CAPÍTULO 10: EL FUNERAL

431 39 0
                                    

CAPÍTULO 10: EL FUNERAL

Después de la muerte del señor Anderson, nadie tenía nada que hacer en el hospital. Todos salieron de la habitación y se reunieron con los amigos que esperaban fuera. Toda la familia recibió el cariño de los presentes, en especial Blaine que se agarró a Kurt como si su vida dependiera de ello. El castaño no dijo nada, sólo se dedicó a acariciar la espalda del moreno y transmitirle todo el amor que podía. Todos fueron a la casa de los Anderson y estuvieron allí. Poco a poco los fueron dejando solos. Kurt decidió marcharse a su casa para ver a su familia. Cuando Cooper y su madre se fueron a intentar dormir, sólo Sebastian acompañaba a Blaine. El castaño decidió asegurarse de que su amigo se metía en la cama y dormía un poco por lo que lo acompañó a la habitación. Cuando cerró la puerta, el ojiazul sintió como el otro chico lo empujaba hacia la pared. El ojimiel comenzó a besar de manera necesitada al ex Warbler. A toda velocidad, casi como si fuera una carrera, los dos se desvistieron. Sin embargo, el guía se separó.

– Mierda... No tengo... – Dijo el más bajo.

– ¿Esto? – Preguntó Smythe mostrándole un preservativo que había sacado del bolsillo de su pantalón.

El moreno se lo quitó y empujó al abogado a la cama de manera que éste quedó boca abajo. Él se tumbó encima, se puso el condón y, sin previo aviso, penetró al castaño. Sebastian ahogó un grito en la almohada, no esperaba esa acción. Sin embargo, el guía no se quedó quieto y comenzó a embestir al ojiazul. No había besos, no había dulzura ni amor. Sólo sexo y placer. Cuando Blaine terminó, salió del interior del otro hombre sin siquiera preocuparse si había llegado al orgasmo y se fue al baño. Sebastian entendió perfectamente lo que había pasado, no culpaba a su amigo. No lo había forzado y tampoco había pasado nada que él no quisiera. Sabía que si lo hubiera pedido, el moreno se habría detenido. Pero no le importó que lo usara para desfogarse, lo necesitaba. Se vistió y salió de la habitación, conocía lo suficientemente a Blaine como para saber que se sentiría culpable por lo sucedido y decidió que sería mejor que se vieran al día siguiente. Cuando el moreno escuchó la puerta cerrarse, salió del baño y se dirigió a la habitación de su hermano. Llamó a la puerta y entró, como hacía cuando era pequeño. El actor levantó las sábanas y el menor se metió en la cama.

Al día siguiente fue el funeral. Blaine y Cooper no se separaron de su madre ningún segundo. Las chicas de New Directions y Sam se encargaron de la comida y de atender a los invitados de los Anderson después del entierro. Kurt trató de hablar con el ojimiel pero se dio cuenta de que lo evitaba, así que, cuando tuvo una mínima oportunidad se dispuso a hablar a solas con el moreno.

– ¿Qué te ocurre?

– No quiero hablar.

– Vamos a hablar Blaine. Ayer parecía que no te podías despegar de mí y ahora me evitas... Es evidente que te pasa algo.

– Te he sido infiel. Me acosté con Sebastian.

– No me has sido infiel porque no somos pareja... Entiendo que estás pasando un mal momento... Respóndeme a algo, ¿sigues enamorado de Sebastian?

– No, lo único que tengo claro es que no. Ayer lo usé para eliminar toda la tensión de mi cuerpo. Quería olvidarme del dolor por un momento al menos.

– Estoy seguro de que él no protestó. Blaine, no te juzgues de esa manera, habla con él... Y piensa en el motivo por el que sentiste que me habías sido infiel...

El moreno le hizo caso y buscó a su ex novio por toda la casa. Cuando lo encontró se lo llevó a su habitación. Una vez dentro, se pusieron a hablar.

– Siento lo de anoche.

– Lo entiendo, tenías que aliviar la tensión. En ningún momento protesté, no tienes que sentirte mal por lo que pasó.

– Si tengo que sentirme mal. Siento que traicioné a Kurt.

– Y eso te duele porque te has enamorado de él. Lo he visto, me lo he intentado negar pero lo he visto. Lo miras como hace años me mirabas a mí. Has llegado más lejos con él que conmigo porque lo que tuvimos ayer es sexo y sólo sexo pero lo que habéis estado a punto de hacer es el amor. Cualquiera vería la diferencia.

– Yo no quiero hacerte daño.

– Te perdí hace cuatro años, no ahora. Es mi culpa que no estés conmigo. Sólo estoy pagando mis malos actos.

– Lo siento.

– Sólo te pido una cosa... No salgas de mi vida... Puede que no seamos los mejores amigos, pero me aliviará saber que eres feliz.

– Eso puedo hacerlo.

Los dos chicos se dieron un abrazo amistoso.

Sebastian tenía un asunto pendiente antes de salir de allí.

– Te estaba buscando.

– Tú dirás.

– Blaine y yo hemos hablado. Está enamorado de ti. Más te vale que no le hagas daño o lo que te hagan Puck, Sam o Santana serán caricias comparado con lo que te haga yo.

– Yo lo amo.

– Por mucho que me digas que lo amas, por algo todos sus amigos son reacios a que salgas con él. No sé por qué, pero te estaré vigilando...

– No necesitas vigilarme, no haré nada que lo dañe.

– No te enfades mucho con él por lo que pasó anoche, sé que te lo contará.

– De echo, ya me lo ha contado. No somos novios, no puedo pedirle fidelidad.

El resto de las dos semanas que les quedaban en Lima las gastaron apoyando a Blaine y tratando de animarlo. Sin embargo, lo inevitable llegó y Kurt y el moreno tuvieron que volver a Roma.

Ciudad Eterna, ¿Amor Eterno? (Klaine boyxboy)Where stories live. Discover now