo saliese.
-Contraseña-reí mientras él negaba con una gran sonrisa en rostro-¿Osito?-negó con su cabeza de nuevo-Te amo.
-Tin, tin, tin, usted ha ganado-dijo bajando su brazo, y acorralando mis labios junto a los suyos. Soltó una risita, y cerró la puerta a nuestras espaldas.
Tomó mi mano, y juntos caminamos sobre aquel largo y amplio pasillo.
En cuestión de segundos, ya nos encontrábamos en la salida del hotel.
-La gente nos mira raro-rió.
-Envidian nuestro amor-reí.
-De hecho, lo hacen-sonrió mientras abría la puerta del auto. Formé un “gracias” en mis labios, y le agradecí con una sincera sonrisa.
Rodeó el auto, e ingresó en su respectivo asiento. Puso en marcha el motor, y acomodó el espejo retrovisor.
-¿Sabes cómo llegar?-reí.
-Por supuesto que lo sé. Estando aquí, lo visité muchas veces-sonrió.
-¿Lo hacías?
-Sí. Me sentaba en aquel columpio.
-El columpio rojo chillante-sonreí mientras me giraba para mirarlo.
-Exacto-sonrió-Era mi lugar para reflexionar, y pensar. Después de un tiempo, dejé de visitarlo.
-¿Por qué lo hiciste?
-No hablemos de eso-sonrió.
-¿Tiene que ver con tu ex novia?-asintió.
-Melanie-susurró-la conocí allí.
-Oh-dije girándome para mirar por la ventana-Parece que haz conocido a muchas personas ahí-comencé a reír.
-Pero solo una cambió mi vida-buscó mi mano entre el asiento, para así entrelazarla junto a la mía-¿Estás molesta?
-No lo estoy.
-Sí lo estás. Te dije que no quería hablar de eso.
-No lo estoy-sonreí.
-Olvida todo eso-dijo estacionando el auto a un lado de aquel espacioso parque-Eso forma parte del pasado-sonrió-Lo que importa ahora, somos tú y yo.
-De acuerdo-sonreí mientras él bajaba del auto, y se dirigía hacia mi puerta. Extendió su mano, y la entrelazó junto a la mía.
Juntos nos dispusimos a recorrer la orilla del parque, para así llegar hasta aquel columpio rojo chillante. Mi sonrisa se iluminó al verlo. Al mirar cada recuerdo sobre él.
-¡Más alto, mamá!-decía Zayn mientras elevaba sus manos sobre el aire, y sonreía.
Los recuerdos inundaban mi mente, al igual que mis ojos comenzaban a inundarse.
-Oh, linda. No llores-dijo Zayn mientras me abrazaba por los hombros, y delicadamente plasmaba sus labios contra mi mejilla.
-Hay tantos recuerdos aquí.
-Hay que vivirlos, de nuevo-dijo tomando mi mano, para así juntos correr, correr hacia los recuerdos.
Me senté sobre aquel columpio rojo. Aquel que recordaba con tanto cariño. Sobre aquel que habían sucedido tantas cosas.
Y allí estábamos, de nuevo. Como niños, otra vez. En el origen de todo, en el principio de nuestra relación. En el principio de mi vida.
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Almost Paradise (Zayn Malik y tu) TERMINADA
RomanceLos días pasarán, y cada vez más te dirán. Lo que fui, y lo que pude ser. Lo que soy ahora, y lo que pude ser. Lo que quizás a futuro sea, y qué no puede ser. Contarán a mis espaldas sólo lo malo. De lo bueno jamás te enterarás. Los días pasarán, y...