Había llegado a mi nuevo hogar llamada La Push, era muy bonito la verdad pero muy diferente a la ciudad.
-Mamá acabo de terminar de desempacar, iré a la playa-avise saliendo de la casa antes de que ella tuviera tiempo para detenerme o reprocharme.
Yo consideraba la playa como mi segundo hogar, siempre he adorado nadar y hundirme en las olas, se sentía bien por eso siempre pasaba el mayor tiempo en el agua.
Al llegar ví dos grupos, uno de pareja (aunque habían dos chicos que hablaban y los hacian reir), y el otro se encontraban cuatro personas alejadas por un par de metros alejados de las parejas y en la orilla del mar un chico acompañando a una niña de 2 años.
Elegí un lugar perfecto, debajo de uno de los tantos árboles que rodeaban la playa pero estaba medio alejados de las personas, me saque la ropa que tenía encima del traje baño y me fui directo al mar, el viento soplaba mi cabello castaño aunque era corto igual hacia que volará fuerte, vi el agua y era del mismo color que mis ojos azul cielo, a mi siempre me habían encantado mis ojos eso se lo agradecía a mi madre.
Yo era muy bonita, mi cabello castaño corto, los ojos azul cielo, mido 1.55 y soy muy divertida, juguetona (tanto que me dicen que soy algo infantil), muy bromista y extremadamente sarcástica.
Pude sentir el agua tocar mis dedos estaba fría pero aún asi me quise meter, las olas estaban fuertes y feroces, se escuchaba fuerte como chocaban contra las rocas. Al estar muy adentro del mar decidí hundirme por un par de segundos antes de salir a la superficie y que otra ola me hundiera otra y otra vez, no me preocupaba pues yo era muy buena nadadora.
Encima de un acantilado que había en un par de metros saltaba una mujer corriendo, mi mirada fue hacía dónde estaba el grupo de persona encontrando solamente a las mujeres, una de ellas abrazaba a la niña de 2 años muy protectoramente así que supuse que era su madre o algo porque enserio que la protegía.
Pero los hombres no se encontraban por ningún lado, los empecé a buscar cuando alguien me tira del pie haciendo que me hundiera en contra de mi voluntad. Intentaba soltarme del agarre pero no podia, estaba apunto de quedar inconsciente cuando escuche un chapuzon y me tomaba del brazo soltandome del agarre y llevandome a la superficie.
-vamos respira-decia una voz mientras me apretaba el pecho, yo podia escuchar pero me costaba abrir los ojos pero luego de unos segundos escupi el agua que había tragado y al mismo tiempo abrir los ojos de golpe.
-que bien, pensamos que estabas muerta-dijo otra voz, mire a mi al rededor y eran los grupos que había visto, miro a mi salvador y me quedo muy buen rato admirando sus hermosos ojos café
-aww, Seth se acaba de imprimar-dijo uno de ellos pero alguien lo golpeo pero ya había sido tarde ya había escuchado la palabra extraña
-¿imprimar?-pregunte confundida y asustada, nadie respondio y el chico que creo que se llama Seth el cual no dejaba de mirarme me ayudo a levantarme.
-ven conmigo Allison-dijo empezando a caminar. Abri los ojos de golpe no entendia como era que sabia mi nombre asi que lo segui dejando a todos atras
-¿Como sabes mi nombre?-fue la primera pregunta que se me había ocurrido
-revisamos tus cosas por si ya sabes, no volvias-dijo nervioso, yo asenti
-bueno, ¿ y vas a decirme que es imprimar?-pregunte ya que no se veia que queria decirme
-mira se que puede sonar loco pero yo soy un licántropo e imprime en ti. La imprimacion es cuando uno de nosotros encuentra a su alma gemela. Él haria cualquer cosa que necesitara o quiziera, ya sea un hermano, amigo, protector, etc.-dijo Seth de golpe.
Le había creido que era un licántropo porque siempre desde pequeña he creido en ello, además de que tengo 14 años siempre me han gustado. Y lo mejor era que tenía a un licántropo como alma gemela.
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