Ocho

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Al final, evadió todo.

No respondió absolutamente nada, pues sabía hacia dónde iría todo y no estaba preparada para decir algo aún, no sabía cuando lo estaría en realidad, pero ese definitivamente no era el momento.

que algo escondes. -Desde el marco de la puerta le dio una mirada.-Y muy pronto sabré qué es, no lo podrás esconder por mucho tiempo, Temari.

¡Largo!

Y lo último que hizo fue lanzarle uno de los objetos que tenía de adorno en la mesa de centro, el cual se rompió en uno y mil pedazos, regados por todo el piso.

Cubrió su rostro con ambas manos, su cuerpo había comenzado a temblar de la nada, eso solo demostraba que estaba emocionalmente inestable. Necesitaba el abrazo de alguien, o los consejos de alguien.

Sí, definitivamente necesitaba hablar de todo con alguien, pero a la vez no decir nada, no estaba segura de sí misma en esos momentos.

Iba a ser mamá y no sabía como poder decírselo al mundo, hacer que Gaara lo supiera y no la detestara por un tiempo era... imposible, era como adelantar la reacción de su padre.

Su padre... la odiará. Estaba segura de ello. Ella era la hija mayor, el ejemplo a seguir de sus hermanos supuestamente.

Su madre... no quería ver su rostro lleno de desilusión, para ella Temari era una niña aún.

¿Cómo decirle a ambos que estaba embrazada gracias a noche llena de alcohol? De la cuál no recordaba nada.

Kankuro... su hermano, el idiota pero no a la vez. ¿Qué diría él? ¿Se alejaría? ¿Lo tomaría como broma?

Gaara... una de las reacciones a la que más miedo tenía era a la del pelirrojo, no sabía las atrocidades que podría decir al estar enojado, muy hiriente.

Matsuri... estaba segura que ella iba a ser una de las más... tranquilas al recibir la noticia, o esperaba que el genio de su hermano no se le haya contagiado.

¿Qué iba a hacer ahora? Estaba sola, o al menos así lo veía ella. Se atormentaba con el simple hecho de ponerse a pensar en las reacciones de sus cercanos y familiares le daba un terror indescriptible.

Sin darse cuenta, Temari ya había vuelto a llorar, como todas las noches debido a la angustia que sentía y que tenía. Ya no sabía que más hacer, seguramente y si alguien supiera de su estado todo sería mucho más simple para ella, si al menos alguien le demostrara que no estaba sola en todo eso m se sentiría mucho más aliviada, mucho mejor.

Pero en esos momentos no quería hablar, sólo necesitaba que alguien le dijera que estaba todo bien, a pesar de que no supiera su realidad, una simple muestra de cariño iba a ser suficiente por ese momento, sólo un abrazo y ya podría volver a dormir tranquila.

Se había comenzado a desesperar, ya no tenía salida de todo lo que estaba pasando por su vida, tampoco iba a ser una mujer cruel y matar al niño que se hallaba en su interior, eso no era ni una consideración.

El timbre de su casa sonó, oyéndose por toda la casa haciendo que Temari diera un salto sobre su lugar, dirigió una corta mirada hacia la puerta, lentamente fue levantado su cuerpo del sofá y caminó hacia el sonido que se transmitía por su casa.

Respiró hondo una y otra vez mientras su mano se posaba en el pomo de la puerta, lentamente la fue abriendo, su corazón latía fuertemente, espereba y no fuese Shikamaru nuevamente, por que no quería correrlo de su casa una vez más y des cortésmente como hace un rato.

—¡Hola! —Una efusiva castaña alzaba su mano con una sonrisa adornando todo su rostro.

—Ma-Matsuri... —Murmuró sujetando la puerta con sus dos manos, viendo con una leve impresión a la chica frente a ella—¿Qué... haces aquí?

—Gaara estaba ocupado, así que decidí venir a ver y pasar una tarde libre de estrés viendo películas y esas cosas.—En sus dos manos llevaba bolsas con comida, helado, películas, etc.—¿Pasa algo?

—¿Eh? ¡Ah! No, no. —Negó haciéndose a un lado para que la chica entrara.—Es que... no esperaba verte, sólo eso...

Matsuri entre cerro los ojos y acercó su rostro hacia la rubia, quien por reflejo se alejó un poco ante ello.

—¿Estás segura? Tienes la cara roja y los ojos hinchados... ¿Estabas llorando? —Temari negó rápidamente poniendo sus manos al frente.—Tu rostro me dice otra cosa, Temari. ¿Qué pasa?

No recordaba cuando fue que se había vuelto tan sensible, ¿Cómo es posible que una simple pregunta la pusiera de esa forma tan... débil?

Claramente no estaba bien, ¿Qué pasaba? Muchas cosas, y nadie estaba ahí por que nadie lo sabía lo que estaba pasando en esos momentos.

Necesitaba decirlo, pero a la vez algo le decía en su interior que era erróneo, pero por otro lado, quería sentirse un poco más libre, cargar con un secreto como lo era el estar embarazada era algo grande, muy grande y agobiante.

—No... bueno sí. Es sólo que... —Maldijo en voz baja, ella no era así, jamás había actuado de esa forma, ella no titubeaba ni se ponía nerviosa tan fácilmente.

—No entiendo nada. Estás nerviosa, con indicios de haber llorado. ¿Hay algo que deba saber?

Habían muchas cosas que todos debían saber, no solo ella, pero el problema era el no saber como comenzar a decirlo.

Tenía tanto miedo, jamás en su vida se había sentido de esa manera. Tampoco nunca esperó sentirse así, ¿Por qué de todas las chicas que circulaban por el mundo a ella le había tocado estar en aquella situación tan peculiar?

—Bueno... es sólo que últimamente la sensibilidad me gana... Creo que me siento algo sola y... Eso hace que me sienta tan mal y con ganas de llorar.

En parte Temari no mentía, sí, se sentía muy sola últimamente, estaba metida en el lío de su vida y no sabía como salir de él, ni siquiera era capaz de referirse al tema sin terminar llorando o sensible.

Temari necesitaba decírselo a alguien.

Y no estaba segura de si podría seguir callando por más tiempo.

The father of my son┊Shikatema Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ