The sleep: JongIn

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Justo cuando el sopor pasaba a ser un sueño profundo, una mano se posó suavemente en su hombro y se deslizó con cuidado hasta su espalda. JongIn respiró profundo y movió un poco la cabeza, que descansaba entre sus brazos, para observar a quien perturbaba su descanso. Era su abuela.

—Ya te he dicho que en la mesa no—. Advirtió la anciana mientras fruncía un poco el ceño y tomaba asiento frente al chico.

JongIn respiró profundo de nuevo mientras se levantaba de la mesa y estiraba, con sus brazos hacia el frente, abriendo y cerrando los dedos, y su espalda arqueada hacia afuera. Bostezó con los ojos y la boca cerrada, lanzando un chirrido extraño. Luego se relajó, bajando sus brazos a sus costados y suspirando suave.

—¿Qué fue eso, JongIn? ¿Dónde han quedado tus modales?— Preguntó la abuela mientras hacía una seña con sus dedos para que la criada le sirviera té. El muchacho recargó los codos en la mesa y escondió el rostro entre las manos mientras escuchaba cómo la taza de su abuela era llenada con el líquido hirviente. Sonaba tan relajante. Suspiró pesado y se descubrió el rostro, a tiempo para ver a la criada ofreciendo servirle té. Asintió suave con la cabeza mientras juntaba las manos sobre la mesa.

—Por favor—. Dijo en un susurro cansado y casi imperceptible. Una vez llena, tomó su taza con ambas manos para darse un poco de calor, cosa que molestó a su abuela de nuevo.

—Así no es como se debe sostener una taza, no actúes como indigente. ¿Y qué es eso que estás viendo en el televisor?— JongIn pensó que era demasiado temprano para soportar tanta mierda. Aún así, volteó al pequeño televisor que tenían en el comedor. Era Bob Esponja. Rodó los ojos, sabiendo que a su abuela no le parecía que a sus 21 años aún le gustara ver dibujos animados de vez en cuando. Pero eran entretenidos. De todos modos, le pasó el mando para que cambiara el canal a donde a ella le diera la gana. Le cambió a las noticias.

—... más adelante tendremos más informes sobre esto. Y bueno, la sección favorita de muchos en el día: el clima, con la preciosa Ruby Tandoh.

—Gracias por la presentación tan halagadora. Y ¡buen día, Inglaterra! Hoy es un día nublado, con altas probabilidades de lluvia fuerte con tormenta eléctrica en el sur, entre las 16, y las 9 de mañana. Las temperaturas actuales son de 16 °C en Londres y Cardiff, 13 °C en Manchester, 14 °C en Belfast, y 12 °C en Edimburgo. Si va a salir recuerde llevar sombrilla y no olvide llegar temprano a su cafetería favorita. Volvemos contigo al estudio, Rick.

—Gracias Ruby.—El presentador se acomodó en su asiento y sostuvo con cuidado las tarjetas de información.— Esta madrugada, se ha reportado en México el quinto caso de asesinato tipo vampiro de fuego. Estos casos se caracterizan por dejar a las víctimas sin una gota de sangre en el cuerpo y con aspecto de ceniza, pero sin necesidad de cremarles. Esto consterna a los investigadores y lo que más preocupación causa, es que ninguno de los casos ha sido en el mismo país.

El presentador hablaba mientras las imágenes, poco censuradas para el horario del noticiario, pasaban. Una tras otra: personas de todo el mundo, nada parecidas entre ellas, pero todas con algo en común: estaban muertas. Su piel se veía extremadamente pálida por la falta de sangre y tenía la apariencia de la ceniza que queda en un cigarrillo cuando se ha dado una calada larga y no se ha sacudido. Su boca estaba muy abierta, casi llegando a quijada desencajada, y sus ojos estaban sumidos, tanto que apenas y se veían. Extrañamente, su ropa y pertenencias que llevaban con ellos, estaban bien. Quizá húmedos dependiendo las condiciones del clima del país donde aparecieron.

El primero había sido en Inglaterra. Pero no lo habían dado a conocer hasta el tercer caso, que se desató en la India. JongIn había hecho sus propias investigaciones sobre el tema, aficionado a los sucesos paranormales del mundo, incluso había pedido opinión a amigos suyos que estudiaban criminalística y criminología intentando hallar una explicación por su cuenta o al menos crear una teoría. Poco después, habían empezado las pesadillas.

Anathema's BreakWhere stories live. Discover now