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{16-17 años}

El castaño no tenía nada que hacer, así que se puso a molestar a la mexicana.

- ¿No quieres que te ayude con algebra?

- No necesito tu ayuda, Matteo, ya deja de insistir...

Esta se queda sin palabras, dando motivos de burla al italiano.

- Te comió la lengua el ratón, chica delivery.

- Simón...

- ¿Que?

- No me lo puedo creer, ¡¡Simón!!

La ojiverde corre al que fue su mejor amigo, rodeando su cuello con sus delegados brazos.

- ¡¡Epa!! Peque, no sabía que me extrañabas tanto

- ¡¡Mexicano!! Años sin verte

- Lo mismo digo ¿Y Sebas?

La ojiverde baja la cabeza triste, pone una escusa.

- Ya vengo, iré por los chicos.

Se va dejando los solos.

- ¿Que tiene?

- Resulta que Sebas se tuvo que ir medio año a Colombia, se fue hace dos semanas, fueron novios, terminaron por eso.

- Tanto que se querían

Por dentro el brincaba de gozo, pero a la vez se sentía mal por ella, nunca le gustó verla sufrir.
De tanto pensar, no se dio cuenta de cuando, dos rubias, dos pelirrojas y dos castañas le tenían acorralado.

- ¡¡Tengo admiradoras!!

- Cállate ¡¡Simón!! Arruinas los momentos lindos - le reprime Nina.

- Hombre, pero si el mexicano se digno a aparecer - bromea Pedro.

- Yo vengo por mi J&R, el Blake y por mis amigos

- Están por allá

Delfi le señala a unos chicos, que el distinguía como Drake, Lindsay, Louis, Mariana, y Daniela.

- No, ellos son solo conocidos, ustedes son mi mejores amigos.

- Tan siquiera saludalos - le insiste Ámbar para ver qué hacía.

- Otro día, yo quiero patinar con ustedes ¿Y Luna?

- Aquí, Ámbar, Matteo nos tenemos que ir rápido

A Luna se le mostraba desesperada y nerviosa

«¿Que habrá pasado?» pensó el mexicano.

Ya que el trío de amigos se fueron, habló con los otros, siente que una mano se posa sobre su hombro, gira la cabecera en busca de la persona que le hablaba. Nada más y nada menos que Daniela que tenía una sonrisa como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

- ¡Simi! - se cuelga de su cuello - y nos viniste a visitar - mira a los chicos - oh, te chocaste con ellos, da igual, vente - lo jala.

- Al rato, no quiero ser descortez con ellos, voy en 20 minutos.

Bufa y se va azotando el pie al suelo, apretando las manos, revolviendo se el cabello.

- Cambiaste... - murmura la chica de lentes.

- Tengo que, me gustaría pasar tiempo con ustedes, hace años que no lo hacía.

(...)

En la casa de Luna, corriendo ya que Mónica se tenía que ir de viaje, solo que Luna estaba en pleno año escolar.

- Confío en ustedes, nada de fiestas, solo reuniones y así, Matteo ya le pedí permiso a tus padres para que te quedes y Ámbar igual, volveré en tres meses, los extrañaré.

Matteo se volvió como el hijo que nunca tuvo, ella lo apreciaba, confiaba demasiado en él, ya se tenían un cariño, era como el hermano mayor de Luna.

- Tranquila tía, la cuidaremos.

- Gracias, nos vemos chicos.

La acompañan al taxi, hasta verlo desaparecer por la esquina de la calle.

- Seremos como tus padres, solo que más cool - la animaba el italiano.

- Será divertido y ya oyeron, nada de fiestas.

- Trato - dicen él italiano y la rubia.

Se abrazan, alguien más se les une al abrazo, por el rabillo del ojo, Luna distingue a Simón.

Le cuentan lo que pasa, para pasar y comer algo.

"Desde niños" [DN #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora