9: El Clan Estelar

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La gata abrió los ojos lentamente y vio al Clan Estelar frente a ella.

-Un gato vendrá y la historia contará.-murmuró Fauces Amarillas.

-Un gato vendrá y la historia contará.-repitieron todos.

-Cuatro elegidos por los misteriosos lo escucharán cuidadosos.-maulló Estrella Azul.

Todos la repitieron.

-Deben prestar atención o será nuestra perdición.-terminó Tormenta Blanca.

El Clan Estelar imitó lo que dijo el gato blanco.

-¿Los misteriosos? ¿La historia? ¿Cuatro elegidos?-preguntó la aprendiza.

-No lo olvides.-aconsejaron todos al unísono.

-¿Qué?

-No lo olvides.-susurró una especie de eco.

De pronto, Zarpa Plateada cayó en una especie de vacío negro. Escenas cruzaron delante suyo. Una sombra gatuna con un cuerpo. Un grito. Un árbol. Un tigre.

-¡Basta!-exclamó una voz detrás de la gata.

Zarpa Plateada volteó. Era ella misma, llorando. La única diferencia era que su reflejo tenía sólo media cola y la oreja estaba desgarrada.

-El protector del pasado arremeterá contra ti. ¡Cuidado!-le dijo su copia.

Zarpa Plateada despertó, sobresaltada. Ciprés y Cola Lluviosa se estaban levantando también. Menta estaba todavía compartiendo lenguas con el Clan Estelar, como Viento Helado. La mentora de Zarpa Plateada, Cola Lluviosa tenía los ojos puestos en Viento Helado. La gata lo miraba cariñosamente.

-Cola Lluviosa, ¿estás bien?

La gata volteó hacia su aprendiza un poco asustada.

-Eh...Sí, Sí. Claro, estoy bien. Viento Helado...es sólo un amigo.

-Puedes contarme lo que sea.-maulló Zarpa Plateada.

-¡Hey! Se supone que yo digo eso.-La curandera le dio un empujoncito a la gata blanca.

Menta abrió los ojos y se desperezó. Viento Helado también despertó. Estiró sus patas y miró al Manto Plateado.

-Por favor, protégenos Clan Estelar.-susurró.

Al parecer, Cola Lluviosa lo escuchó. Le dio un lametón en las orejas. Ciprés los miró con desagrado y gruñó. Golpeó un charco de agua con hielo, salpicándolo todo. A Nube Sombría le cayó de lleno en la cara.

-¡Pero qué...!

Menta parecía a punto de explotar de risa. Ciprés miraba a Nube Sombría con vergüenza y culpabilidad.

-Lo siento.

La gata gris se lavó el rostro con la pata, o eso intentó. El hielo se había metido en sus orejas, boca y nariz. Las gotitas de agua se congelaron, dejando trocitos helados colgantes en sus bigotes.

-¡Ten cuidado!-exclamó. Estornudó muchas veces.-Ahora estoy...Ahh...Ahh-Estornudó de nuevo.-Resfriada. 

Todos los gatos rieron al unísono.

#2: El primer gatoWhere stories live. Discover now