O C H O

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Maratón 2/2

"Las personas están todas por una razón, el mundo se confabula y todo sucede..."

Aby


El mozo llegó y apoyo todos los platos en la mesa.

—Que disfruten su cena. —Dejó un pequeño papel en el plato de Taylor y se fue.

Era tan evidente que Taylor era una rompe corazones. Todos se derretían a sus pies.

«Otra de las cosas que jamás me pasarán...»

Comenzamos a comer y podía ver como Taylor no dejaba de beber agua, su plato estaba lleno y lo único que hacía era beber agua.

—No has tocado tu comida. —La mire intrigada.

—Es que así como menos, si como todo junto puedo hincharme y es lo que menos quiero. —hice una mueca y volví a mi plato, ya casi me lo acababa. —Además, no me gusta comer como una bestia.

Comencé a mover la comida de un lado al otro, intentando hacer tiempo, intentando controlar mi apetito.

No resistí más y termine mi plato con asco, tenía hambre no había merendado y lo único de mi día había sido el ejercicio, aunque eso, no justificaba mi manera de comer.

Era un jodido cerdo, un maldito animal, ¿De qué servía el ejercicio si solo tragaba como un animal?

—Disculpen... Voy al baño. —Me levante de la mesa y fui al baño.

Para mi suerte no había nadie, estaba sola frente a mi reflejo.

"Mírate, jamás lograrás nada si sigues así de gorda."

Me di la vuelta y vi el retrete, en mi mente paso aquella idea, aquella loca e inevitable idea. Me coloque de rodillas frente el mismo y mire mi reflejo en el agua.

"No lo hagas, tú no eres así Aby."

Acerque mis dedos a mi boca poco a poco y cerré mis ojos esperando hacerlo.

No podía.

Abrí los ojos y comencé a sollozar. Me odiaba, no podía caer tan bajo, estaba en el suelo de un baño público intentando una locura. Jamás había tocado fondo de aquella manera.

Me levante del suelo cubierta por mis lágrimas, en el espejo solo pude ver el rostro de ella, mi madre, la mujer a la cual necesitaba, la persona que me daba las fuerzas para seguir, aquella que me arrebataron...

—Lo siento mama... Perdóname... —solloce abrazándome a mí misma. —Te extraño tanto... Te necesito... —el dolor quemaba en mi pecho.

Me sentía morir, y es que el dolor y la angustia no parecían detenerse, cada vez mi mundo se volvía más negro, cada vez veía menos, cada vez iba cayendo a mi propia perdición.

La puerta sonó y me sobresalte, una joven entró y yo sé que rápidamente mis lágrimas. Salí del baño distraída y choque con alguien.

—Lo siento... —cuando levante mi vista mis mejillas ardieron. — ¿Aby?

—Niall... —En aquel momento recordé que mi rostro estaba cubierto en lágrimas.

— ¿Estas bien?

—Si... Yo... Solo es... Una mugre... En mis ojos. —no quería que me viera llorar, no quería.

Él me tomó del mentón con suavidad y me hizo mirarlo a los ojos. No podía controlarlo, estaba llorando entre sus manos.

Teenage Problems © |njh|Where stories live. Discover now