Viento

5.4K 519 158
                                    

Por fin era domingo
Había terminado una semana agitada por demás. Desde mi trabajo que cada vez se hacía más pesado y Roseanne que me quitaba el sueño. Desde el día que pisé su casa no he vuelto a verla. Ni un mensaje, ni una visita al café. Lo tomé como una señal, pensé que ella se había dado cuenta de que yo no era su tipo, o que me acobardé en su casa y me fui en vez de esperarla. Me fui en la mitad de la «cita» y no le pedí disculpas.

Me tiré en mi cama, por la ventana entraba un poco de luz de luna y me puse a escuchar lo-fi para calmar mis pensamientos un poco.

Todo estaba sucediendo demasiado rápido y ni siquiera la conozco.

Exacto, no sé nada sobre ella. ¿Cómo te puede gustar alguien a quien no conoces?

Me quedé dormida unas horas hasta que me despertó la vibración del celular. Abrí los ojos y pude ver que eran las 3am y que el número era desconocido.

—¿Ho..hola?

—¿Lisa?

—Sí, ¿Quién habla?

Sí, está despierta, te digo que sí Soy Roseanne, sal

—¿Con quién estás hablando? ¿A dónde Roseanne? Es muy tarde
*Sonido de colgado*

Mi habitación estaba en la planta alta entonces me acerqué a mi ventana y pude ver una camioneta negra con tres personas fuera de ella: Jennie, Bobby y Roseanne. Bajé en pijama como estaba, porque no iba a gritar desde mi ventana y hacer que mi madre se despierte, y salí lenta y silenciosamente a tratar de entender qué estaba sucediendo.

—Apúrate— dijo Jennie como una orden

—Lisa— habló Roseanne— sé que estás confundida yo...

—¿Cómo saben dónde vivo?

—¿Eh?

—Sí... Seungri también sabía... No entiendo muchas cosas de tu vida que no voy a cuestionar, pero se trata de mí ahora, de mi familia.

—Estás haciendo muchas preguntas niña — dijo Bobby dirigiéndose hacia mí

—Espera, entiende, no todos son como nosotros — lo frenó Roseanne — por favor prometieron dejarme hablar con ella, suban al auto

—Yo no acepto órdenes tuyas— le contestó Jennie con una de sus miradas atemorizantes

— Jennie lo prometiste — suplicó Roseanne

Jennie se limitó a hacer un eyeroll y subir con su primo a la camioneta. Parecía que por más que intente, su hermana menor tenía algún tipo de poder especial en ella. De otra forma no estarían a esa hora en mi casa.

—Hay cosas que no te puedo decir ahora, pero créeme que quiero que me conozcas y que sepas todo— volvió a hablar Roseanne dejándome perpleja — todo de mi mundo.

—¿Por qué? ¿Por qué tanto interés? ¡Ni siquiera me conoces! — dije casi espantada

—Sí te conozco Lisa —contestó cálidamente mirándome a los ojos— sin saber nada de tí lo sé todo mirándote a los ojos.

—No seas así Roseanne— dije avergonzada— no juegues conmigo, no sabes qué clase de persona soy.

—No puedes ser peor que las personas que ya conozco.

—¿Por qué yo?— miré el césped frío bajo mis pies, mis manos estaban rasgando mis pantalones que uso como pijama, el viento frío subía desde mis dedos hasta mi cabeza, levanté mi mirada y ví su bello rostro, sus ojos pidiéndome ayuda, gritando por compañía, pude ver toda su historia en ellos sin siquiera conocer ni el primer capítulo.
Me sonrojé por estos pensamientos y volví a agachar la cabeza como si buscará algo en el suelo, las agallas para zambullirme en su vida.

—No lo sé—respondió después de unos segundos en silencio— Yo... no te elegí a vos. No sé cómo funciona esto, pero siento que tengo que estar cerca tuyo. Quiero hacerlo, quiero estar cerca tuyo... Si tu quieres, obviamente.

—Estoy muy confundida Roseanne.

—Lo entiendo... Yo venía a pedirte disculpas.

—¿Disculpas?

—El otro día, en mi casa, la forma en que mi madre te echó...

—Oh, tu madre es una persona intimidante —dije sonriendo, pero ella no sonrió y todo volvió a ser tenso entre nosotras.

—Sí, lo es, disculpa, quizá no era el momento. Yo quería pasar tiempo contigo, como hace la gente normal ¿sabes? Yo no tengo ningún amigo, por eso quería que vengas a mi casa, pero me equivoqué, no es un lugar para ti.

Ella bajó la cabeza ahora y yo me sentía avergonzada

—Yo tengo un amigo, bueno y la chica del café, ahora nos llevamos bien ella es... Bueno, podemos ser amigas Roseanne, no te sientas mal. No me pidas disculpas seguro tuvo sus motivos. Mírame Roseanne, podemos ir a otro lugar— cuando terminé de decirlo recordé sus palabras "no puedo salir"

—Podrías venir cuando ella no está, y te contaré un poco más.

—¿Segura?— dije sin estarlo

Su sonrisa volvió a sus labios y sentí que había pasado la primer batalla, pero que me esperaba una guerra eterna.

—Mañana te paso a buscar— dijo y me quedó mirando.

¿Conocen el momento previo a un beso? Cuando sientes que el aire se hace denso y que el escenario desaparece. No sabes si acercarte o esperar a que la otra persona lo haga. Mi respiración se hacía cada vez más profunda y mis ojos no dejaban de mirar sus labios. Noté que su sonrisa se fue y me miraba de la misma forma que yo a ella. Pero no estaba segura, aún no sabía qué intenciones tenía. Dijo muchas veces que quería ser mi amiga, ¿Por qué iríamos a besarnos?
Se fue acercando ella hasta estar tan cerca que nuestras respiraciones se hicieron una. Mi corazón latía tan fuerte que juraba que se podía oír a metros y kilómetros. Ya no hacía frío, ya no había viento, todo estaba petrificado menos nosotras dos. Me había olvidado lo turbio que era todo el entorno de Roseanne para concentrarme sólo en sus labios. Se acercó lo suficiente y cerré los ojos como dando por ganada la situación. Ella se inclinó y dejó un dulce beso en mi mejilla.

Take Me   //   CHAELISA ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora