Desafío. (DickTim)

2.2K 141 21
                                    

Notas de la autora:

Regalo para Jessi Mon  por participar de un sorteo en el grupo Edén Slash DC.

___________________

No sé cuándo sucedió, ni como, solo sé que hasta ahora fui el único en descubrirlo. Quizás Bruce lo sospecha, pero siendo algo de poca relevancia para él, no se ha dedicado a pensarlo demasiado; al menos mientras no interfiera con sus planes, lo pasará por alto para que lo maneje yo. Siempre se dijo de mí que era un chico listo, muy perspicaz, que tenía una gran habilidad de deducción y que hasta estaba casi al mismo nivel que Batman, no muy lejos de superarlo. Para que mentir, soy orgulloso, lo sé, sé mis capacidades, pero no alardeo de ellas, en lo absoluto. Sólo muy de vez en cuando, cuando requiero poner a alguien en su lugar.

Fue una noche fría que descubrí aquello que estaba sucediendo. Lo recuerdo como si hubiera sido hace unos segundos, como si en estos momentos lo viera con mis propios ojos. Él se me acercó desaforado, necesitado, ardiente. No supe por qué en ese instante me dejé llevar, seguramente fue producto de mis propios deseos ocultos, los mismos que abracé con una lujuria desatada y me hizo gemir en alto su nombre una y otra vez. "Dick... ¡Dick!". Aún hoy pronuncio su nombre rememorando aquella noche y parece que mi cuerpo convulsiona ante el deseo. Esos momentos de total entrega, gritar en medio del éxtasis, desaforado, a quien me volvía completamente loco, fue sumamente liberador. Ese encuentro fue totalmente diferente a lo que solíamos practicar. Jamás lo había visto comportarse como en aquella noche. Tan diferente, elocuente, juguetón, mucho más sensual y desinhibido. Podría decirse que mi amado se había vuelto una persona con sus características potenciadas, disminuyendo su personalidad sumamente alegre, entusiasta, testaruda, desafiante e inteligente. En otros momentos podía ser también reservado, callado, taciturno, pero jamás una salvaje bestia, lenguaraz y cabreada como lo había comprobado.

Al principio pensé: "¿Un muy mal día?". La respuesta fue definitivamente no.

Poco a poco fui resolviendo este acertijo que me resultaba Dick Grayson. Un hombre con un sinfín de cualidades, muchos defectos y todos ellos juntos atrayéndome por lo complejo que resultaba ser. Quizás la mayoría piense que es un sujeto sencillo, pero Richard puede resultar terriblemente enigmático. Y bien saben que a mí me gusta resolver cualquier rompecabezas complicado.

Desde aquella noche, por momentos Dick llega hasta a mí con un gesto cansado, necesitado, me besa con suavidad y me desviste con calma. Admira mi cuerpo, serpentea sus ojos por cada músculo, se detiene en cada herida y la roza con total devoción, entregando su amor incondicional en cada labio depositado sobre mi piel. Me prepara con atención, lame cada resquicio de mi cuerpo y hunde su rostro entre mis nalgas, tomándose todo el tiempo del mundo para ser de la experiencia la más placentera. Luego se balancea sobre mí con un rostro que expresa mil emociones; no sé cómo puede llegar a sentir tanto, pero le siento, lo noto en cada gesto, en cada suspiro, en cada palabra. Aquellos momentos son mágicos, de una unión que sobrepasa cualquier interacción carnal que podríamos tener.

Y luego... luego están esas noches que su aura se siente abrazadora en cuanto pisa mi cuarto. Lo noto al instante, como un ciervo que conoce a su depredador en la cercanía y que sabe que debe huir. Pero no huyo, al contrario, me quedo con él, soy esa persona que sosiega a la fiera que se despierta en él. En esas ocasiones el sexo se vuelve salvaje, feroz, urgente. Mis prendas son rasgadas y desechadas en cuestión de segundos. Me muerde, succiona mi piel, lacera mis músculos y me someto a todos sus deseos. Me penetra con una brutalidad que amedrentaría a cualquiera, me hace suyo una y otra vez, sin descanso, sin reparo. Siento su polla golpearme duramente, sus bolas resonar en mi trasero, lo escucho gruñir y pegar alaridos como si hiciera acopio de toda su fuerza para no partirme en dos. Y... tampoco voy a mentir en esto, me encanta cuando me atiende así. Me encanta ser cautivo de ese deseo carnal que me lleva al éxtasis, al pico más alto de esa efusión desmedida.

Me vuelve loco.

A veces lo llamo como siempre: Dick. Otras... desea que lo nombre como Richard. Todo depende de quién se presente ante mí. Richard suele surgir por una discusión intensa, por un celo incontrolable, por una provocación; Dick, más común de ver, se mantiene cuando todo está calmo, cuando no hay un cansancio mental tan agudo por las exigencias de su doble vida. Habitualmente es más fácil distinguir uno de otro, pero con solo tratarlo un poco sé con quién dialogo. Donde jamás me equivoco es cuando lo veo usar su investidura de Nightwing. Roja para Richard y azul para Dick. Nadie entiende porque cambia de traje, él simplemente se excusa con tonterías. Solo yo sé la razón.

Richard o Dick... una misma persona, dos personalidades. Trastorno de identidad disociativo también llamado trastorno de personalidad múltiple. Sea cual sea, se presente quién se presente, no importa cual esté junto a mi lado. Amo a Richard (Dick) Grayson.

—Baby Bird, ¿estás listo? —Entra a mi cuarto y me pregunta con esa hermosa sonrisa suya. Yo apenas si aparto mis ojos unos instantes de mi laptop para verlo y regreso a mi labor. Quiero registrar todos los acontecimientos del día de hoy. Ya llevo tiempo recopilando datos descubiertos sobre él.

—Un minuto. Adelántate, en seguida te alcanzo —le respondo sin dejar de mover mis dedos y esos segundos de silencio me hacen estremecer.

No sé cuál de los dos Dick puede florecer. En ocasiones es una sorpresa.

—Está bien, no te demores —contesta entusiasta y sale con esa frescura propia de cuando su esencia despide alegría.

Al instante sé que es Dick y sonrió cómplice.

Pero se vuelve, se apoya sobre el perfil de la puerta y asoma su cabeza.

—Realmente desearía partir ahora. No quiero llegar tarde —insiste con su mirada perspicaz y ansiosa, su sonrisa es igual de hermosa, pero ahora expresa otra emoción.

—En seguida, Richard. —No me dejo manipular—. Prometí un minuto y un minuto será. —Cierro mi máquina al acabar y la dejo sobre la cama para ponerme de pie.

A veces me castigo mentalmente por lo manipulador que puedo llegar a ser. Dependiendo de mi apetito, de mi estado de ánimo, de mis antojos, tuerzo las circunstancias y logro que florezca uno u otro. Por momentos me rio de lo maleable que puede ser mi pareja, luego me devuelve la cachetada respondiendo de manera impensada e imprevista, saliéndose del patrón que creé en base a su conducta.

Día a día es mi desafío personal ir redescubriéndolo, buscar cada resquicio que su ser me permite conocer. Es un reto que realmente saboreo.

________________

Espero te haya gustado, bonita! Es la primera vez que escribo de ellos. Y me gustó :D

Historias Slash DCWhere stories live. Discover now