CAPÍTULO 11: VISITA

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CAPÍTULO 11: VISITA

El frío diciembre ya se había instalado en Roma y Blaine y Kurt pasaban mucho tiempo juntos. Sebastian no volvió a Roma ya que el juicio acabó mientras estaban en Lima, por lo que estaban los dos solos. El día 7 de ese frío mes, los dos chicos se encontraban en Fiumicino. Una voz anunció que el vuelo proveniente de París había aterrizado, por lo que sólo tenían que esperar a que las personas que viajaban en él recogieran sus maletas y salieran. El castaño se dio cuenta de los nervios de su amigo, porque eso es lo que eran, amigos.

Las primeras personas empezaron a salir de la zona de recogida de maletas y el ojimiel no hacía más que ponerse de puntillas para intentar ver la gente que pasaban. Al periodista este gesto le pareció gracioso y le dibujó una sonrisa en la cara. El menor se quedó observando la reacción del más alto.

– ¿Qué pasa? – Quiso saber el guía.

– Nada. – Respondió el mayor.

En ese instante alguien se acercó a ellos.

– ¿Están esperando a Miss Jones y a su bailarín principal? – Preguntó la chica.

Nadie respondió, Blaine abrazó a Mercedes y Mike saludó a Kurt. Los dos últimos vieron que los amigos no se separaban por lo que comenzaron una pequeña charla trivial. En el mismo instante en el que los dos morenos se separaron, Mike abrazó al menor y la cantante saludó al castaño. Por lo general, los dos visitantes viajaban con todo el equipo en la gira, pero no podían esperar a llegar a Roma para estar con su amigo, más cuando sabían que lo estaba pasando mal por la muerte de su padre. Por ese motivo, viajaron nada más acabar el concierto que habían dado en París. El resto del equipo viajaría en dos días, después de preparar todo para transportar instrumentos y escenario a Roma. Estarían una semana en la ciudad.

Al día siguiente, los cuatro se reunieron a cenar después de que los dos residentes en Roma terminaran de trabajar. El menor hizo que su amiga se saltara la dieta.

– Blanquito, cada vez que estoy contigo como cosas que no debería... Voy a empezar a evitarte.

– Jajaja. Tu sabes que me amas y que jamás te alejarías de mi... Además, tengo la habilidad de hacerlo incluso por Skype. – Le guiñó un ojo a su amiga.

– En eso tiene razón, Cedes... Pero deberías parar de hacerlo, porque luego soy yo el que aguanta sus quejas... – Dijo Mike

– Y aun así me amáis los dos. – Bromeó el moreno.

– No seas presuntuoso, Anderson. – Dijo el asiático.

Kurt escuchaba anonadado la conversación. La forma en la que Blaine se comportaba con sus amigos era tan diferente a como lo había visto, así que se decidió a comentarlo con la chica mientras los otros dos chicos se entretenían en una tienda de recuerdos.

– Sois muy buenos amigos.

– Desde hace años...

– Es tan diferente cuando está con vosotros...

– Claro, con nosotros no tiene miedo. Sabe que siempre vamos a estar a su lado y no le vamos a fallar.

– ¿Me tiene miedo?

– Por supuesto que si. En estos momentos eres la persona que más le puede dañar.

– ¿Tú que opinas de que seamos pareja en un futuro?

– Sólo te pido que esperes. La muerte de su padre está muy reciente.

– ¿No te opones como el resto de sus amigos?

– Cualquiera que sea capaz de apartarlo del suricato merece todo mi respeto... Y no se como, pero tú lo conseguiste.

– En realidad creo que fue el propio Sebastian...

– Eso si que no me lo creo... Dientes de caballo jamás se alejaría por voluntad propia... Empiezo a creer que no eres como me habían dicho.

– ¿A qué te refieres?

– Te conozco del McKinley. Todos allí decían que eras toda una diva, engreido y muy presuntuoso. Sin embargo, el chico que tengo enfrente no es así.

– He cambiado...

– Me alegro... A Finn le hubiera encantado ver este cambio. Hablaba mucho de ti.

– Lo echo de menos.

– Yo también... Y Mike y Blaine también...

– Lo sé. Blaine me lo contó.

– Todos estuvimos en el funeral... Pero había tanta gente que no nos quisimos acercar a ti. No nos conocías y lo único que hicimos fue darle el pésame a Carole...

En ese momento los dos amigos salieron de la tienda. Blaine cogió la mano de Kurt y siguieron caminando por la ciudad. Decidieron que querían ver la zona del coliseo de noche, todo iluminada.

Los días pasaron con los cuatro chicos quedando en los ratos que tenían libres. El día del concierto llegó y Kurt y Blaine acudieron con sus entradas VIP a verlo. El castaño disfrutó del espectáculo y estaba asombrado. La voz de la chica era espectacular y los movimientos de Mike eran increibles. La complicidad de los dos amigos era increible. Entonces, Mercedes hizo una dedicatoria:

– Ahora voy a cantar una canción muy especial. La escribí hace unos años para una persona muy especial y hoy está aquí. Ya lo sabes amor, no estás sólo. – Dijo ella y empezó a cantar – “You're not alone, I'll be with you, forever and ever...”

Después del concierto, se reunieron con ellos.

– Has estado increible... No sabía que le didicaste una canción a Blaine. – Dijo el castaño.

– Les ha escrito una canción a todos los de New Directions... Es más, su primer disco fueron 12 canciones, una por cada miembro del club y otra para Mr Schue. – Respondió Blaine antes de que lo hiciera su amiga.

– ¿Cuál es la de Finn? – Quiso saber el ojiazul.

– Es la más fácil de identificar. – Dijo ella.

– ¿“My Angel”? – Dijo el periodista.

– Si.

Kurt se sintió orgulloso, esa canción es de puro amor, sin condiciones y sin importar la distancia y lo que piensen los demás. Si eso es lo que su hermanastro provocaba en esa chica, él es muy féliz. Blaine empezó a cantarla y Mike y Mercedes siguieron con él. Una lágrima cayó por la mejilla del castaño, mitad por Finn y mitad porque era la primera vez que escuchaba cantar a Blaine... Y era realmente bueno.

Ciudad Eterna, ¿Amor Eterno? (Klaine boyxboy)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang