CAPITULO 3 "MALDICION"

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–Iván…– susurró el ángel, estaba asustado, de nuevo este había usado su poder para llevarle  a otro sitio, pero esta vez el demonio no estaba a su lado.

De repente una voz le habló cerca del oído.

–¿Has dicho Iván?, ya veo, así que él te mando aquí y no es para menos, te pareces mucho a ella, kesesese–

Alfred se puso en guardia al oír esa voz chillona hablar, por lo que entendía este conocía a la perfección a Iván – No me hagas daño –

–Hahaha!, Es obvio que si Iván te trajo aquí es porque eres la merienda, una muy dulce puedo oler, pura, torpe, acabado de nacer, estúpida, una criatura obvia, impertinente y dócil como para caer en el engaño de un demonio y ser traído hasta aquí, hahahaha, nuestro lugar favorito– el ser albino miró hacia su frente y sonrió, ahí yacía una señora anciana la cual estaba sentada mirando hacia el bosque verde donde ellos se encontraban.

El espíritu celeste observó con detalle a su acompañante, lucia igual que Iván, esa hermosa piel blanca, los ojos carmesí, tan profundos como el fuego, aquellos cuernos que brotaban sobre sus orejas puntiagudas, uñas largas y vestido de negro, tan bello, ¿Cómo podían haber demonios con basta belleza?, Dios escondía secretos que ahora le llenaban la cabeza de dudas, las cuales empezaba a querer saciar con verdad.

–Si Iván no se apura, te comeré despacio, empezare mordiéndote el cuello hasta que supliques por piedad, aunque aviso que será inútil, tú Dios nunca ha respondido a los gritos de auxilio de los ángeles cuando devoramos su alma–

–No digas eso, Iván no sería capaz de comerme, de hecho, yo creo que jamás ha sido capaz de comer a un ángel–

Gilbert soltó una carcajada, valla que Alfred era muy ingenuo – Vamos, no seas tan torpe, Iván ha comido cientos de ángeles, jajaja o ¿cómo crees que sigue con vida?, tenemos que absorber almas para poder seguir viviendo, no somos como ustedes, hahaha–

–No... Iván es diferente, lo sé, lo siento, él no sería capaz de lastimarme nunca, si me trajo aquí fue para salvarme, no va  comerme–

El demonio se quedó mirando fijamente al rubio, en efecto, era hermoso con el amanecer, podía comprender con solo mirarle que quizás este tenía razón, frunció su ceño algo irritado, si sus sospechas eran ciertas, Alfred no era un ángel común y por alguna razón poderosa, Iván lo había enviado a ese lugar secreto donde les gustaba estar, lejos de todo y todos.

–Si no llega en 10 segundos yo soy quien te comerá, después de todo tengo poca energía así que necesito recargarme y tú serás un bocado que podrá prolongar mi existencia por lo menos 3 décadas, así que 10… 9… 8… 7… 6– alzó sus manos hacia el ser de luz y empezó a cortar el espacio entre ellos –5… 4... 3… 2… 1… ¡Eres mío! –

Un fuerte gruñido se escuchó, como si fieras estuviesen peleando, Alfred había dado pasos hacia atrás y había caído por accidente de espaldas, cuando pudo incorporarse pudo distinguir a ese par de demonios peleando entre sí.

–¡Iván! – dijo maravillado y muy feliz de verle otra vez, cada que estaba su lado, podía sentir cierta paz que era extraña.

–Te habías tardado idiota narizón, hahaha, estaba esperándote para poder comer, te ves cansado, te dejaré dar el primer bocado–

–…–

–¿Qué?, estoy siendo “amable”, hahaha sabes que eso no existe entre nosotros, hahahahaha–

–Gilbert, no vamos a comerlo –

–¡Pero qué carajo!, ¡traes una presa deliciosa y resulta que no vamos a comerlo!, debes estar jugando–

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