Глава шестнадцатая: Дни тьмы - Часть шестая - начало конца; Часть из трех

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Miro el letrero por quinta vez mientras suspiraba, frotó sus manos y vio el vaho ascender para luego desaparecer con el viento. Había caminado por la carretera casi un día, alimentándose de las galletas que había comprado en la gasolinera de unos cuantos kilómetros atrás. Sus piernas pesaban y su cintura resentía el llevar a su pequeño por tanto tiempo. Su vista ardía y reclamaban el cerrarse, incluso en ocasiones debía agitar la cabeza para alejar al cansancio. Y así continuó hasta que una carreta tirada por dos peludos y robustos caballos que pasaba por su lado frenó y la cabeza de un niño de cabellos marrones se asomó seguida de una mayor. Yuri los miró con terror cambiando su postura dispuesto a huir, sin embargo el mayor alzo los brazos mientras bajaba y se le acercaba lentamente.


─No temas, no quiero lastimarte─ Hablo dulcemente, como cuando intentas acercare a un cachorro feroz que a pesar de ser tierno no duda en mostrar los colmillos ─ ¿Por qué un omega está en medio de la carretera con un cachorro a cuestas? Es muy peligroso ¿Dónde está tu alfa? ─


Miro a todos lados angustiado, su mente gritaba que corriera pero su instinto lo instaba a seguir en aquel lugar.


─No tengas miedo, al igual que tú soy un omega, allá esta mi cachorro─ Hablo apuntando a la carreta.


─Voy de camino, a Mikhaylovka Михайловка ─


─Ese lugar está demasiado lejos de aquí, como a seis días a pie. No puedes ir con así y con tu cachorro tan expuesto ─ El omega era unos cinco centímetros más alto, con unos veintiocho años quizás, con cabellos marrones y de ojos grises, con un aura cálida. ─Mi nombre es Dominik ─


─Soy Yuri ─


─Mucho gusto Yuri, no puedo dejar que sigas solo, no hay nada más que carretera hasta la próxima gasolinera y aunque el invierno ya esté pasando las noches son demasiado frías, permíteme ayudarte ─


─No creo que sea adecuado, yo puedo continuar...


─Chico, no hay nada en los próximos kilómetros y no creo que llegues a alguna posada, yo también soy madre y sé que temes pero créeme que no te haré daño, solo quiero ayudar a los mios. ─


Yuri miro a su cachorro, Anielka tenía las mejillas rojas y algo peladas por el frio, sus labios resecos y a penas se movía, aquel omega tenía razón si seguía era muy probable que no viese la luz de mañana.


─Está bien ─ Afirmo con resignación. ─ Pero por favor, no dañe a mi cachorro ─


Dominik sintió su pecho ser estrujado, aquel joven de rubios cabellos se veía tan golpeado por la vida, resignado a lo que sea que el destino le depara, tan abatido para la corta edad que de seguro tenía.


─Un omega nunca dañaría a otro ─ Se acercó al pequeño que esperaba en la carreta para luego regresar con una manta la cual colocó sobre los hombros de Yuri. ─Puedes dormitar en la parte de atrás, la paja está seca, para mañana en la mañana habremos llegado a mi cabaña ─ Ayudo al omega a subir a la parte de atrás, luego regreso para subir en la parte delantera y retomar el rumbo.

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