CAPÍTULO 15: I HAVE NOTHING

485 38 0
                                    

CAPÍTULO 15: I HAVE NOTHING

Después de su conversación con Quinn, Kurt se acercó al escenario. Puck y Blaine bajaron de él y, sin decir nada, el castaño subió.

– Hola, por si alguien no me conoce, soy Kurt Hummel. Quiero dedicarle esta canción a alguien muy especial. Amor, estoy dispuesto a dejarlo todo por ti. Espero que me aceptes.

Cuando terminó de hablar, indicó a la banda de música que empezara a tocar. Los primeros acordes de I Have Nothing comenzaron a sonar. El ojiazul cantó con todo el sentimiento que podía. Debía transmitirle al moreno todo su amor. Sólo así podía recuperarlo. Sus meses sin Blaine habían sido un infierno. Los dos chicos cruzaron sus miradas y se dieron cuenta que ambos estaban conteniendo las lágrimas. Todos sus amigos estaban pendientes de la reacción de la pareja. Cuando la canción terminó, el moreno agarró la mano del castaño y lo sacó de allí. Pasó por la recepción del hotel en el que se celebraba la fiesta y pidió una llave. No se dirigían la palabra, sólo caminaron y entraron a la habitación.

– ¿Dejarías todo por mí?

– Si, estos meses sin ti han sido un infierno. Habrá otras oportunidades, pero no habrá otra persona como tú.

Blaine besó a Kurt. Lo había anhelado tanto. El beso era dulce y estaba lleno de amor. Kurt no tardó en responder. No había mentido, sus días en New York no habían sido los más felices. Le encantaba su trabajo, pero eso no le llenaba. Necesitaba al moreno a su lado. Cuando notaron la necesidad de respirar, se separaron

– Yo me mudaré a New York... Encontraré algo en lo que trabajar... Aunque sea de repartidor de pizzas... Será el mejor trabajo del mundo si cuando salgo de él puedo recostarme contigo en la cama.

Se volvieron a besar, pero esta vez de forma más necesitada. Kurt le quitó la chaqueta a su novio. El moreno hizo lo mismo, pero también le quitó la corbata y comenzó a desabrochar la camisa del castaño.

– ¿Estás seguro de que quieres esto? – Preguntó el mayor.

– Si... ¿y tú? – Quiso saber el ojimiel.

– Más que seguro

El guía terminó con la camisa de su novio y se la quitó. El ojiazul decidió dejar el pecho de Blaine al descubierto, por lo que rápidamente se deshizo de las prendas. Después de conseguir su objetivo, tumbó al menor en la cama y se acomodó encima de él. Los dos se tocaban y besaban de manera pasional. Llevaban meses deseando ese momento, por lo que no podían resistir sus instintos. Kurt se movió provocando que sus entrepiernas se rozaran, los dos ahogaron un gemido de placer. Esto provocó que su urgencia aumentara. El castaño desabrochó los pantalones del menor y metió su mano dentro, sujetando con firmeza el miembro del joven. Comenzó a masturbar a su novio, mientras que el otro chico no podía más que decir incoherencias. Los gemidos del moreno erizaban la piel del periodista, excitándolo aun más. En ese momento, Kurt reaccionó.

– No he traído protección.

– Dame un segundo. – Respondió el guía, cogió su teléfono móvil y comenzó a tocar la pantalla. Cuando terminó, volvió a besar al castaño y a recorrer su cuerpo con las manos, memorizando cada músculo.

Cinco minutos después, alguien llamó a la puerta. Blaine se acercó y abrió un poco la puerta y sacó la mano.

– No necesito tantos.

– Nunca se sabe... – Dijo una voz al otro lado de la puerta. El menor la cerró y se volvió hacia su novio con una tira de cuatro preservativos en su mano.

– ¿Ese era Puck?

– Si, es el único que pensé que habría traido.

Volvieron a besarse. Otra vez fue Kurt el que tumbó al moreno con delicadeza en la cama y se posicionaba encima del chico. Ahora sí le quitó los pantalones y se los quitó él, de manera que los dos quedaron en calzoncillos. El castaño pasó a devorar el cuello del ojimiel. Blaine torpemente metió la mano entre los dos cuerpos y la bajó hasta el borde del calzoncillo del periodista. Su mano siguió haciéndose hueco hasta que pudo agarrar el miembro del otro chico y comenzó a masturbarlo. Kurt gemía en el cuello de su novio y metió la mano por debajo del trasero de su novio para agarrarlo. El cuerpo del castaño se tensó.

– Para, por favor, quiero terminar dentro de ti.

El moreno obedeció y sacó la mano. El ojiazul quitó los calzoncillos de los dos y se dispuso a preparar al más bajo metiendo uno de sus dedos en su novio. Comenzó muy despacio porque no tenían lubricante y no quería dañarlo. Tardó mucho en introducir el segundo dedo y comenzó a moverlos. Luego añadió un tercero.

– Entra ya. – Suplicó Blaine.

Kurt obedeció. Se puso el preservativo y se posicionó. Comenzó a entrar muy despacio. Llegó hasta el fondo y miró a su novio, que le dedicó una sonrisa. El castaño lo tomó como indicativo de que podía moverse, por lo que empezó con las embestidas. En la habitación se escuchaban los gemidos de los dos, los “te amo” que se dedicaban, las súplicas por que continuaran con el placer, los nombres de los dos susurrados...

Al final los dos se durmieron abrazados. Había sido una noche larga, llena de amor y pasión. Sabían que tenían que hablar, que todo no estaba solucionado, pero eso en ese momento no importaba. Lo importante es que se amaban lo suficiente como para entregarse el uno al otro sin miedos ni temores. Ya no eran dos corazones rotos, eran uno sólo que latía con fuerza. El futuro estaba ante ellos y no iban a apresurarse, encontrarían una salida a sus problemas. Serían felices, de eso no les cabía ninguna duda.

Ciudad Eterna, ¿Amor Eterno? (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora