x 65 x

2.5K 380 166
                                    

Pensaba que sería una de tus contracciones más normales, pero ya había pasado más de medio segundo y ya las lágrimas de tus cuencas desbordaban. Me levanté de la cama con velocidad, sin de tu mano soltar.

" E-Error... ¡V-Van a...! "

" Shh... Respira... Estoy llamando a la ambulancia. "

Con los nervios y la desesperación hice mi acotación, con tal de volver a ti y tomarte con fuerzas que no creí que tenía por mi cansancio para llevarte al sofá y ayudarte a respirar.

No sabía que hacer en ese instante, olvidaba por completo las pequeñas clases de parto que habíamos tenido hace una semana pero no podía contagiar mi caos mental.

Solo te ayudé a recordar en respirar, mientras tomabas mi mano con fuerza y respirabas con velocidad tratando dejar de llorar.

Por favor aguanta, Ink...

Juntos lo íbamos a superar.

La ambulancia llegó a los pocos minutos, maldecía no tener auto para por mi cuenta llevarte, pero por dónde pasábamos los taxis no abundaban y ni loco te dejaba solo para que esperaras.

Te acompañé en todo momento, desde que te subieron en una camilla y con la misma en el hospital te llevaban a urgencia.

Llamé de paso a mi hermano, necesitaba también un apoyo moral.

Y pidiendo el permiso correspondiente, me adentré hasta la zona donde te decían cuando pujar.

Me quedaba a tu lado, conversando contigo con más calma y suaves masajes en tu abdomen, sonreías débil aunque aún quejándote, pese a tener la anestesia estabas algo incómodo de lo que ocurría en tu cuerpo, siguiendo en la respiración para tus nervios cambiar.

" Lo haces bien... "

 " E-Es incómodo... "

" Mira el lado bueno, podrás comer lo que quieras al llegar a casa. "

" ¿P-Podré comer otra vez mis pasteles? "

" Todos los pasteles que quieras. "

Recordando que tenías que respirar, pronto las contracciones se hacían más fuertes al notar tu expresión, y con emoción veía como entonces...

Uno comenzó a llorar.

Un pequeño esqueleto de tes blanca que presentaba una marca similar a la mía en el rostro en solo un lado, estaba llorando con bastantes ganas a lo que yo apenas pude reaccionar cogiéndole con cuidado, las lágrimas recorrían mis mejillas, feliz de ver a uno de quienes formaban nuestra familia.

Como la anestesia había dejado de tener su efecto comenzaste también llorar, apretando los labios con fuerza. Te ayudé a volver a respirar, como tenías las cuencas cerradas aún no te dabas cuenta que había uno de tus hijos cerca tuyo.

Pero pronto, el otro salio.

Aunque no estaba llorando...

Asustado pregunté qué ocurría, pero al parecer no respondía.

Sentí mi cuerpo irse por un momento, y la vez que tú cuando abrías las cuencas lentamente aún con tus jadeos de haber soportado el dolor.

Me sentía desvanecer, como si todo lo que estaba ocurriendo fuera una pesadilla.

¿Por qué justo ahora...?

Te colocaron al pequeño bebé de huesitos negros, mientras tú lo tomabas con total dolor, comenzaste a llorar con lágrimas gruesas a la vez que yo solo dejaba a nuestro bebé más tranquilo a tu otro brazo.

Mi garganta anudada no me dejaba hablar, y los especialista nos dejaron un momento más.

Sin embargo, noté como de un momento a otros las manitas del pequeño esqueleto se movieron, hasta llegar al llanto que se oyó, no era tan fuerte, como si su voz estuviera algo quebrada, y volviendo a todos en un estado de adrenalina, tomaron al pequeño para ver sus signos vitales.

Besaste la frente de cada uno de tus hijos, aliviado, antes que se lo llevaran a revisar. Mi alma había vuelto a mi cuerpo, y feliz, emocionado, te abracé con cuidado besando tus dulces labios.

" Felicidades... Kiki... "

" T-Te amo... Te amo... Los amo... "

Cerraste tus ojos, para descansar, y dejé la habitación para que te limpiaran mientras yo iba al encuentro con mi hermano.

Común. [ ErrorInk ] Where stories live. Discover now