Naruto's Shipps.

Amor de Padre.

-Hemos ganado-. Murmuró Naruto una vez que el Edo Tensei acabó y los malos fueron vencidos.

Volvió hacia su padre quien lo felicitó por su cumpleaños. Lo abrazó con un afecto impresionante.

Hagoromo vio enternecido aquella imagen de padre e hijo y tomó un decisión que difícilmente volvería a tomar otra vez.

-Quiero ofrecerles algo-.

Todos le prestaron suma atención. Después de todo era una deidad.

-He visto con asombro todo lo que lograste Naruto. Aunque la vida te puso miles de obstáculos, aún así seguiste adelante y por el buen camino. Perdiste a mucha gente querida y cambiaste a otros-.

Ante esto el rubio subió la mirada hacia el cielo. Su padrino, Neji, Nagato, Haku, la señora Chiyõ y muchos mas.

-Por eso y por mucho más quiero darte un obsequio-.

-¿Un... obsequio?-.

-Claro-. Reunió a los demás Hokages y antes de que volvieran al otro mundo les pidió que le dieran energía explicando cómo la usaría.

Ellos se la dieron sonriendo.

Hagoromo se acercó hacia Minato y puso una mano en su pecho.

-Técnica Secreta: Resurrección Divina-.

El cuerpo de Minato empezó a brillar y luego de que el brillo hubiera desaparecido. El Cuarto sintió su carne, la respiración, el latido de su corazón. Estaba vivo, nuevamente.

-¡Papá!-. Gritó Naruto saltando a los brazos de su padre quien lo abrazó con lágrimas de pura felicidad.

-Feliz Cumpleaños. Naruto Uzumaki-. Felicitó Hagoromo viendo a Ashura en el rubio. Tenía el mismo espíritu y voluntad.

-Es hora de irnos. Les encargamos el futuro-. Habló Hashirama Senju, el primer Hokage.

De esa forma, los Kages y todas las personas que estaban bajo los efectos de la resurrección impura empezaron a brillar. Posteriormente sus cuerpos empezaron a deshacerse y sus almas se elevaron hacia el cielo.

Hagoromo les sonrió a todos y se desvaneció.

Una alegría y paz enorme empezaba a sentirse en todo el continente. Más aún en la aldea de la hoja que tenían de vuelta al Cuarto Hokage.

[...]

-¡Apura papá!-.

Habían pasado varios meses desde que Minato había vuelto a la aldea. No había aceptado el puesto de Hokage pues creía que Kakashi estaba más que listo. Y no era como si el hecho de volver a enfrentarse al arduo papeleo tuviera que ver.

Claro que ayudaba en caso que el peliplata lo necesite.

Ambos, Naruto y Minato, habían decidido pasar un tiempo lejos de Konoha. Eran un viaje de familia, padre e hijo por el mundo.

Esta vez iban a visitar varios bosques y un lugar muy soñado para Naruto.

La tierra de su madre, la tierra de su Clan. Aquella isla le llamaba sumamente la atención. Ahí debió crecer, ese también era su hogar.

-¡Más rápido papá!-.

-Está bien-. Movió los remos con más rapidez.

Habian pedido una pequeña balsa en Nami no Kuni. Al parecer su hijo había echo muchos amigos ahí pues hasta un puente en su nombre tenían.