Cap. 3: Given Up

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El jovencito se puso en marcha. El día se mostraba caluroso por el inminente sol de mediodía, así que pensó que también sería buena idea aprovechar y comprar una bebida en aquel mercado. Mientras caminaba recordaba la forma en la que se portaban aquellos dos, tan melosos, como si hubieran sido sacados de una telenovela. Tim empezó a sentirse incomodo por recordarlo, no tanto por la actitud empalagosa de Camilo y Lucía, sino porque lo que le habían dicho no concordaba mucho con lo que había oído de Kimy anteriormente.

Tim reflexionaba sobre ello, cuando sin darse cuenta ya se encontraba frente al pequeño mercado "Servicios 24/7". Las puertas automáticas se abrieron y el niño entro al local. El olor a desinfectante de limón y el aire acondicionado resultaban en un ambiente bastante agradable. Tim se dirige al fondo, saca una botella de jugo de medio litro, luego busca una barra de chocolate en el estante de los dulces. Lleva ambos productos a la única caja de la tienda, los pone sobre el mostrador y mira al encargado.

Un muchacho estaba sentado detrás de la caja, jugaba con su celular y su cara reflejaba una mezcla de aburrimiento y amargura. Una gastada tarjeta de nombre en su camiseta rezaba el nombre "Shane". Cuando este se percató de la presencia del niño, suspiro y dejo su celular a un lado, y procedió a pasar los productos por el lector de códigos de barra.

-Son dos con cincuenta.- dijo con voz floja.

Tim pone un billete de cinco en la mesa, el cajero lo pone en la registradora y le entrega su cambio al niño, el cual lo recoge y lo guarda junto con la barra de chocolate en su mochila. Luego toma un sorbete, abre la botella y empieza a beber su jugo, mientras mira fijamente al encargado.

El cajero, al ver que Tim sigue delante de él y solo lo mira, le pregunta:

-¿Qué?- con la misma voz floja de antes.

-Tu eres amigo de mi hermano Jorge, fuiste a mi casa una vez para trabajar en un proyecto con el.- dice Tim antes de darle otro sorbo a su bebida.

-No, no es mi amigo, solo íbamos en la misma clase y trabajamos juntos esa sola vez.- dijo Shane quien volvió a sumergirse en el mundo virtual de su celular.

El encargado de la tienda, Shane, se trataba de un extranjero que en su niñez se había mudado al pueblo. Desde pequeño le costó adaptarse por ser el único de su clase que era de afuera. Cuando creció se volvió un muchacho muy reservado, tenía pocos amigos y la mayoría eran por internet. No era atractivo ni física ni emocionalmente, por lo que nunca pudo tener una buena relación en su vida, y nunca pudo mejorar su persona porque nunca tuvo una pareja que lo motivara. Este círculo vicioso lo llevo a convertirse en el joven amargado que es ahora.

Este joven seguía tecleando la pantalla de su móvil, mientras Tim lo veía con esos ojos curiosos. Shane empezaba a incomodarse.

-¿Qué quieres niño?, estoy trabajando ahora, no tengo tiempo de jugar- dice fastidiado.

-Pero estas jugando ahora- señala Tim.

Shane frunce el ceño y, ya estando algo mosqueado, le responde:

-Mira, ahora no tengo tiempo para niños preguntones, vete a tu casa.- le dice enojado.

-Estoy haciendo una investigación súper importante y necesito gente inteligente para que responda mis preguntas.- le dice Tim con su ánimo habitual.

-Bueno, yo soy muy tonto, no puedo ayudarte.- responde Shane, que solo busca una excusa para librarse de Tim.

Tim vuelve a beber de su jugo, y mira a Shane con una mirada especial, como si buscara decirle algo. Shane le devuelve la mirada, pero con una expresión molesta.

La palabra con AWhere stories live. Discover now