Capítulo 33

1.5K 116 5
                                    

Salí de aquella comisaría dejando atrás todas y cada una de mis esperanzas, sintiendo como mi corazón se desgarraba lentamente para acabar llorando. ¿Por qué lloraba?

Muy sencillo, porque me dolía tener que dejar al hombre que más amaba. Isaac me había ayudado, rescatado y me hacía sentir la mujer que era.

Tras hablar con Néstor y ponerlo verde por lo que había hecho, y a su respuesta él me dijo que eso era beneficioso para mí. Aquello fue la gota que colmó el vaso.

—¿Qué te piensas Néstor que necesito acercarme a ti para ser famosa?

—Tampoco quiero decir eso Yasmina, solo te digo que te vendrá bien un poco de publicidad para tu trabajo.

—Para eso existe Internet y las tarjetas de visita. Pero quiero preguntarte otra cosa.

—Dime, Yasmina, espero tus reproches.

—Néstor no voy a reprocharte nada. Solo quiero aconsejarte que te dejes de resentimientos y habla con Cristina. Ella te ama, ella es tú felicidad y la estás dejando ir por un pasado que te lastimaron. Isaac ya lo está pagando, yo me he alejado de él. Pero debo decirte que lo perdones. Todos cometemos errores, en el corazón no se puede mandar, él cometió el error de enamorarse de Cristina, mentiroso, no me dijiste la verdad desde su principio.

— No soy ningún mentiroso. Te conté la verdad. En cierto modo, porque hubiera preferido que hubiera sido mi hermano, no Isaac. Confiaba tanto en él, que lo me hizo me dolió demasiado, tanto que le odié acusándole de matar a mi hermano.

— Y... ¿no crees que ya sufrido demasiado?

— ¿Por qué me hablas así Yasmina?

—Por qué me preocupas Néstor, y te conozco para saber que eres más terco que una mula. Pero no dejes que tus resentimientos te impidan tener una vida llena de amor y felicidad. Lucha por lo quieres, y perdona.

—Yasmina, yo creo, no sé si amo a Cristina o te amo a ti. Tengo la picha hecha un lío. Os quiero a las dos.
Siento mucho que un periodista nos fotografiase, lo siento mucho no era mi intención. Si te llevé a mi casa, a mi hogar donde ni siquiera Cristina ha ido, es porque mis sentimientos hacia ti son más puros que el agua bendita de la iglesia. Créeme, y si llevas razón, ya es hora de guardar tanto odio, porque ya me pesa demasiado. Perdonaré a Isaac y buscaré a Cristina. Eres especial Yasmina, recuérdalo.

—Lo haré, gracias Néstor, a pesar de todo no eres mal tipo. Siento no haberte correspondido como te mereces. Te deseo que te vaya todo bien en la vida.

—Vaya, eres la primera que da calabazas de una manera muy cordial. Dame un abrazo pisicologa. Y te deseo que te recuperes pronto y vuelvas a correr en la moto. Si no yo mismo te ato atrás y damos una vuelta.

—Eso está hecho.

Me despedí de Néstor con un gran abrazo, pude contemplar en sus ojos como me miraba con ternura incluso con algo de tristeza en su mirada. En ese momento me sentía mal por haberlo rechazado y haber centrado todas mis ilusiones en un hombre equivocado. Pero como se suele decir, hay que cometer errores para que recapacitemos. La vida continúa, yo ya después de haberme dado cuenta que mi vida amorosa es un poco, demasiado desastrosa, decidí seguir el consejo de mi hermano y marcharme hacia Los Ángeles a pasar un temporada con un mi hermana y mis sobrinos.

-----MESES DESPUÉS---

—Te juro que cuando coja a mi marido le voy a dar la del pulpo. No veas que dolor, por favor que alguien traiga la epidular.

—Yanira por favor respira, respira, no ves que no dilatas no pueden ponértela aún, ten paciencia.

—A ver donde está el culpable de que yo esté así, dime que lo castro ahora mismo.

—Si ya, con lo rico que está el sexo, eso lo dices ahora. Venga tranquila.

Madre mía, si hasta miedo me daba de ver el estado de mi hermana. Hoy nacería mi sobrina, y temiendo que mi hermana haga algo en contra de mi cuñado el pobre está fuera esperando que nazca su hija. Mientras tanto yo le daba la mano a mi hermana intentando tranquilizarla.

Horas después y tras ser testigo lo que cuesta traer un hijo al mundo, al paso me  prometí para mí misma que yo no iba a pasar por lo mismo.

Momentos después todos nos estamos haciendo fotos con la pequeña Yasmina. Sí, mi sobrina se llama como yo. Más feliz no podía estar.

Al final, mi cuñado pudo ver como nacía su hija baja las amenazas de mi hermana de castrarlo, pero eso ahora ha quedado en risas, se quieren y son padres de tres preciosos niños, a los cuales yo adoro.

En parte, ver lo felices que son mi hermana y mi cuñado, me da en parte envidia, envidia de la buena. Empujo mi silla hacia un ventanal viendo el tráfico de la ciudad.

Había pasado cerca de dos meses desde mi llegada a la ciudad, y en todo este tiempo no he movido un dedo. Solo me limito como una cobarde a esconderme tras mi accidente, achacar que todo lo que me ocurre es por el accidente. Cuando en realidad no es así, es porque me escondo de mí misma, de ser una cobarde y no afrontar la realidad. Me da miedo levantarme de esta silla, puesto que me veo incapaz de hacerlo. Todo lo que creí que amaba se ha ido destruyendo lentamente ante mis narices. El amor. De eso ya ni quiero hablar, quien se va interesar en mí sentada en esta silla de ruedas. Esta es mi condena y ese es mi verdadero temor, la libertad de volver a ser la que era.

Durante todo este tiempo no he dejado de pensar en Isaac, de él solo sé que se encuentra trabajando de infiltrado. Apenas tengo contacto con él, de hecho no tengo nada. De Néstor si mantengo contacto, hablamos muy menudo e incluso una noche aprovechando que tenía que grabar un anuncio aprovechemos para vernos. Me contó que es muy feliz junto a Cristina, que ha sido demasiado tonto por haberla lastimado tanto.

En fin, me alegro que por lo menos a alguien le vaya bien todo en la vida. Mientras que unos sonríen otros nos lamentamos. Y así es mi vida, solo me limito a echar a un lado la verdad rompiendo mis sueños por la mitad. Ahora espero poder encajar esas piezas.

SE PUEDE AMARWhere stories live. Discover now