5. Compleja Melodía

6 1 0
                                    

A la vez que mis pasos se aceleraban a causa del cuerpo que tiraba de mi, este corazón vacío y perdido desde hacía tanto tiempo empezaba a latir apresuradamente, como si mi cuerpo quisiera interpretar algún baile y yo simplemente estuviera a la merced de su melodía. Lance era esa melodía, esas notas musicales que chocaban entre ellas para hacer sonreír al artista que las creaba, me atrevería a decir que no solo era música, el simple hecho de estar a su lado y que rozara mi piel creaba en mi una nostalgia por aquellas teclas de piano que aporreaba en él sótano cuando era niño. Durante un segundo quise volver a aquel momento, pero un suspiro se coló entre el viento que sacudía las ramas de los árboles, con un mensaje escrito que repetía "No podría estar en un lugar mejor ahora mismo".

-Keith, ¿todo va bien? -Lance se inclinó hacía mi, levantando una ceja y poniendo otra pila de platos sucios a mi lado-. Ciertamente no recordaba cuando había soltado mi muñeca, y por un segundo deseé no haberme despertado.

-Estoy...bien -llevé los platos hacia mí y los sumergí en agua, mientras mi cuerpo se movía rápidamente al otro extremo de la mesa para servir mas comida. En ese extremo (maldito extremo) descansaba él cuerpo de una chica con largos mechones rubios, que terminaban en tímidos tirabuzones y besaban su blanca y delicada piel.
La muchacha me miró durante un segundo, y después abrió una cajita que había sacado del bolso, casi de manera inmediata. Después, realizó un extraño sonido con su boca, juntando sus labios pintados de rojo carmesí. Al sentirse satisfecha con el resultado, volvió a girarse hacia mi, y esta vez él objeto que nos separaba parecía casi invisible.

-Keith... ¿cierto? -soltó acompañada de una pequeña sonrisa

-Si.... -tragué saliva y decidí mirar a otro lado, no había analizado con claridad la situación, nunca me habían hablado tan directamente...bueno, nadie, desde que Lance lo hizo.

-Nunca te había visto por aquí, pero desde que te pude observar a lo lejos hace un rato...no he podido apartar mis ojos de ti. -su mano cayó sobre la mía, acariciando mi piel con la yema de sus dedos, mientras, con la otra, levantó mi barbilla cuidadosamente para volver a sonreír, ahora algo más profundo-.

Sabia que debía hacer algo, no entendía la razón de su acercamiento, ni siquiera su piel se sentía tan bien como la de Lance, y por alguna razón, su rostro femenino solo pudo causarme rechazo. Se acercaba más...y yo intentaba moverme torpemente por la mesa. Fue entonces cuando otra mano se cruzó frente a mi cara y apartó todo él ser de aquella chica.

-Oye, oye... ¿Vienes a comer o a ligar con los trabajadores? -dijo Lance con su brazo sobre mi hombro, aferrándome un poco a él. La desconocida simplemente pudo chascar su lengua en señal de frustración, mientras se alejaba tambaleándose por él campo.

Miré a Lance, y me aparté un poco de él, aunque después de haberme tocado manos extrañas, solo quería sentir el tacto de las suyas. -Estoy un poco harto de hacer esto, ¿y si nos escapamos un rato? -sonrió y acto seguido estaba precipitándome con él por el bosque.

-Oye Lance, ¿por qué me ayudaste? -estaba extrañado, pero quería ver él rostro del moreno al formular aquella pregunta, y no su espalda.

-¿C-como que ayudarte? Solo...te estaba distrayendo de tu trabajo-.

Sonreí levemente y después de unos minutos aparecí en medio de una pequeña llanura que tapaban los grandes árboles, y la hierba se movía lentamente para dejar paso a una agradable brisa.

-Esto es... -no fui capaz de articular nada mas mientras mi cabeza se movía hacia todos los rincones

-Cualquier sitio es mejor que estar alli.

Lance dejó caer su cuerpecito sobre el verde pasto, y yo repetí su acción manteniendo la distancia. Ambos contemplabamos los pequeños filamentos de luz que se escapaban de las frondosas copas, y sin darme cuenta, dejé caer mi mano sobre la hierba, para sentirla aun más cerca, moviendo mis dedos a medida que mis ojos se cerraban.

-Keith... -escuché, pero yo seguía relajado, así que solo quedé en silencio. -¿No sientes como si a veces, las personas estuviéramos conectadas a otras por alguna razón que desconocemos?-. Sus palabras chocaron en mi y me revolvieron él estómago, desencadenando que mi cuerpo se despertara del trance y pudiera ver él rostro de Lance y su pelo mecerse con la brisa.

-No lo sé...yo...nunca he estado...conectado a nadie... -respiré profundamente, quería hablar con él, pero aún me resultaba difícil.

-Bueno, realmente creo que si -y su cuerpo se giró hacía mi, observándome fijamente. -Todo él mundo está conectado a alguien, todos quieren buscar a esa persona, y cuando lo hacen...lo sabes al instante. Si no ¿que sentido tiene? Es lo que pienso-.

Sentí mis mejillas enrojecerce violentamente, y mi mano se frenó, reuniendo él valor suficiente para alzarla y conseguir que reposara en la cara de Lance. Mis dedos esta vez se movian por su piel, y mis ojos solo encontraban al moreno, en aquel lugar alejado del resto. -¿Tú crees que lo encontraré?

-Probablemente... -su vista se movió hacia otro lugar fuera de mi- Además, ¿somos amigos, no? ¡Te ayudo a buscarlo!

Sentí una punzada durante un pequeño instante, y mi mano se alejó de él, me senté y froté mi cara queriendo estar entendiendo todo. -Si, somos amigos. Pero yo no quiero encontrar a nadie. Estoy mejor solo-.

Un escalofrío recorrió mi espalda, probablemente el muchacho la observaba confundido, y la agradable melodía que antes sonaba, ahora había acabado en un abucheo. -Lo siento Lance...debo volver al trabajo-. Me levanté y sacudí mi cuerpo, que se movía solo sin importar la dirección, solo dolía permanecer con él, y ni siquiera sabia por qué. Nunca había sentido nada, felicidad, tristeza, sorpresa, amor.... Me sentía un muñeco que deambulaba por él mundo sin respuestas fijas y sin que nadie tuviera interés en darme algunas. Lance solo despertaba más preguntas en mi, y realmente, esa era la parte que mas odiaba.

Mis páginas queman, Lance.Where stories live. Discover now