¿Qué pasaría si toda la tercera generación viaja a la segunda? Y más concretamente al año 1996, en el quinto año de nuestros protagonistas. ¿Evitarán muertes? ¿Cambiarán pensamientos?
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El encapuchado se quedó en la tarima y se quitó la capucha, dejando ver a un pelirrojo de ojos grises, muy guapo y bastante alto.
—¿Estás bien, Domme? —le preguntó preocupado.
—Sí, tranquilo —respondió ella fingiendo una sonrisa.
El chico le sonrió de vuelta con cariño y procedió a presentarse.
—Buenas a todos viejetes —saludó el pelirrojo con una sonrisa un poco arrogante en su rostro, que le recordó su juventud a Sirius—. Me llamo Fred Weasley y soy hijo de George Weasley.
—¡Georgie te casaste!
—¡Sí, Freddie! —dijo igual de emocionado.
—Mi madre es la genial Liz Black.
George y Liz se quedaron en shock. Bueno, y el resto del Gran Comedor también.
—¿Qué? —le dijo Liz al chico, mirándolo espantada—. Eso es imposible.
—Bueno, yo soy la prueba —dijo su hijo encogiéndose de hombros.
Liz lo miró con los ojos muy abiertos, mientras negaba con la cabeza. Ni de broma iba a casarse con una comadreja.
—Pues lo siento mucho —dijo recuperando la compostura—. Pero ese futuro no se va a cumplir. No pienso casarme con una comadreja, y menos con un traidor a la sangre como Weasley.
Escupió el apellido con asco, ganándose una sonrisa de su tío Lucius, que devolvió al momento.
—¡Elisabeth! Retira eso ahora mismo —Sirius, por otra parte, la miraba con furia desde la mesa de los leones.
Liz lo retó con la mirada.
—¿Por qué? No he dicho ninguna mentira.
—Serás...
—Ni se te ocurra acercarte a ella —siseó Lucius Malfoy levantándose lentamente de su asiento—. Tú no puedes reprocharle nada.
—¡Soy su padre! —bramó el mayor de los Black, perdiendo los papeles.
—Un padre que nunca ha estado presente —intervino Narcisa, mirándolo fríamente—. A la que llamas tu hija, la hemos criado nosotros, así que no tienes ningún derecho a decirle nada.
Sirius iba a contestar, pero James y Remus consiguieron jalarlo para que se sentara y cerrara la boca por el momento.
Por su parte, George no salía de su asombro. ¿Él con Black? Tenía que ser un error. Y su hijo no cabía en sí de la preocupación y extrañeza. Su madre no era así en el futuro, no sabía que se llevaran tan mal. Se sintió un poco mal porque esta no lo quisiera y miró de reojo a los encapuchados, viendo a su hermana, a quien una de sus primas tenía abrazada. Le agradeció el gesto, realmente iban a necesitar apoyo al ver que todo había cambiado tanto.
—Puedes seguir, cielo —le dijo Molly entonces al chico, cuando todo se hubo calmado un poco.
Fred asintió—. Bueno, estoy en quinto curso. Soy un orgulloso león y antes de que a alguien se le pase por la cabeza preguntar, tengo novia, que se presentará después. Los merodeadores son nuestro ejemplo a seguir, y por eso nuestro grupo es los Merodeadores 2.0, yo soy Canuto - dijo el chico con un gran orgullo.
McGonnagall se estaba replanteando el hecho de renunciar.
—Bueno, eso es todo de mí, porque no creo que haga falta decir quiénes son mis padrinos— Fred y George se miraron sonrientes, por supuesto que no hacía falta.
Entonces el chico se dirigió a abrazar a toda su familia, dejando a su abuelo Arthur para el final, y sentándose junto a éste, mientras el siguiente encapuchado se adelantaba para presentarse.
