XXXVI

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Simón POV

No podía ver a mi bonita tan triste, se que ella no se quiere ir pero es lo mejor para ambos y nuestro bebé.

Estaba terminando de preparar el almuerzo y la cocina estaba sola, los papás de Ámbar estaban en el jardín y de mi bonita no tenía rastro.

D.- Simón, los señores quieren el té afuera.

S.- ya mismo, sólo terminó aquí.

Diana asintió y empecé a preparar todo, aún estaba preocupado por Ámbar y quizá yo era el que necesitaba el té; estaban tan metido en mi mente y no noté cuando Ámbar estaba sentada enfrente mío sonriendo.
A.- me cambias por una tetera.

S.- quizá, ella aveces me escucha cuando tengo problemas.

A.- pues creo que necesitaré hablar con tu tetera.

S.- cierto, pero es mejor esto.

Me acerqué a ella y le di un corto beso.
A.- definitivamente eso es mejor.

Sonreí y tome sus manos y las besé, ella se merece toda mi atención y cuidado, es mi todo.
S.- ¿Ya estás mejor?

Escuche un suspiro de su parte y después sonrió para darme un beso.
A.- estoy bien, pero igual tengo hambre.

S.- terminó el té y te doy unas galletas.

Ámbar asintió y termine el té para que Diana se lo llevará.
A.- ¿Las galletas las hiciste vos?

S.- claro que si, y espero que te guste.

Le serví las galletas y ella comía lentamente, me pasó una galleta por los labios y me la comí, diría que casi le quitaba los dedos.
A.- y pensé que yo tenía hambre.

S.- pues deberías, tienes a nuestro pequeño ahí.

Señale su vientre y ella me lanzo una toalla que por poco me daba en la cara.
D.- chicos los señores vienen para acá, ya saben que hacer.

Yo corrí hasta la nevera y casi me caía mientras Ámbar salía corriendo de la cocina.
R.- Simón puedes dejar el almuerzo ahí, nosotros vamos a ir a comer afuera.

S.- bien, que tengan buen día.

Raquel me sonrió pero Kevin ni me volteó a ver, nunca le iba a agradar.
K.- amor adelantate, tengo que ir a hacer algo antes.

Raquel asintió y fue por Tomás para alistar el auto, poco después bajo Kevin a pasó veloz hasta el auto.
Ámbar bajo después de el viendo a ambos lados.
A.- ¿Ya se fueron?

S.- si, eso fue muy raro, pero lo bueno es que la casa es sólo nuestra.

A.- si, pero aún tengo hambre.

S.- Ya se, puede que se queme pero intentaré hacerte una pizza ¿Que dices?

A.- que espero no morir a la hora de comer.

S.- tranquila, no le pondré tanto veneno de cobra.

Ámbar se me quedó viendo algo asustada pero yo empecé a reír por su gesto.

Afortunadamente la pizza me había quedado bien, y lo miraba en los gestos que hacía Ámbar a la hora de comer sentada en su cama, yo sólo la veía acostado mientras me recargaba en mi brazo, ella me vio y tomo un trozo y me lo dio y al parecer si estaba muy buena.
Ya sólo quedaba un trozo y ella decidió pasarme un lado de la pizza mientras ella comía otro, era una típica escena de cena romántica a luz de la noche comiendo pasta, pero en nuestro caso era de día, comíamos pizza y la cama no era muy romántica. Debido al queso extra que le había puesto a la pizza nuestros labios quedaron a pocos centímetros, se acercó a besarme pero yo no tarde en tomar el control, la lucha de nuestros labios iba en aumento y yo iba ganando, no me controle y mordi su labio inferior abriendome pasó a su boca y haciendo que la lucha continuará con nuestras lenguas, el aire empezó a amenazarnos y nos separamos aún exhaustos por lo antes sucedido.

Amor Prohibido | SIMBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora