[06]

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Hacía frío, mucho frío. Cuándo Jimin se levantó esa mañana sintió como todos sus vellos se erizaban al salir de la cama, sorpresivamente el día estaba nublado y sentía la piel de gallina debido al gran cambio de temperatura al levantarse de la cama, su comoda y calentita cama. Pensó en volver a dormir, tenía tanto frío que podría pasar el día entero durmiendo, pero aún con ese pensamiento en mente caminó hasta el baño y se ducho. Si faltaba no podría ver a Yoongi. El día en que Yoongi le pidió disculpas no pensaba en otra cosa más que no fuera abrazarlo y jamás soltarlo, comprarle sus galletas favoritas había sido un simple impulso y cuando se dió cuenta de lo que había hecho se sintió tan avergonzado que salió corriendo, pero él sabía que el pelinegro lo buscaría, así que lo espero. Y cuando lo escucho decir aquellas palabras, sintió que se le salía el corazón del pecho, Yoongi le había dicho que no se alejará, se había puesto tan feliz que actuó sin pensar y le besó la mejilla, en su momento fue un tanto incómodo, pero no se arrepentia de nada.

Cuando llegó al salón lo primero que pudo divisar fue como el pelinegro se intentaba dar calor con los brazos, él solo llevaba una camiseta de manga larga.

— ¿Por qué estás tan desabrigado, Min Yoongi? — le preguntó una vez que se sentó a su lado. El mayor bufó.

— Se me ha quedado el poleron en el bus.

— A ti siempre se te quedan las cosas, hyung — el rubio se rió negando con la cabeza, Yoongi rodó los ojos y quiso golpearlo cuando lo vio sacar una chaqueta de su mochila, era tan buena persona que lo odiaba — Toma, no quiero que te resfries.

— No quiero tu chaqueta, es horrible — se alejó de ella tomando su silla y corriendose a la derecha, haciendo una mueca de asco. Jimin formó un puchero.

— ¿Que tiene de malo, hyung? es muy linda.

— Es de color amarillo, el amarillo no me queda bien, Jiminnie.

— No te tienes que ver perfecto, aunque de por si ya lo eres. Solo pontela, te enfermaras si no lo haces — Yoongi bufó y resignado tomó la chaqueta, pasandosela por los hombros hasta que esta quedó perfectamente puesta sobre él — ¡Estoy indignado, te queda mucho mejor a ti que a mi! — Yoongi le sonrió con burla.

— Eso es porque soy Min Yoongi, y tú eres Park Jimin.

— Me has ofendido, no me vuelvas a hablar — el rubio se dio vuelta mirando hacia el pizarrón y le mostró la palma de su mano empleando el famoso “habla con mi mano”, el pelinegro sonrió esperando que Jimin no pudiera verlo.

— Eso no será un problema — El rubio lo miro con la boca abierta y soltando un “oh” con voz aguda. Yoongi lo mal pensó.

Las clases comenzaron. El pelinegro no dejaba de hablar sobre los colores que usarían para terminar su proyecto, había recomendado el ir a un parque para fotografiar a unos par de niños y madres, ya que esa era la idea de su trabajo, Jimin negó.

— Es muy básico, Yoongi hyung. Yo creo que sería más lindo si nos desviamos del tema, todos creen que el amor maternal es aquella madre que le da todo a sus hijos, pero no, el amor maternal es darle todo lo posible a tu hijo dando hasta el último esfuerzo. No quiero mostrar a la típica familia feliz, hablemos de esas madres que no comen por sus hijos, que tienen que venderse en la calle para comprarles un vaso de leche a sus hijos. Esas si son madres — el pelinegro sonrió con la cabeza abajo.

— Si sirves para algo después de todo — el menor bufó, pero al ver como Yoongi sonreía con gracia sonrió también.

— Oye, ¿irás a la fiesta de la fraternidad? — le preguntó, si Yoongi le decía que no intentaría hacerlo entrar en razón y así podría ir con él y tener su presencia por unas cuantas horas más y si es que iba, esperaba que no fuera con alguien.

Shut up, Jiminnie + yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora